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Nuestro propio juego de tronos…

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Mientras los seguidores de George R.R. Martin alrededor del mundo esperan el estreno de la tercera temporada de Game of Thrones (esta vez, será el turno de “Tormenta de Espadas”) aquí en Venezuela ya estamos bastante cerca de la premiere de la décimo cuarta temporada de nuestro propio “Juego de Tronos”. Ya el reparto esta listo, y presto a tomar sus lugares:

(ATENCIÓN: ALERTA DE SPOILERS PARA LOS QUE NO HAN LEÍDO EL PRIMER LIBRO DE «CANCIÓN DE FUEGO Y HIELO)

a) Por un lado, tenemos a Hugo Chávez en el papel de Robert Baratheon, el rey bonachón y simpático que ha puesto Poniente al borde de la ruina. Robert Baratheon fue alguna vez un gran guerrero, encabezando una rebelión que le puso en el Trono de Hierro. Pero ahora, no pasa de ser un personaje panzón y patético, que vive de sus glorias pasadas. Resultó ser mejor conspirador que gobernante. No se le da muy bien eso de las cuentas, y cree que es algo muy aburrido ponerse a “contar calderilla”. El lema de su casa es (Eudomar Santos dixit) “Como vaya viniendo, vamos viendo”.

La terquedad de Robert Baratheon, y su tendencia (permanente) a desechar consejeros y/o amigos podrían perjudicarle. Le convendría cuidarse de los jabalíes y las cacerías. Algunos de miembros de su círculo ya empiezan a hacer cálculos de qué (y cuanto) es lo que les va a tocar, luego de que el monarca se “retire” del Trono de Hierro.

b) En las sombras, tenemos a Diosdado Cabello, en el papel de Lord Petyr Baelish (“Meñique”). Trabaja a la calladita, y sin hacer mucho ruido. Todo el mundo tiende a subestimarlo, como noble de poca monta e insignificante familia, pero poco a poco (con una traición aquí, una jugada acá) se hará del coroto. Cuando todos los demás se den cuenta, será como que tarde para frenarlo en sus ambiciones.

c) Esperando al bate para subir al Trono de Hierro, como sucesor (¿legítimo?) del Rey Robert, tenemos a Joffrey Baratheon, encarnado por Nicolás Maduro. Joffrey es un muchacho algo malcriado, que trata de refugiarse en el buen nombre de su padre, para pedir “respeto”. Trata de hacerse notar con inusuales y exageradas muestras de crueldad. Pero fracasa miserablemente: Todos se ríen a sus espaldas. Lo desprecian e insultan apenas tienen la oportunidad.

Joffrey no lo sabe, pero es el tonto útil que estará al frente, hasta que los verdaderos dueños del teatro se hagan cargo de la obra. Sería prudente que pusiera atención a lo que come.

d) Como consejero real, tenemos al Gran Maestre Pycelle en la figura de Jorge Giordani. Pycelle ha servido bajo varios reyes, y si bien su lealtad y buenos consejos fueron alguna vez útiles, ahora es sólo un viejo decrépito que estorba. Como siga hablando de más, alguien lo llevará al retiro de manera forzada.

e) En el papel de Eddard Stark, señor de Invernalia, tenemos a Henrique Capriles Radonski: Honorable, hasta el punto de la estupidez. Tanta corrección política le costará algún día la cabeza.

f) En el papel de Jaime Lannister, está Leopoldo López. Guerrero muy capaz, pero que sólo sirve para lucir bonito. Lamentablemente, esta inhabilitado por su juramento a la Guardia Real.

g) El principe heredero depuesto (ahora en el exilio) Viserys Targaryen (Pedro Carmona Estanga). Sueña con regresar a tomar el Trono de Hierro, que considera suyo por derecho, pero nadie le para ni media pelota. Para todos, es el gran pelele.

Lamentablemente, esta edición de “Juego de Tronos” carece de un Tywin Lannister que (proverbialmente) “ponga orden en la pea”, o de un Tyrion Lannister que sirva como comic relief, a la vez de personaje interesante.

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