Cuando esperas que sea el otro quien satisfaga tus deseos, cuando esperas que sea la sociedad, los políticos, la pareja, los compañeros de trabajo que hagan o se comporten según tus aspiraciones, entonces tu felicidad o tu desdicha depende de otras personas, no de ti mismo, y como las otras personas nunca hacen siempre lo que deseas entonces sufres, te conviertes en mendigo de quienes te rodean.
Buena parte de las enfermedades surgen por la desdicha, la infelicidad baja las defensas, el enojo aumenta la adrenalina, eso te enferma, y las enfermedades surgen porque te afliges de lo que hagan o de lo que dejen de hacer los demás. ¿Por qué permites eso? ¿Por qué compras medicamentos, pagas médicos, pasas por los malestares de las enfermedades, o hasta te mueres, porque te molesta lo que hagan los otros? ¿Por qué te molesta lo que hagan o no hagan los demás? ¿Por qué dejas que tu salud, tus estados de ánimo, dependan de los demás? ¿Acaso todo los que está a tu alrededor tiene que ser, tiene que funcionar, tal y como quieres sino te molestas? ¿Qué es más fácil, cambiar el mundo o cambiar la actitud con respecto a lo que pasa en el mundo? ¿Qué es más fácil, cubrir de alfombras un camino empedrado y espinoso, o ponerte zapatos?
Con esto no quiero decir que te conviertas en un ser inerte, catatónico, que no hagas nada por redirigir lo que acontece. Una piedra puede cambiar el curso de un río, muchas piedras pueden hacer un embalse. El asunto es qué actitud, qué reacción tener ante lo que sucede, ¿una actitud o una reacción que te enferme, que te disguste, que te infarte o que te produzca úlcera, o más bien una actitud, una reacción que te sanen, que te purifiquen, que te mantenga en un estado de ánimo ecuánime y en ese estado actuar acertadamente?
Siempre estás esperando que el otro cambie según tus deseos, que cambie el presidente, que cambie tu pareja, que cambie tu país, y cuando te cansas de esperar entonces buscas sustituirlo por otro, otro presidente, otra pareja, otro país; pero tú no cambias, estás muy bien así, que cambien los otros, tú dices “yo soy así, nadie me puede cambiar”, “me tiene que aceptar tal y como soy”, pero no aceptas a los demás, es así como surgen los conflictos, las guerras.
Te enseñaron a seguir una ideología, un grupo, una religión, te enseñaron a que otros piensen por ti. Te inscribes en un partido político, te adhieres a una iglesia, y dejas de pensar, es más cómodo, te sientes más seguro. Te enseñaron a defender un país, que es una fantasía, en ningún lugar de la tierra aparece dividida en países, te sacrificas por unas líneas en el mapa, te inflas el pecho por un pedazo de tela pintada que llamas bandera, te abofeteas con otros por unas ideas que se le ocurrieron a unos tipos en otros tiempos.
Si mueres por tu país te llaman mártir, te mataste por una ridiculez inventada por los políticos, que están insuflados de ego, apegados al poder, son ambiciosos, te empujan por la fuerza o por la propaganda a morir por una patria, o por una bandera, o por una ideología, o cualquier idea inventada, y son estos políticos los que quedan como héroes, les levantan estatuas, y los imbéciles anónimos mueren por ellos.
Cuando digo “sigue tu camino” es que no permitas que te distraiga ninguna persona, ningún religioso, ningún político. Tu primera responsabilidad no es un país, ni ninguna ideología, ni ningún dios, eres tú mismo. Sigue el camino que profundiza hacia ti mismo.
Si sigues delegando tu responsabilidad no llegarás a ser un verdadero individuo, sino un títere. A los políticos y los curas les encantan tener títeres a su disposición, para tener tontos útiles, beneficiándose de su dependencia, de su mendicidad.
