Crónicas de la RBV (II): Desespero pre-moderno

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Siguiendo con la crónica del peculiar experimento que nosotros hemos estado realizando en República Bananera de Venezuela, nos hemos encontrado con un lugar común de esos que nos recuerdan la decadencia de nuestra esfera pública. Hablo del sueño de la razón generado por el desespero reaccionario provocado por la ideología autoritaria de turno.

De reaccionarios están llenos los movimientos políticos en nuestra tierra; incapaces en su mayoría de generar contenidos racionales, discutirlos apropiadamente, con confianza en el pueblo venezolano y respetando la institucionalidad. Aquellas construcciones mentales propias de la modernidad que deberían estar presentes en todo movimiento político que aspire a llegar al poder brillan por su ausencia en la Venezuela de principios del siglo XXI.

Una de estas simpáticas falacias es el nacionalismo. Aquella idea política que versa sobre la Nación como ente autónomo y substancia de la sociedad (Fichte). Cada nación posee unos elementos fundamentales que la conforman (culturales, raciales, idiomáticos, religiosos) y estos elementos deben ser preservados para la subsistencia futura de la nación. Como tal, esta nación debe tomar el control del aparato del Estado y conducirlo para su propia preservación.

El elemento nacionalista local ha tomado forma en la consideración de una dictadura militar como forma de gobierno ideal. ¿Y qué mejor dictadura que la última de ellas? Pero antes de llegar al meollo del asunto, hay que ver las distintas fuentes de esta idea y sobre cómo pueden determinar las múltiples caras del nacionalismo local.

En primer lugar tenemos las ideas de ideólogos dictatoriales muy bien entrenados, como es el caso de Vallenilla Lanz, quien sugiere en su obra “El Cesarismo Democrático” que: “…el Caudillo ha constituido la única fuerza de conservación social, realizándose aún el fenómeno que los hombres de ciencia señalan en las primeras etapas de integración de las sociedades: los jefes no se eligen sino se imponen. La elección y la herencia, aún en la forma irregular en que comienzan, constituyen un proceso posterior”

y prosigue

“Es el carácter típico del estado guerrero, en que la preservación de la vida social contra las agresiones incesantes exige la subordinación obligatoria a un Jefe.
       
Cualquiera que con espíritu desprevenido lea la historia de Venezuela, encuentra que, aún después de asegurada la Independencia, la preservación social no podía de ninguna manera encomendarse a las leyes sino a los caudillos prestigiosos y más temibles, del modo como había sucedido en los campamentos. «En el estado guerrero el ejército es la sociedad movilizada Y la sociedad es el ejército en reposo».
       
Nada más lógico que Páez, Bermúdez, Monagas, fuesen los gendarmes capaces de contener por la fuerza de su brazo y el imperio de su autoridad personal a las montoneras semibárbaras, dispuestas a cada instante y con cualquier pretexto, a repetir las invasiones y los crímenes horrendos que destruyeron en 1814, según la elocuente frase de Bolívar, «tres siglos de cultura, de ilustración y de industria».
       
Don Fernando de Peñalver escribía en 1823:
       
«Es una verdad que nadie podría negar, que la tranquilidad de que ha disfrutado Venezuela desde que la ocuparon nuestras armas, se ha debido al General Páez, y también lo es, que si él se alejase de su suelo, quedaría expuesto a que se hiciese la explosión, pues sólo falta, para que suceda esta desgracia que se apliquen las mechas a la mina»

El señor Peñalver fue de los primeros en comprender la importantísima función que Páez ejercía en Venezuela, sin embargo de que, como había dicho en 1821, sólo existía «un pueblo compuesto de distintas castas y colores, acostumbrado al despotismo y a la superstición, sumamente ignorante, pobre, y lleno al mismo tiempo de los vicios del Gobierno español, y de los que habían nacido en los diez años de revolución», y creía el fiel amigo de Bolívar, que la República «necesitaba por mucho tiempo de un conductor virtuoso, cuyo ejemplo sirviese de modelo, particularmente a los que habían hecho servicios importantes y que por esta razón se consideraban con derechos que no tenían, ni podían pertenecer a ninguna persona»”

La ideología nacionalista venezolana parecería provenir de un desprecio profundo hacia al pueblo por creerle un hatajo de imbéciles. En realidad, si le hacemos caso a Vallenilla Lanz, él acota que la sumisión efectiva al gendarme necesario deriva del estado de anomia* social presente, del cual solo se puede salir bajo la autoridad de alguna persona que ponga orden; en un extraño paralelismo con el concepto de “dictadura del proletariado”.

