De regreso de votar. Lo hice en cinco minutos, sin mentirles. A lo mejor exagero. Fueron tres, si acaso. Todo un récord en mi historia como elector.
¿Razón para alegrarse? Al contrario, yo estoy bien preocupado y decepcionado.
Ya se lo dije a mis panas.
La ganadora de las regionales 2012, será la abstención. La afluencia a los centros es, por lo pronto, casi nula. Había más gente comprando cachito y jugo en la panadería. Yo miraba las manos y todos andaban con los dedos limpios. Era el único entitado en el sitio.
No quiero ponerme fastidioso, pero salgan de la zona de confort y vayan a ejercer su derecho, cuerda de mangansones.
Mis respetos para las ancianitas y veteranos al pie del cañón. Si no fuera por la tercera edad, las urnas del CNE permanecerían vacías.
En cuanto a mi generación, nada por agregar. Si perdemos es por culpa de ustedes, muchachos. Quedará en su conciencia.
Al respecto, una reflexión final. El resultado del 7 de octubre le robó la esperanza a muchos. Otros tiraron la toalla antes de tiempo.
Tienen una visión limitada sobre la democracia. Ella implica un trabajo de persistencia, responsabilidad y continuidad. Es lo contrario a echarse a morir, al primer asomo de derrota o adversidad. Así triunfa la hegemonía.
Es un deber activarse y resistir. Todavía hay chance, mi pana. Vence tu indiferencia.
PD: Claudia me reporta la misma situación en Maracay. Para ella, la clase media acaba de entregar al país con su indiferencia.