Viene de profundizar un poco las Crónicas de la RBV (III): Adjetivos compulsivos, donde se tocó el tema del chovinismo.
Empecemos con la siguiente pregunta: ¿Qué hemos hecho como sociedad lo venezolanos, de lo que podamos sentirnos orgullosos?, ¿Tiene al menos una justificación ser chovinista?
Les diré una que parece ser una buena causa.
El sistema de orquestas juveniles, apodado “El Sistema” es un proyecto social en el cuál niños de todas las edades pueden acceder a una educación musical.
Con sus vicios y virtudes, con sus Dudameles deidificados, rodilla en tierra o sus Abreus silentes, me gusta la idea. Un sistema que le da la oportunidad al que ingrese, que a punta de trabajo y disciplina ser los “top notch” de su oficio y sobre todo, que le dé oportunidad a niños a descubrir sus capacidades y no se queden ociosos, cuenta con mi apoyo.
Al parecer tiene muchos altibajos. He escuchado varias quejas de personas cercanas al sistema. El sistema actúa como un culto y no acepta críticas (que tema tan recurrente vale), es muy centralizado y cuando se envían cartas de quejas a Caracas, se obtienen amenazas y regaños. Escucho de audiciones sesgadas y de rosca para entrar a la Simón Bolívar, que puede existe mucha sinecura y amiguismo. Además que a nivel de difusión y musicalmente es relativamente mediocre, la metodología de enseñanza forma ejecutantes autómatas, pero no creativos. Es la razón por la cuál se exprime la fama de Dudamel y la Orquesta Simón Bolívar, porque él es una excepción, pero con un buen sistema, los dudameles deberían ser la regla.
Pero bueno o malo, podemos hacer propaganda con “el sistema”. Que la Orquesta Simón Bolívar obtenga un ovación de pie ante las audiencias más críticas del planeta no es una ilusión. Que pueda ser más eficiente, que tenga muchas fallas que mejorar, no lo niego, pero el trabajo social que hace es algo que no se puede omitir.
http://www.youtube.com/watch?v=3vwZAkfLKK8
Este proyecto inició hace más de veinte años y ya casi cumple treinta. Un proyecto de esta magnitud debió significar sudor y esfuerzo, reponerse de frustraciones, un camión de perseverancia y gracias a eso, en Venezuela muchas personas pueden acceder a una educación musical, se puede estimular a centenares de niños desde temprana edad y no dejarlos en el desamparo cultural o académico. Esta vaina es de verdad un trabajo social, si a algo se le puede llamar socialista es a esto y además nos ayuda a disminuir un poquito el Coeficiente Gini, al menos unas centésimas.
Es bueno, pero a mi no me basta para generar una narcisismo patriota.
En general, tenemos para aprender, que las cosas que valen la pena, no necesariamente tienen una solución o una respuesta rápida. Que se debe planificar a futuro y que las metas a corto plazo no estorben a las metas a largo plazo. Que la estimulación inicial para los niños es la vaina más importante que se me ocurre para el futuro de una nación. Que si los problemas fueran fáciles de resolver, no serían problemas y que una situación sea difícil no es excusa para no solucionarla. Que para que una empresa tenga éxito hay que enamorarse y casarse con la idea.
Como sociedad seguimos pensando que es más importante volver a un niño rojo o azul que estimularlo y llenar su cabeza de arte, ciencia, filosofía y la muestra de ello, es que necesitamos “al sistema” para que los niños estudien música y no es algo que sale naturalmente como una necesidad de la sociedad. Si fuera natural, las escuelas de música florecen por sí solas y hubiéramos inventado la “Fete de la musique”. En cambio sale muy natural vestir a un niñito con una franela de «Hay un camino» o «Uh Ah Chávez no se va»
Como sociedad seguimos esperando la respuesta corta, fácil, rápida y que por favor la haga alguien más, mientras yo disfruto la polarcita.
Mi pregunta sigue en pie. ¿De que podemos sentirnos orgullosos?, ¿podemos justificar ser chovinistas?
Veamos. Me sentiría orgulloso si como sociedad planteamos y lográramos objetivos serios, sin ambigüedades.