La primera falacia es confundir a la democracia liberal y al respeto de los derechos civiles como “anarquía” o “desorden” tal como verán en unos párrafos. Aparte que, considerando todo lo anterior, el cesarismo democrático bien puede entenderse como la transición de un estado salvaje o de naturaleza a un estado social, haciendo otro paralelismo con las ideas de Hobbes. Vallenilla Lanz parece resucitar por un momento al Leviatán.

Algo que pudo haber funcionado en la Venezuela del Siglo XIX plagada de guerras civiles y autoridades en competencia abierta**… Pero no en una Venezuela alfabetizada, industrializada y urbana en su mayoría.

El desprecio del pueblo al intentar forzar locuras decimonónicas se encarna de manera paradigmática en ese sentimiento conservador y totalizante que deriva del nacionalismo á la Fichte. Y para intentar demostrarlo, me he metido en una página bastante INTEDEZANTE en donde nos hicieron el favor de resumir todas estas ideas con olor a naftalina en bellas imágenes.

Bien. Como verán, si no son católicos, hablan español, fueron criados en una cultura occidental y demás, no tendrían derecho a denominarse en propiedad “Venezolanos”. ¿Y que hacemos con las etnias venezolanas que no son estrictamente euro-descendientes culturalmente? Hay que ver que la cultura como tal posee componentes tanto individuales (las costumbres personales que uno quiera o no adoptar) como sociales (el entorno en general). Hablando de materialismos, ¿y que queda de los ateos? ¿Que haría un hipotético movimiento de «reacción nacional» ante grupos de irreligiosos que demanden libre actividad pública para expresar sus ideas? Suena la primera alarma. Veamos otras joyas:

El sentimiento de modificar las conductas ajenas y someterlas a la colectividad en modo totalizante, usando la fuerza del Estado si es necesario, es esa insidiosa característica propia del Fascismo y demás hierbas autoritarias que se le parecen sospechosamente. Bien un maricón como yo podría no tener lugar en esa bonita isla desarrollista de orden, paz y nación, o paz, orden y trabajo, o orden, nación y honor, o lo que sea, debido a que mis actitudes y mis comportamientos amenazaría la existencia de la nación misma y sería justicia el que me cayera algún correctivo. O la expulsión. O ir a un campo de reeducación. O un exorcismo :D

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Verán. En una democracia normal (un país serio) hay límites para los comportamientos individuales. No se puede matar sin pagar por ello, no se puede robar y luego esperar salir indemne.

La diferencia entre un país serio y un país gobernado por un régimen X-ista, es que los límites, las líneas rojas de lo que se puede hacer y no (en las democracias liberales), son amplias; ya que el principio fundamental de un país serio es la libertad que es la madre (y complemento necesario) del orden. Que si dejas a tus ciudadanos tranquilos conviviendo entre sí de forma pacífica, es bastante probable que algo bueno pase. El uso de la fuerza para disciplinar a los ciudadanos es meramente contingente a las necesidades sociales, es decir, cuando el orden social se vea afectado.

Al final la relación se vuelve mutualista. El Orden depende de la libertad tanto como la Libertad depende del orden, y es cuestión del legislador y las autoridades el ver cual aplica preferentemente en caso de conflicto (¡deberíamos vigilar más a seguido a todos esos cargos!).

Y estos puntos, estas necesidades sociales, suelen estar establecidos en la Carta de Derechos de la Constitución y el Código Civil. Es decir, no es algo que alguien se ha sacado del sombrero ni es algo dependiente de la voluntad de un hombre. Estado de Derecho, le llaman…

Aquí es al revés. El Orden (EN MAYUSCULAAAA!) es la madre de la libertad. Y el resultado final de un régimen como éste dependerá de como se considere tal orden. Si tenemos a gente gobernando que es capaz de apoyar cosas como torturar personas por robar o denegarle derechos a minorías que “destruyen la esencia nacional” pues estamos en presencia de la denegación del Rechtstaat, de la libertad y de la democracia, sacrificando hormigas, que digo gente, en honor del tótem de turno (la Patria). El Orden como causa causarum, como el fin y medio para preservar la necesaria tradición, y de allí la guerra contra lo que se considere indisciplina, sedición, traición, modernismo, innovaciones, etc.

Todo esto tiene que ver con la insidiosa concepción de la Política como acto y competencia de poder entre adversarios ideológicos, y tiene que ver además con la ceguera ideológica que, como la religión, puede sufrir de la enfermedad de los fanatismos:

En este sentido, para resumir, se compone la ideología política de una proclamación de ideas acerca de la sociedad perfecta o ideal, de una descripción del estado de las cosas, y por último de una prescripción, es decir, ¿que coño tenemos que hacer para tener nuestra sociedad ideal? En el caso del fanatismo ideológico, estos fines son irrenunciables; y los medios, no-negociables hasta el punto de imponerlos guste o no guste al resto de la sociedad.

