«Nos van a volver a todos zombies con sus técnicas de Hiper-Televisión» le dije y dejamos las cosas así.
Hiroshima, la Pompeya del apocalipsis, es un caso especial en el análisis psicourbano.
Como ha sido establecido por Mann-Evans (2033), en el análisis psicourbano casi siempre se trata con «sujetos-entidades con traumas recientes o grandes fracturas de la identidad». Martínez (2028) llega tan lejos como para llamarla «la escuela de la psicología que trata exclusivamente con enfermos terminales por causas psíquicas». En realidad, el análisis psicourbano trata en su mayoría con sujetos-entidades únicos, claramente diferenciados, convirtiéndola en una rama de las «Matemáticas Discretas Aplicadas a la Ciencia de la Psicología» [Mann-Evans (2033)].
Quemada con el fuego de mil soles, los sobrevivientes de Hiroshima fueron los primeros seres humanos en entender, en carne propia, el fin de las Eras. Pioneros en la última frontera.
La generación cero, quienes por condición y azar fueron dejados en la tierra, se dispersaron en una diáspora que lenta pero seguramente terminó infectando todo el espíritu humano.
Las historias de la generación cero fueron el punto de partida para la posmodernidad [Martinez (2028), Mann-Evans (2033), Hung(2041)] y el primer pueblo en experimentar sus consecuencias fue Japón, uno de los países más estudiados en el análisis psicourbano. Los miembros de la generación cero que reconstruyeron Hiroshima, lo hicieron cortando todos los vínculos con el pasado. Como un sujeto que acaba de sufrir una pérdida irremediable, su primer método de defensa de la identidad pasó por una violenta negación. Los edificios recuperables fueron demolidos, y todo rastro de lo que quedó atrás fue prohibido. Muy pocos eligieron trasladar los cuerpos de sus seres queridos a cementerios cercanos, prefiriendo que fueran incinerados en funerales masivos. Mann-Evans (2033) reafirma que esto es un evento repetido en todas las ciudades que soportaron «colapsos definitivos» o «traumas terminales» según Martinez (2028), como su hermana Nagasaki, Boston y Teherán.
Dos generaciones más abajo, uno de los descendientes de los pioneros, Ryo Miyusaki, fundó Miyusaki, ltd., desde su habitación en la casa de sus padres.
Habitación de la que jamás salió en toda su vida.
Miyusaki, ltd., antes Miyu-Entertainment Co., se dedicaba a la edición amateur de videos con acabados profesionales. Ryo nació con habilidades excepcionales -junto con un severo autismo- sobre la producción de medios, y rápidamente cambió por completo las concepciones sobre la creación de mensajes-comunicados. El término mensajes-comunicados es inclusive producto de la escuela Miyusaki. Dos generaciones más abajo, _N_O_W_, la famosa banda de música pop, salió al estrellato global con el apoyo de la unidad de mercadotecnia de Miyusaki, ltd.
Hung(2041) afirma que Hiroshima está al borde de un episodio psicótico terminal. La terrible afirmación fue reforzada cuando, a finales del año pasado, ocurrió La Partida de Hiroshima (2044), el suicidio colectivo más grande registrado en la historia humana.
Tratando de dormir, sus ondas cerebrales retumbaban al ritmo calculado del bajo electrónico. Confundido, pensaba en las imágenes cómo si fueran lo único que existiera en el mundo. «Ya está pasando» dijo, incrédulo y cansado. El video de _N_O_W_, los colores, la coreografía, el sonido y lentamente las ganas de saltar por la ventana. La desesperación, el terror, la respiración. El ataque de pánico se activaba, dando inicio a la segunda fase. Los flashes del video recién estrenado, un vacío en el estómago, ruidos desesperados en la calle. Alguien acaba de caer por su ventana. Es el final. No hay salida. No podemos controlarlo. ¡Tengo que llamarla!
Tono, tono, tono, tono, tono, tono… Si desea dejar un mensaje de voz, por favor espere.
No puede ser. Nada de esto puede ser.
Y un impulso terminal por dejarse caer.