Guillermo Deisler González fue un gran y prolífico artista chileno, el cual llevó en primera instancia una reconocida labor en su país de origen, para después extenderla en el extranjero con la misma profundidad y dedicación, producto del horrible exilio durante el régimen de la dictadura militar a la cual se opusieron ideológicamente numerosos artistas e intelectuales de la época, obligados por su pensamiento a abandonar sus países en forma indefinida. Su producción artística es basta y comprende una gama diversa de disciplinas, entre las que se encuentran la poesía visual, el grabado, el arte postal y la labor editorial, la que cumple un fin importantísimo en el desarrollo de su trabajo artístico a finales de los años 60’s a través de su sello Mimbre, publicando alrededor de 50 títulos diferentes en conjunto con una serie de grabados suyos impresos de manera artesanal. De esta manera y en esa misma época, el autor comienza a ponerse en contacto con las tendencias que circulaban a nivel latinoamericano y que se aunaban bajo el nombre de Nueva Poesía, en la cual se compartían una serie de preceptos que tenían como objetivo la búsqueda de nuevas formas de expresión poética, no con el fin de la destrucción ni de la negación de las formas clásicas, si no con la intención de la realización del enlace entre diversas disciplinas de las que no se podía negar el reconocimiento mutuo que existía entre ellas en su esencia.
Fueron muchas las publicaciones que sustentaron el movimiento, entre las que se puede mencionar Ponto, Totem y Processo en Brasil, Signos de Cuba, Diagonal Cero en Argentina y La Pata de Palo en Venezuela, dirigida por Dámaso Ogaz , entre muchas otras de igual importancia. En todas ellas se desarrollan los conceptos fundamentales de la Nueva Poesía, en las que se valora y se aprecia la materialidad del lenguaje sobre la categoría del mismo como contenedor de significados, convirtiendo de esta manera elementos como la tipografía, el soporte y la composición, en parte vital y esencial del contenido de la obra, y más allá de eso, en la obra en sí, entregando nuevas dimensiones a recepcionar y a recrear por el espectador, tanto como nuevos canales en el proceso de la asimilación e integración de la creación expuesta.
Cuatro grandes hitos marcarían el desarrollo de la poesía visual entre la década de los 60’s y comienzo de los 70’s , la exposición realizada en La Plata, Argentina, en el año 1968, la de Montevideo, Uruguay, en el siguiente año, el lanzamiento por parte de Ediciones Mimbre del libro GRRR, contenedor de la poesía visual de Deisler, y la publicación de una antología de poesía experimental internacional titulada Poesía Visiva en el mundo, en el año 1972, la que cumple el rol fundamental de ser la primera antología de poesía visual en Latinoamérica. De esta manera se producía un consolidamiento tanto del autor como de otros creadores también que se habían mantenido en niveles marginales en relación a otras corrientes artísticas, plasmando de manera concreta y fuertemente simbólica y categorizadora la labor que muchos artistas venían desarrollando de manera ferviente, pero que no había podido ser positivamente conceptualizada.
Tras ser detenido y enviado al exilio, Deisler vive intermitentemente en Francia y Bulgaria, llegando por fin a establecerse en Halle, Alemania, en el año 1986. Desde la distancia y la pesadumbre de haber sido arrancado de su tierra, bajo la presión constante de la búsqueda de un lugar seguro, su trabajo comienza a tomar nuevas dimensiones tanto a nivel técnico como conceptual, innovando en técnicas de grabado y solidificando una clara identidad de lucha en pos del logro del respeto que debe existir entre los pueblos. Producto de esta fuerte identidad forjada es que nacen proyectos como UNI/vers(;), el cual mostraba a artistas de todo el mundo en el formato de una representativa carpeta artesanal, y el artista se identifica y trabaja con Jörg Kowalski en la edición de la antología poética wortBILD sobre poesía visual alemana, en la búsqueda de la proyección de sus visiones.
Deisler falleció en noviembre de 1995 en la ciudad de Halle, después de una extensa y laboriosa tarea creadora llena de pasión y dedicación, la cual supo mantener sin perder sus luces y su fuerza a pesar de la adversidad, concluyendo así sus esfuerzos y su trabajo en una identidad que hoy reconoce el Arte como origen y consciencia.