Sintió el impacto como el tambor que queda retumbando en los oídos hasta que deja de reverberar. Vísceras en el suelo y cerebro en la pared, el asesino apresuró la marcha. Eran las 5:39 AM.
Buitres llegan con sus cámaras al lugar de la escena. Ponen a posar los pedazos de vísceras; ¡Aquí!, ¡Aquí mejor!, ¡Digan whisky!
Era un niño y la madre aún llora sus zapatos.