Este gran mal propio de diversas visiones políticas basadas en ideologías fanáticas permite, entre otras cosas, que se justifique que a alguien que tenga “pinta de malandro” le metan un coñazo, justifica las expropiaciones sin juicio ni compensación, y también permite justificar razonamientos tan bizarros como estos:

El otro elemento perjudicial es el grosero militarismo que se desprende de todo esto. No por nada el eterno amor del pueblo venezolano por los caudillos. Quizá, solo quizá, ese cesarismo esté justificado. Y si esto es cierto, entonces el precio en ese caso será la ruina para los ciudadanos y un ladrillo más para apuntalar la torre del bananismo.

Entiendo perfectamente que la situación actual no es normal. Que no es normal que maten a 73 personas cada cien mil habitantes, no es normal que tengamos los poderes copados por solo una tendencia política y que abusivamente nos lo recuerden a cada rato. Que todo esto del Presidente Schrödinger y “la niña” (de trece años) que es la Constitución no es normal. Pero reemplazar una estupidez decimonónica con otra estupidez decimonónica (o peor, del Antiguo Régimen) es seguir en la misma locura*** y en la misma estupidez en la que hemos estado.

El desespero de actuar en situaciones que comprometen en demasía la estabilidad y la paz mental a la que queremos estar acostumbrados nos pueden hacer preferir andar por caminos fáciles y “expeditos”. Es normal que mucha gente se vea desesperada y que en situaciones de tensión, pueda consentir el suspender nociones elementales de bondad, tolerancia, comprensión o respeto a la integridad física de sus semejantes. El movimiento nacionalista fanático que toma el poder y que amenaza con poner orden a los carajazos es a la política (en nivel macro) lo que los linchamientos de malandros o la «profilaxis social» a la convivencia comunitaria a nivel micro.

Pero claro, es la mar de racional tener en estima a los dictadores, que no importa que Gómez y P.J. hayan torturado y matado, queremos nuestras carreteras bien limpias de hojas, vagos y maleantes. ¿¡Como no me había dado de cuenta!? :3

Y para dejarlo claro, viene el estimado falangista Manuel De la Cruz a mencionar elegantemente que la democracia liberal funciona… Para quien cree en ella (¡Como las apariciones de la virgen o los ovnis!) Citando a Baudelaire:

Vamos, ¡porque comparar a un Estado de derecho con la anarquía pura y dura es la mar de inteligente! Repito, eso funcionaba en el siglo XIX, cuando la palabra República era más o menos sinónimo de “dictadura” y Napoleón III gozaba de su poder y gloria. La misma época cuando podías comprar un territorio y hacer con sus habitantes lo que te diera la regalada gana en nombre de su bienestar. El fin, parece justificar los medios.

Esa es la gran tragedia política de la Venezuela contemporánea, el no pensar las soluciones y el confiar en la fuerza como medio para solucionar de forma inconveniente una situación compleja que requiere de “calma y cordura”, todo en una situación que induce al desespero.

Más lecciones a aprender proveniente de lo que parece otro refrito neo-falangista:

En resumen, luego de ver tanto espectáculo neo-fascista, mis recomendaciones serían las siguientes: Dejemos de considerar al pueblo venezolano como idiotas, como desvalidos que no pueden ser decidir por sí mismos su propio destino sin que venga el Gendarme necesario a poner orden, dejemos ese vulgar complejo de sub-estimación que nos hace ver poco mejores que monos y ocupémonos de enmendar sobre lo malo y avanzar sobre lo bueno. Y para ello primero hay que hacer notar lo malo, aunque sea una tarea dificultosa en tiempos donde la crítica es tabú. Nadie dijo que fuera fácil; pero la ilustración del pueblo es tarea fundamental, y los medios para hacerlo están presentes hoy.

Si queremos democracia, aprendamos a ser ciudadanos de un país pacífico y tolerante, no meros habitantes de un terreno. La nación es el conjunto de todos los ciudadanos, nadie puede hablar en nombre de ella más que todos y por último, pero no menos importante, la felicidad de la misma es la felicidad de todos sus individuos.

Dejemos a la República Bananera en los libros de historia.

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*Falta de ley y orden, en griego.

**Como detalle curioso de lo complicado que era vivir en la Venezuela agropecuaria, la Constitución Federal de 1864 que proclamó la existencia de la República en federación tenía un artículo, el número 120, que decía:

El Derecho de Gentes hace parte de la Legislación Nacional, sus disposiciones regirán especialmente en los casos de guerra civil. En consecuencia puede ponerse término a ésta por medio de tratados entre los beligerantes, quienes deberán respetar las prácticas humanitarias de las naciones cristianas y civilizadas.