Qué belleza hay en un ser que puede mantenerse íntegro, despierto en la adversidad, que se mantiene ecuánime y firme como una piedra, aunque le rodee el dolor y la alegría, los odios y los aplausos. Que su ser no depende de los egos mezquinos de los políticos, de los curas, que no sigue ideologías, ni dogmas, ni religiones, que es capaz de disfrutar de la vida y también de la muerte. ¿Eres uno de ellos? ¿O eres acaso parte de un rebaño, un borrego que va detrás de un “ismo”? Tú decides, si quieres ser esclavo de los demás, o ser libre, si seguir el camino del rebaño, o tu propio camino.
El apóstol de la inacción.
Rengi muy bueno, te felicito, cada cierto tiempo es necesario leer algo como esto… Sobre todo en este momento, con tanta gente rasgándose las vestiduras por el país, y como ciudadanos de ese país son bastante mediocres // Sólo considero pertinente esta observación: no generalices con las religiones… La Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asis, San Juan Bosco, son ejemplos de que sí se puede ser religioso, sin considerar como «títeres» a los demás… Tienes una imagen muy estigmatizada -mediatizada- de las religiones, especialmente del catolicismo (pareciera la religión favorita para criticar)… Como siempre el cliché de la malvada y oscurantista iglesia católica, tan machado por algunos supuestamente liberales, que también tienen sus intereses bien particulares, nada altruistas por cierto. A cada ser humano se le debe respetar su Fe, y no llamarle «títere» por el hecho de que crea en las palabras de un cura, o de quien prefiera como guía espiritual.
@LuzBqa: Krishnamurti dijo: «La religión de todos los hombres debe ser la de creer en sí mismos».
Yo agregaría, que cuando crees en las palabras de un cura o de una serie de alucinados religiosos, o cuando crees en un dios inventado a imagen, semejanza y conveniencia del hombre, te conviertes en un títere. Tan a merced estás de esas invenciones, que te ofendes porque alguien critica el catolicismo, como si el catolicisimo fueses tú mismo. Creo que el mundo necesita que dejemos de identificarnos con cosas que no significan nada y empezar a pisar tierra. Saludos.
@onoto:
Cada ser humano tiene derecho al libre albedrío, y se le debe **respetar** su espiritualidad, o también si decide no tenerla, sin llamarle títere o seguidor de alucinaciones y de dioses inventados.
Verdaderamente no entiendo, hablan de creer en sí mismo, del autodescubrimiento, de no concentrarse en lo que hacen los demás, de no esperar que los otros se comporten como creemos que deberían comportarse, y por otra parte lanzan piedras en forma de palabras, contra los que no compartimos su sistema de creencias… sean congruentes por favor, revísense a sí mismos, y verifiquen si verdaderamente están practicando lo que profesan…
@LuzBqa: Nunca fue mi intención estigmatizar a las religiones, si esa fue la interpretación, pido disculpas. A lo que ataco es a la hipocresía, que en nombre de dios, o de religiones, o de ideologías, se hacen una cantidad de atrocidades. Los ejemplos que pones son de seres que quisieron romper los esquemas, todos los grandes líderes espirituales quisieron romper los esquemas de su época, pero lamentablemente la gran mayoría de sus seguidores hicieron de sus palabras y su práctica un cascarón vacío, y que fueron modificados a conveniencia de los egos y las ansias de poder.
Toda aquella enseñanza, práctica, devoción, que vaya en función de la liberación del sufrimiento, de la transformación de la violencia, de la ira, del odio, al amor compasivo; entonces lo acepto, sin importar el nombre que se le ponga; pero para ello hay que desprenderse de los egos, y eso tiene muchísimo trabajo, más allá de los simples ritos y de las asambleas y de lecturas de libros, requiere de una firme determinación a contenerse y liberarse de un montón de cosas perjudiciales, que muy pocos están dispuestos a hacer.
Aquí abunda quien tira la piedra y esconde la mano.
Han echado a perder un sitio donde nadie le tenía miedo a la polémica.
Quedará sobre vuestras conciencias.