Cuando el Presidente de la República anunció que se le haría una nueva operación para extirpar, nuevamente, el cáncer que posee desde varios años sentí un asombro inimaginable, y más aún cuando anunció que, en caso de estar inhabilitado para gobernar, su sucesor al frente del »Proceso Bolivariano» sería Nicolás Maduro. Lo primero que me vino a la mente fue la terrible historia de Eva Perón. Una historia que, por lo visto, se repite en Venezuela. Una historia que posee las mismas características, como por ejemplo: 1) Figura importante del ser que posee el cáncer dentro de la política de la nación ; 2) Su salud y su tratamiento médico fue un hacha de desinformación que conllevaron a supuestos rumores ; 3) Muchos de los opositores a Perón se dividieron en los que deseaban la recuperación de Eva, y por otro lado, los que clamaban por la muerte de la misma. Hasta incluso pintaron en las calles frases como »¡Qué viva el cáncer!». Como ya todos sabemos, Eva Perón muere de cáncer y deja consigo una enorme figura de luchadora dentro de la historia argentina.
Según Polibio, la historia es un ciclo. ¿Será que sucederá lo mismo que sucedió en Argentina? ¿Será que si Chávez llega a desaparecer físicamente (no lo deseo ni en lo más mínimo) se convertirá, dentro de la historia de Venezuela, en una figura de »luchador por la justicia»? Incógnitas que sólo responderá los acontecimientos que se den.
Pero faltan dos personajes que entran en esta historia del Caudillo que lo vence el cáncer, y son los que no creen en lo más mínimo en que el Presidente tenga cáncer, y que todo es una falacia propagandística para exaltar la figura de Chávez cuando venza el »supuesto cáncer» (Algo así como la propaganda del supuesto mesías que se le dio a Hitler cuando quedó ileso de la operación valquiria). A todas esas personas se les dará la razón con el tiempo o, por el contrario, el tiempo los devorará cruelmente y quedarán como las personas más insensatas y con la mínima seriedad que se le puede dar a este acontecimiento.
El otro personaje que apareció (improvisamente) es Nicolás Maduro. Personaje que ha sabido calcar en los pensamientos de Chávez, y desplazar la figura de Diosdado Cabello como brazo derecho del Caudillo. Este personaje pasó de busetero a ser el hombre de confianza del Caudillo del siglo XXI. Este hombre podría ser el sucesor de Chávez, y si divisamos un panorama en el que se llamaran a nuevas elecciones presidenciales, Nicolás sería el abanderado del chavismo. Cuestión que es muy prematuro discutir y analizar, por eso dejaré neutral a este último personaje, pero hay que observarlo de cerca.
Culmino diciendo que espero una recuperación del Presidente Chávez (Sé que algunos me tildarán de »Chavista marginal» o de »Arrastrado», por eso refuto lo siguiente), NO SOY CHAVISTA, pero soy un ser racional y busco la finalidad de la política: Vivir bien, pero vivir bien ¡JUNTOS!
Gracias.