Es decir, estamos hablando de un artículo de la ley de leyes que regula nada más y nada menos que la Guerra Civil. Un evento como si fuera una mariquera más como la administración de justicia o (el caso que nos ocupa) la detención y guarda de los detenidos. Básicamente hay que recordar que esta constitución se redactó luego de la Guerra Federal (1859-1863). De allí el general J.C. Falcón se intituló presidente de la República empezando la larga seguidilla de revoluciones y guerrillas hasta 1903 cuando Cipriano Castro y J.V. Gómez pacifican y unifican (a la fuerza) el país. De allí la admiración (y justificación) de Vallenilla Lanz por el Gendarme necesario.

***No por nada Einstein decía que el repetir algo mil veces y esperar algo distinto era sinónimo de locura.

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Post Scriptum:

Como última vaina que tengo que decir, solo me queda apuntar que “el hampa” no administra ni hace aplicar ningún artículo de la Constitución ya que los hampones no son ordenados por la carta magna a hacer nada. No es un artículo que tiene que cumplir el hampa sino el Estado frente a los ciudadanos, y es el tema del que se ocupa el vídeo (maltrato por parte del Estado).

El artículo 55 de la neo-moribunda o la “incestuosa” expone claramente el deber que tiene el Estado para con los delincuentes; y ese es el evitar que sigan delinquiendo. Y en demás artículos se protegen libertades que son violadas por el hampa y demás delincuentes. Si alguien tiene que perder frente a una lectura sencilla de la Constitución, es el delincuente.

Claro, hay que ver la eterna diferencia entre la realidad y la ley, entre la Constitución viviente, y la Constitución en el papel. Curiosamente en los comentarios del link de la República Bananera que previamente mencioné, se indica esto. Y no puedo hacer nada más que agradecerlo. Se puede aprender de todo el mundo.

20 Comentarios

  1. Interesante análisis. Reconozco que yo pasé por mi propia etapa pro-autoritaria donde veía a gente como Pérez Jiménez como lo más arrecho de nuestra Historia. A fin de cuentas, luego de ver como la gente reelige una y otra vez a un incapaz corrupto como Presidente de la República es normal que muchos empiecen a dudar de la democracia y se sientan tentados por soluciones autoritarias. Epa, yo no los justifico, solo entiendo su postura. Las actuales condiciones deplorables de la Patria no son razón para buscar regresar a una época primitiva y brutal, una época de la que irónicamente viene el tipo al que tanto odian. Negar la influencia perezjimenista en lo que ha sido el chavismo como fenómeno social sería una completa locura.

    Ya sobre el nacionalismo, ese es otro tema en el que no estoy de acuerdo con ustedes. El nacionalismo, les guste o no, es una fuerza que aún está muy viva en todo el mundo, y es una soberana estupidez darla por muerta hoy en día. Baste ver la misma Europa, donde se creyó haber superado de una vez por todas al nacionalismo, y ahora todas las naciones se aferran a él en busca de una balsa salvadora durante la crisis económica, en medio de constantes reproches a una Alemania que pareciera querer recuperar su antiguo papel imperial.

    En tercera, no veo la contradicción en el primero de los pósters que colocan de los «compañeros» perezjimenistas. A fin de cuentas, si aceptamos que nuestra identidad nacional fue construida por una fusión entre las culturas occidental, indo-americana y africana, es un hecho que nuestra identidad nacional fue construida, al menos parcialmente, sobre las bases de la Cristiandad, eso sí, una Cristiandad muy católica e influida por las antiguas religiones indígenas.

    Aquí nadie excluye a las etnias indígenas supervivientes, de hecho, es todo lo contrario. El régimen perezjimenista las reconoció como uno de los símbolos de su seudo-ideología (no nos olvidemos que era un indio el emblema de Cruzada Cívica Nacionalista).

    Cuarto, no deberían olvidar que la Constitución Federal de 1864 promulgada por Falcón le otorgaba a los Estados federales la potestad de guerrear unos con otros (en medio del paroxismo federal de la época, pienso que dicha decisión fue más por lo anteriormente dicho que por un reconocimiento implícito de que Venezuela seguiría sufriendo varias guerras civiles), conservando el Estado central la capacidad de mediar entre los bandos combatientes, que no es lo mismo que regular la guerra civil, y acertadamente dicho artículo no fue incluido en posteriores constituciones de la época.