Cuando Singapur obtuvo su independencia de forma brusca en 1965, muchos dudaban de la supervivencia de ese pequeño estado. Para 1965 en Singapur la tasa de mortalidad infantil era 26.3 por cada mil nacimientos, la tasa de desempleo estaba entre el 10 y el 12% y su producto interno bruto era 450 millones de dólares anuales. Singapur afrontaba el reto de sobrevivir como nación. Actualmente Singapur tiene una tasa de mortalidad infantil de 2.0, una tasa de desempleo de 2.1 y un producto interno bruto de 318.9 mil millones de dólares anuales.
Que una sociedad no sólo haya sobrevivido a las fuertes condiciones iniciales sino que cincuenta años después sea una de las naciones más competitivas del mundo, es una vaina que daría mucho orgullo. Eso es plantearse objetivos y afrontar retos. Esos son logros de lo que se puede sentir orgullosa una sociedad.
¿Qué hemos hecho nosotros?
La pregunta por lo general tiene la respuesta de: “Tenemos las mujeres mas bellas del mundo”, “Tenemos las mejores playas”, “Tenemos al Roraima y al Orinoco y al Pico Bolívar y al Ávila”, “Tenemos paisajes”. Todo circunstancial, nada que sea producto del esfuerzo de la sociedad. En verdad lo pregunto, quiero saber que hemos hecho como sociedad de lo que nos sintamos orgullosos, que uno diga “vasié que arrechos somos”.
Cuando me hago la pregunta, el fantasma del costo de oportunidad me susurra. Me sentiría orgulloso que como sociedad, hubiéramos disminuido la tasa de criminalidad, que nuestro país poco a poco subiera escaños y que se convirtiera en uno de los países más competitivos del mundo, que los estudiantes obtuvieran notas decentes en PISA (no competimos en PISA), con tanto petróleo la innovación en el desarrollo de asfaltos, plásticos, ceras sea puntero y no esperemos a que la Dupont se lucre.
Me sentiría nacionalista si nuestros índices de corrupción no fueran los más altos y no tener el dudoso honor de estar entre los países “más felices del mundo” o el segundo país con “más emociones positivas” (¿como coño se miden esas vainas?)
No veo ninguna excusa que justifique que seamos chovinistas. Y un problema del chovinismo es que es una forma de pensar, es una postura que tienes hacia el exterior y por lo tanto no viene solo. Somos chovinistas, regionalistas, «institucionalistas», «equipistas» cuando de deporte se trata.
Les voy a dar un ejemplo de «institucionalismo». Yo estudio en la ULA y con frecuencia escucho anuncios grandilocuentes de autoridades, estudiantes y personal, que se jactan de que la ULA es la mejor universidad de Venezuela. Se basan en eso, por un ranking publicado en una página cuyo nombre saca al niño que hay en mí: la http://www.webometrics.info/ (la güebometrics :D, feel like a five years old)
Según esta web, la ULA es la mejor universidad en Venezuela y estamos de 24 a escala de latino américa. Le seguiría la Universidad Central que se posiciona de 54 en latino américa y de tercera la Simón Bolívar que en latinoamérica la ponen de 77. A escala mundial se encuentran de 599, 990 y 1215 respectivamente.
Esta web mide muchas variables e índices como el número de artículos publicados por una universidad y el número de citas que recibe este artículo, o la cantidad de páginas web que aloja y su visibilidad en la web, miden también la cantidad de patentes o premios nobel que generan, vainas como esas. Eso no lo dicen (la verdad no creo que ni lo sepan) las autoridades.
En general arman el índice del ranking, con otros cuatro números que miden la presencia, impacto, apertura y excelencia de la universidad. Presencia, es el número de web alojadas y que se consiguen a través de google, impacto es la calidad de los contenidos web a través de un referendum virtual, la apertura es el esfuerzo por crear repositorios institucionales medidos por google scholar y excelencia, medido por el impacto de los artículos publicados por la institución en revistas internacionales.
