La fotografía es un invento metafísico por el que una realidad se mantiene real anulándose las peculiaridades propias del fenómeno. Es decir su verdad; es, mas no aparece lo que es. Y tal aniquilación es a favor de la aparición de algo que es ni puede ser deducible de un hecho físico, como lo es el juego con la luz.
La fotografía es como la vida: una realidad que trasciende el fenómeno (células, cartílagos, estomago, átomos, neuronas), por el cual ésta se manifiesta. Algunos llaman a esto propiedad emergente.
Para hallar el origen de la vida no hace falta indagar en experimentos biológicos, ni en teologías inútiles. Bastaría ver una imagen “paranormal” de esas que aparecen en cualquier pared, en alguna tostada de pan, en cualquier parte. El azar generó una imagen compuesta de humedad, hongos, aceite, manchas de zapatos, pan quemado…. que trasciende del hecho físico, a favor de la percepción de algo que se considera maravilloso, increíble, milagroso; que es, mas no aparece lo que es.