  2. Lo del nacionalismo á la Fichte es una posición minoritaria que gracias a la crisis económica europea está surgiendo poco a poco. Y no es demasiado simpático: http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/26292

    Y con respecto a la conservación de la herencia cristiana y occidental, pienso que en estos aspectos delicados tiene que haber un compromiso entre Estado y sociedad. Nuestra república es aconfesional, pero tiene el compromiso de defender la «venezolanidad». Hay aspectos propios del dominio de las consciencias que no pueden ser vulnerados por la fuerza del Estado y la soberanía nacional poco tiene que ver.

    Gracias por comentar.

  3. Muchachos, este experimento se pone cada vez más interesante. Me gusta mucho porque se lo toman en serio y respaldan sus artículos con fuentes. Y lo mejor, lo mejor, los ejemplos

    El urfascismo en la sociedad venezolana es más generalizado de lo que podemos imaginar. En cualquier reunión escuchas sus argumentos, y además es bien visto socialmente.

    «Aquí la solución es matar a todos los malandros» También he escuchado esta flor: «Aquí lo que hay que hacer es tirar bombas sobre los cerros y destruirlos» La cosa puede llegar a ser vomitiva.

    Y ahí está, una de las razones por las que hoy estamos gobernados por un ídolo religioso muerto.

    Y también están los que chillan por la democracia, la libertad y la justicia, y se hacen pipí solo de pensar en una charreteras que pondrán orden en el desastre. Es decir, si me das tranquilidad, no importa la represión. Otro elemento que jamás se debe subestimar: el egoísmo puro y duro

    Complejo, muy complejo

    Esperando la próxima entrega

  4. Adriana: Bingo. Uno de los próximos artículos tratará de la falta de empatía, el egoísmo que es tan evidente en cierta gente, que, para colmo, se da el tupé de criticar a otros por lo mismo.

  5. También hemos oído frases como: »Aquí lo que se necesita es una dictadura» y, seguramente, serán los primeros en quejarse. Si nos ponemos a ver. El fascismo, como teoría política, nace precisamente de la crisis económica, política y social que acarrea en un país. Se habían tardado en aparecer y hacerse eco de estos medios expresivos. Tal vez si nos ponemos a analizar la cuestión Pérezjimenista podemos dar ciertas atribuciones a su dictadura. Organizó al país económicamente, creó unas bastas infraestructuras que, hasta el sol de hoy, son clave fundamental en la esencia de Caracas. Todos queremos que nuestro país crezca como creció en esa época, pero no precisamente quiero estar escondiéndome de la Seguridad Nacional, o equis policía política, porque soy comunista o simplemente no estoy de acuerdo con el Gobierno dictatorial. Simplemente a mí no me da la »paz» y el »orden» tener un rascacielos en la mitad de Caracas, y que me estén persiguiendo equis policía política por mi ideología o mi forma de pensar la historia y la política. Simplemente me parece que ese tipo de personas que piensan que sólo con un par de rascacielos y una autopista limpia se tiene »paz» en el país. A esas personas les denominaría »conformistas». Algo así como lo que acontece hoy día, pero hacia el otro extremo ideológico.

  6. @Jesús O. Guevara: mire, honestamente yo no veo casi nada relacionado con el nacionalismo en el paper que me coloca ahí. Eso es un estudio constitucionalista, no un estudio sobre el nacionalismo, no me tome por ingenuo. Espero que recuerde el debate que tuve con «RBV» (sea quien fuere el que usara la cuenta, es posible que fuera usted, y si no lo fue, sería igualmente interesante ver que opina sobre el tema) sobre la memoria histórica, y aunque yo no apoyo ese concepto, si que le recomiendo recordar la arrogante frase de Manuel Azaña, Primer Ministro de la II República Española: «España ha dejado de ser católica». Solo 8 años después venció en una guerra civil la reacción católica al régimen que Azaña representaba. Espero que usted no se ponga a contar los pollos antes de nacer como Azaña y considerar como una «posición minoritaria» al nacionalismo, sin ningún dato sociológico a la mano.

    Y sobre la cuestión religiosa, hasta donde yo tengo entendido, nuestra religión oficial es la católica, según lo acordado en el Concordato de 1963 firmado por ese ilustre ateo que fue Rómulo Betancourt, y donde el Estado tiene la potestad de proponer una terna de candidatos a obispos para su elección por parte del Vaticano, además del buen billete que le damos anualmente a la Iglesia. Nuestra Constitución pasa de largo sobre el tema, no pronunciándose si sobre nuestro Estado es aconfesional o no, y viendo que dicha Constitución invoca a Dios en su preámbulo, parece que el catolicismo sigue siendo la religión oficial de Venezuela.

