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III Feria del Libro de Baruta: A Paso de Cangrejo


Anoche fuimos a la III Feria del Libro de Baruta. Debe ser el evento de su estilo con menos fondos editoriales presentes, de Venezuela y el mundo.
Ni hablar de la escasa oferta de actualidades del patio criollo o del extranjero.
Consecuencia lógica del control de cambio, de la depresión económica y de la crisis del sector en el marco de la Quinta República, donde el ejecutivo asedia e impide el trabajo de la importación de publicaciones internacionales. Por ende, la responsabilidad de proveer material fresco recae en los sellos autóctonos, atados de pies y manos. Precisamente, el aporte de ellos justifica la realización del encuentro. Pero no es suficiente. Preocupa la repetición de nombres y apellidos a lo largo y ancho de la programación, en una copia de la grilla del Festival de Chacao, bajo el clásico esquema de la polarización. Idéntico al del gobierno, aunque desde el plano de la oposición. Nadie quiere traspasar la frontera del otro y sentarse a debatir. Se excluyen mutuamente como en una guerra civil no declarada.
Vivimos en dos países y burbujas separadas. El efecto esquizofrénico es brutal. Con todo, disfrutamos de la posibilidad de caminar por el espacio y escuchar a la banda invitada para cerrar la jornada. Bailamos merengue, salsa y guaracha. Mientras tanto, los desubicados y esnobistas de Il Grillo vendían champaña y vino tinto a precios de dólar negro. Pedimos una copa de Malbec, nos sirvieron miseria en un vaso plástico y nos cobraron 60 bolívares. Una grosería, un robo. A partir de entonces, cruzaríamos la calle y compraríamos cervezas en un local cercano.
Así estuvimos hasta las nueve, cuando apagaron la música de la Orquesta Almendra. Dimos unas vueltas por el desierto, saludamos a los panas, vimos unas franelas de diseño cool y emprendimos la retirada. La experiencia salvó la noche. Pero el balance es negativo, por la persistencia de los clichés y los problemas mencionados. Esperamos por la evolución de la iniciativa. Por lo pronto, hubo un retroceso notable a la manera de Hatillarte. Síntoma de la época.

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