Niveles, niveles y niveles de espacio. Gracias a Newton, como estaba mencionando algún pana hace unas semanas, tenemos la capacidad de entender al mundo entero (en todas sus dimensiones) con por lo menos un hilo común: las leyes de la física. En cualquier sentido filosófico honesto, la física no es verdad; menos en el sentido metafísico. Ya Richard Dawkins señaló el último vínculo: desde big bang hasta lasaña, sin medio dios de por medio. O, pa ponértelo científico: si existen dioses, sería una casualidad que no indica ninguna causalidad.
Pero, hablemos en serio. Si nosotros como seres caemos enteramente en el mismo mundo que una pila de piedras, ¿qué niveles existirán, qué cantiad, de los cuales nunca nos enteraremos? ¿Hasta qué nivel se puede decir que no podemos ya adaptarnos?
La solución está en la velocidad, claro. Mientras más precisamente se pueda calibrar la velocidad de nuestros sistemas electrificados, más niveles podemos captar.