    Ojo, yo nunca me he puesto en contra de la libertad religiosa. Pero no creo que vulneren la libertad de nadie las actuales disposiciones constitucionales. Ya otro cuento es lo que dicen nuestros camaradas neo-fascistas, con lo que no estoy de acuerdo en ese punto, pero bien que bien, puede decirse que la «venezolanidad» tiene en una de sus bases al cristianismo, le guste a quien le guste.

    @Adriana Pérez Bonilla: más que «ur-fascismo» yo lo denominaría simplemente «autoritarismo». Casi ninguna de nuestras dictaduras ha terminado en el totalitarismo, ni siquiera la actual. A fin de cuentas, nuestra sociedad vivió gran parte de su época independiente bajo el control del caudillo de turno, no es sorpresa alguna que una vena autoritaria, pese a todo el esfuerzo de la democracia, sobreviviera en nuestra sociedad esa oculta semilla que germinó en un espantoso fruto en 1992.

    Negar la profunda influencia de esa vena autoritaria (irónicamente comenzada por un hombre conocido históricamente como el Libertador) en el chavismo como fenómeno es una soberana locura.

  7. Error… Parece que linkee el paper incorrecto. Tengo demasiados en el escritorio.

  8. Relativo a la cuestión religiosa, tendría que advertir que aunque Venezuela no es un Estado laico, no existen previsiones constitucionales que lo identifiquen con alguna religión (más allá de la invocación en el Preámbulo que no tiene mayor valor que la Exposición de Motivos) a priori, ni a sus ciudadanos.

    Ello, más la garantía de libertad de religión y de culto nos haría (según mi criterio) una república «aconfesional» á la alemana. Un estado donde se garantiza la libertad religiosa y donde hay colaboración entre el Estado y las iglesias y demás confesiones religiosas, de ser necesaria.

    El Concordato bien vale como contrato contraído entre el Estado y la religión Católica, y claro, la existencia de este a lo sumo violaría una concepción más positiva o radical de laicidad (la no-intervención del Estado en asuntos religiosos expresada en no-cooperación con ninguna concepción), concepción que los constituyentes no abrazaron, como se nota en el texto.

    En efecto, la venezolanidad está conformada en su base por una cultura cristiana, igual este país se garantiza la libertad religiosa y es cuestión del legislador y los ejecutivos el garantizar ambos derechos. Aunque a mí me encantaría, para cortar por lo sano, que ni el Estado ni las confesiones se entrometieran en la selección de autoridades, además que el Estado debería dejar de darle dinero a las confesiones que lo acuerden. O son todas, o no es ninguna.

    Con el origen del autoritarismo, caudillismo y comportamientos ur-fascistas presentes en buena parte de la política venezolana, pues poco puedo agregar. Buena parte del problema venezolano ha radicado en la falta de institucionalidad para ponerle freno a tendencias caudillistas.

    Y este sustrato pro-caudillismo puede alimentar, en medio del desepero por conseguir soluciones a tanto daño que nos rodea, al fantasma nacionalista más identificado con dictaduras militares e ideologías guerreras que con el mero patriotismo (chauvinismo, a mi manera de ver), que está bien presente en nuestro país: http://web.archive.org/web/*/http://faculty.chicagobooth.edu/adair.morse/research/nat080211.pdf

    Particularmente me baso en considerar dicha concepción nacionalista explícitamente antidemocrática como minoritaria usando ese indicador que menciona el apoyo de la democracia o su preferible suspensión por una dictadura. El apoyo a la democracia es alto, pero va en bajada: http://www.emol.com/documentos/archivos/…/20111028141231.pdf No es que correlacione directamente con esta vertiente de nacionalismo caudillista/neo-fascista, pero es lo mejor que tengo a falta de encuestas que le pregunten a la gente «¿y que es usted, ideológicamente?»

  9. Ojo, me gustaría apuntar un detalle esencial: el Preámbulo de nuestra Constitución si es relevante, o al menos mucho más que la Exposición de Motivos (y que yo sepa, no existe ninguna sentencia del TSJ que diga lo contrario), aunque más allá de una difusa identificación con el Dios cristiano, no hay más nada.

    Y no estaría tan seguro de que seamos una República «aconfesional» a la alemana, pues hasta donde tengo entendido, el Estado solamente colabora con la Iglesia católica, y ninguna de las iglesias protestantes, por no mencionar al resto de confesiones religiosas, cuentan con ayuda alguna del Estado. Ergo, de facto Venezuela puede considerarse un país cuya religión oficial es el catolicismo. O a lo más, en un país aconfesional inclinado hacia el catolicismo. A fin de cuentas, desde tiempos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni que casi nadie toma en serio la cuestión religiosa en Venezuela.

