Cuando decidimos emigrar, Gabriel y yo no sabíamos por dónde empezar. Así que comenzamos a averiguar qué necesitábamos tener en cuestiones legales. Gabriel habló con un servicio de gestoría y me llamó alarmado diciendo que por cada papel el costo sería entre 700 a 900 BsF. Si al final sacamos 19 documentos, estaríamos hablando de 13.000-17.000 BsF que nos hubiese costado todo. Gastar esa cantidad no era concebible para nuestros planes. Al final gastamos al rededor de 3.000 BsF (los más caros fueron los trámites del Registro Principal de Miranda). Digamos que invertimos todo nuestro tiempo -porque vaya que estos trámites cuestan varias horas- pero a la vez lo tomamos como un reto, una suerte de «¿qué tan dispuesto estás a irte?». Pasamos la prueba.
Si bien el procedimiento consular para cada país es distinto, nos dimos cuenta de que hay algo en común en todos: para que los documentos sean válidos en otros países, deben estar apostillados. Por eso en las colas para legalizar habían personas que iban a distintos países pero todas debían hacer los mismos trámites en los ministerios.
Como cada persona irá a sitios distintos y a la vez tiene condiciones distintas (unos tendrán visas, otros pasaportes de la Comunidad, otros estarán en proceso de aplicación para Canadá o Australia, otros se irán a Argentina sin tanto papeleo, etc.) sería complicado hacer una guía de ese estilo. Por eso pensamos en hacer un paso-a-paso de los trámites que se deben realizar acá en Venezuela, independientemente del destino. Ahora, los pasos realizados por nosotros en caracter de titulares, no funcionarán igual para los apoderados (en ese caso los tiempos de entrega son más lentos). Así que pendientes con eso.
A la vez, esto quedará como un recuerdo de todo lo que vivimos en dos meses de activa locura y viajes al Centro, Los Teques, etc.
Mi consejo: organización es la clave. Yo, que soy -o era- en extremo desorganizada, me funcionó la técnica de crear en excel una lista con el mes, el tipo de actividad y la fecha en que debía realizarse. La monté en Google Drive (exGoogle Docs) y la compartí con Gabriel, así ambos podemos ver en cuál parte del plan vamos. Sin esa guía, todo hubiese sido muy complicado. Acá un breve demostración.
Por cierto, si tienen un buen amigo abogado, este será una suerte de 171 o 911. En mi caso, mi amiga del colegio, Mónica, era quien en ocasiones me decía que iba bien o que la estaba cagando. ¡Gracias, Portu!
Sin más, aquí va la guía (vivencial). Espero que les funcione. Y si no se van del país, quien sabe y les funcione para trabajar como gestores…
-Ele.