    Y bueno, la triste realidad es que solo la Iglesia Católica es financiada desde el Estado. Yo personalmente creo que debemos financiar a todas las iglesias cristianas, y hasta allí, al ser éstas una de las raíces de nuestra cultura.

    Y hasta donde pude entender del primer paper, es un estudio hecho principalmente en base a datos registrados por el WVS durante la década de los 90s, y de paso, curiosamente, el WVS coloca solo a una distancia moderada a Europa occidental del «marcador patriótico» de Centroamérica y Suramérica.

    En otras palabras, creo que es injusto tratar de valorar a la Europa actual en base a datos desactualizados. E incluso dichos datos indican a que a excepción de una Alemania que se acogió bajo las alas del «patriotismo constitucional» como remedio al chovinismo hitleriano, el resto de países europeos gozaban aún de cierto nivel de nacionalismo, aunque obviamente algo alejado de los niveles latinoamericanos.

    Y ojo, soy de los que creen que no estaría mal ponerle un parado a tanto chovinismo pendejo, ya sea tratando de inculcar un «patriotismo constitucional», o tratando de disminuir la influencia del culto bolivariano en los colegios. Pero aún así, creo necesario aún al nacionalismo como fuerza sociológica y psicológica para la cohesión de las naciones.

    Por cierto, el 2do paper que pones es un link roto :P. Como que andáis en mala racha xDDDDDD.

  10. “El populismo se maneja dentro de las claves del nacionalismo, mediante la presentación de una tensión dicotómica y maniquea entre la patria identificada con el bien, y el exterior o imperialismo, representación del mal. El discurso nacionalista, basado en la negación de lo externo, brinda la posibilidad de presentar una imagen de sociedad cohesionada y homogénea. El nacionalismo facilita el desagüe de odios y traumas acumulados, a la vez que evita entrar en diagnósticos profundos y diseñar políticas modernizadoras concretas.” Jorge Schaulsohh

  11. @Perla

    *.* Esa cita.

    Precisamente todo se retro-alimenta y quien pierde en todo ello es la democracia como la conocemos; de hecho, el nacionalismo (que es curiosamente negado por quienes adscriben de nacionalismo «perezjimenista») que presenta buena parte del chavismo es ese típico nacionalismo como reacción a ataques externos percibidos (El Imperio, los lacayos, los apátridas) contra su particular noción de «Patria Socialista».

    El original sentimiento internacionalista-socialista de auxilio mutuo de la clase obrera para lograr la revolución mundial se ha transformado en este extraño remix del «Socialismo en un Solo País». Digo extraño porque todo ese bla-bla-bla tan patriótico no le ha impedido a las élites dirigentes el plantearse cosas tan «transnacionales» (el capital no tiene patria ni fronteras) como privatizar parte de la soberanísima Nueva PDVSA: http://caracaschronicles.com/2012/03/06/fin-de-mundo-la-revolucion-quiere-privatizar-parte-de-pdvsa/

    @Pablo Ortega

    Por cierto, el paper con el link roto era el Latinobarómetro de 2011. :(

    A lo mejor usando The Wayback Machine se arregla. Mis disculpas. Mala suerte xD

  12. @Jesús O. Guevara: cuándo consigáis el Latinobarómetro de 2011 por favor colócalo por acá, para así poder continuar el debate.

    Y mire usted que tampoco creo que haya de sacrificarse el Estado de Derecho para poder acabar con la delincuencia, pero sí estoy de acuerdo con esto: «¡Plomo al hampa!».

  13. De verdad no entiendo esa manía de los «intelectuales wanna be» o de los mismos intelectuales de inundar con jerga cualquier cosa que escriben o pretenden explicar. El ser prosopopéyico reduce notablemente el alcance del mensaje, pero bueno, a los politólogos en las escuelas no nos enseñan a hacer que el mensaje «llegue».

    El escrito adolece de muchas fallas, pero la mayor de todas es el intento de fusionar la idea de que una política de gobierno actual está en plena sintonía con un comentario particular de alguien que expresa una postura en internet. Eso es un error metodológico garrafal a la hora de emitir un análisis, pero creo que responde más a la saña con la que el autor escribe el texto. Saña porque obviamente le tiene arrechera al gobierno y recurre a todo su cardumen cognoscitivo para satanizarlo, desacreditarlo y demás.

    Esta perla «Si tenemos a gente gobernando que es capaz de apoyar cosas como torturar personas por robar o denegarle derechos a minorías que “destruyen la esencia nacional”» es una opinión malsana carente de veracidad disfrazada de enunciado verídico corroborable. Se sale del contexto y crea una realidad carente de sustento tangible. Es un enunciado que responde más a su empeño sistemático de escoñetar al régimen «opresor» del que es «víctima» a diario, antes que a una esquematización lógica producto de la observación de la realidad. Me imagino que su «fuente» son los informes de HRW, por consiguiente, si le metes a la máquina información escatológica, la máquina producirá resultados escatológicos. Inclusive, cuando leí esa frase por primera vez pensé citaba a Morris Berman en su libro «Cuestión de valores».

    Otra perla, «Entiendo perfectamente que la situación actual no es normal … no es normal que tengamos los poderes copados por solo una tendencia política y que abusivamente nos lo recuerden a cada rato.» ¿Cómo va a hacer semejante afirmación? los diputados de derecha/opositores en la AN ¿qué son? ¿los gobernadores y alcaldes opositores qué son? ¿El rector apátrida en el CNE qué es? Cualquier venezolano inteligente con estudios de bachillerato se daría cuenta de semejante mito: «poderes copados por sólo una tendencia política».

    «Dejemos de considerar al pueblo venezolano como idiotas»…. panita, déjame decirte que no te has leído la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Revísatela y entiende la connotación de «democracia participativa y protagónica», busca los mecanismos de participación del pueblo, el Poder Popular y demás. Eso debiste puñaleártelo en Derecho Constitucional I. Si te confiesas como un analista que considera al pueblo venezolano como idiota, bien por tí. El reconocer los errores propios es el inicio para el cambio de conducta y corregir el rumbo errante.

    Recuerda lo que decía nuestro Libertador «La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostienen la igualdad y la libertad que son las columnas de ese edificio». Todo Gobierno debe apuntar a la JUSTICIA, si hay «libertad» e «igualdad» pero no existe justicia se cae el edificio.

    Te delatas panita, «El artículo 55 de la neo-moribunda o la “incestuosa” expone claramente», se te salió el abolengo hitleriano carmoniano. Ja ja ja, supongo tienes sueños húmedos imaginándote a algún líder burgués empresarial decretando la no vigencia de la constitución más democrática y consultada que ha tenido nuestra patria, la bolivariana.

    Por último, yo no entiendo el quejido y lloriqueo de ustedes los que gestionan el «experimento» ese de los cambures tricolor. Pana es una vaina elemental: si haces algo en tono de chalequeo, ironía, sarcasmo, etc pues entiende que mucha gente no estará en sintonía con lo que dices. Hay una vaina en sicología social que se llama empatía, ustedes asumen que toda la «audiencia» se va a poner en sus zapatos. Eso es otro error pero bueno, obvio que ninguno de ustedes es sicólogo.

    Éxito pana, prepárate más y deja la jerga. Recuerda que Mao Tse Tung decía «Leer muchos libros es peligroso». Por cierto, búscate un libro de Muñoz Tébar «Personalismo y Legalismo» bastante valioso en lo que respecta al análisis del caudillismo en las naciones latinoamericanas.

  14. Bien. Ahora el facha soy yo. Qe beio.

    Las ideas delirantes y ensimismadas tienen esa propiedad particularmente viciosa de cegar mentes. Típico :)

  15. «¿Cómo va a hacer semejante afirmación? los diputados de derecha/opositores en la AN ¿qué son? ¿los gobernadores y alcaldes opositores qué son? ¿El rector apátrida en el CNE qué es? »

    Los diputados «dederecha/opositores»: comparsa.

    ¿O no viste cómo se cagaron en la constitución para allanar a Mardo?

    Los gobernadores y alcaldes opositores (sic): comparsa.

    ¿O es que no viste a Jackie Farías y a Elías Jaua usurpando competencias de gobernadores y alcaldes legítimamente electos?

    El «rector apátrida» (sic) en el CNE… verga, sin comentarios, viejo. El solo hecho de que lo califiques como lo calificas muestra el respeto que le tienes y las bolas que le deben parar Diosdado, Nicolás y Raúl.

    De pana, ojalá que un día de estos te topes con un malandro que te saque de tu miseria.

    Pa que seas serio y dejes el mamagüeveteo, sapo, te dije ya.

    Y me disculpan el francés pero…

  16. Un egemplar de la respública bananerica nos ha visitado viendo chavismo donde no lo hay (Yo en este post hablé de fachas, será que…) y aleccionándonos sobre la berda berdadera del proceso de liberación y de transformación social que nos liberará del capital sionista mientras le vendemos petróleo a los gringos y le compramos su gasolina…

    Me uno a la petición. ¿Donde podemos pedirle a un malandro para que de lecciones gratis de «Bajada de Nubes 1»?

  17. «El rector apátrida en el CNE»

    Pero esta rebolusión es puro amor, aquí no se excluye a nadie, los queremos…. matar xD.

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