Miremos qué posición mundial ocupa la ULA en cada una de estas medidas. En presencia la ULA se ubica de 38, en impacto, de 1838, en apertura, de 248 y en excelencia de 1402.
No es excelente y los artículos publicados no generan mucho impacto, pero tenemos gran apertura y presencia en la web. En otras palabras la ULA es bastante pantallera. Y a los que han seguido leyendo hasta aquí y sean de otras universidades, revisen que los números de la Central y la Simón, pro tip: no son mejores.
Que gran vaina, que consuelo de tontos. Estamos felices que dos de nuestras universidades está entre las primeras mil del mundo. En vez de preocuparnos por mejorarlas.
Cada vez cerramos más la burbuja. ¿Compararnos con el mundo es doloroso?, vamos a ver de qué lugar estamos en latino américa. Pero como Chile, Brasil, Colombia, Argentina están mejor posicionados también duele, vamos compararnos dentro de Venezuela. Y si alguna por casualidad fuera mejor que la ULA nos encerramos mucho más. Anunciamos con orgullo: “Somos la mejor universidad de los andes venezolanos, en el estado Mérida ciudad Mérida, SIIIII SOMOS LOS MEJORES, MEJORES QUE LA SANTIAGO MARIÑO” y así nos sentimos gigantes entre los que no tienen presupuesto oficial.
Así que «institucionalista» no soy.
¿Que tal regionalista?. Mi vida transcurre entre Mérida y San Cristóbal.
Ambas están contaminadas ya de mototaxistas. La vía entre ambas está en mal estado y no se espera que la reparen.
Pondré un ejemplo de cada ciudad.
Sé que Mérida todavía le da mucha ilusión a muchas personas. Es una ciudad tranquila. Aquí casi no hay asesinatos y cuando te atracan, te devuelven los papeles, porque el choro sabe lo ladilla que son para sacarlos de nuevo. Lo sé porque el choro que me puso un cuchillo en la barriga y me quitó la portátil me lo dijo. También me dijo que no me iba a quitar el morral con los libros para que “echara pa’ lante”. Si señor, Santiago de los Caballeros de Mérida es en verdad “La ciudad de los caballeros”.
Además hay poquitas muertes por asesinato, como una o dos a la semana, de vez en cuando de alguien conocido, de resto nuestra porción de muertes violentas viene de choques, atropellos o gente que se cae del autobús. Así que entiendo cuando un amigo me dijo que Mérida es como Suiza en comparación con Valencia o Caracas.
Pero el hecho que la gente que conozco, la vea como la menos peor, no quiere decir que sea esencialmente buena o que no pueda mejorar.
La ciudad tiene un problema grave de basura, producto de una pelea política, que se está volviendo insufrible igual que el problema del tráfico, y como en todas las ciudades son problemas, los dejaré de lado.
El ejemplo que pondré, de Mérida es el siguiente. El ejemplo que no conocen los que no viven aquí. Mérida es una ciudad pequeña. Se puede recorrer a pie gran parte de su extensión en un día. Y tiene a la ULA que es una institución muy grande, comparada con la ciudad. La presencia de la ULA se siente muy fuerte en toda la ciudad (LA ULA LA MEJOR UNIVERSIDAD DEL MUNDO).
Todos los años por los meses de Julio y Diciembre, quince días antes de que empiecen las vacaciones colectivas, un grupo de estudiantes se acuerdan de las injusticias del mundo y salen a protestar y a hacer disturbios. Cuando empecé a estudiar, las excusas eran el mal servicio del comedor o la falta de presupuesto. Para este momento ya no se agarran a hipocresías y no dan ningún tipo de excusas.
Cada año la agresividad de la protesta aumenta. Cuando empecé a estudiar uno podía llegar a las distintas facultades caminando, ahora te tiran botellas y ha habido tiros al aire. No es solo cuestión de conseguir vacaciones extra y suspensión de evaluaciones. Es sabotear el estudio y el trabajo de los demás e intentar burlar su sistema te quema el carro.
Como el estado es inexistente y no hay un correctivo por parte de las autoridades, cada vez se atreven a un poco mas. Me pregunto cuándo empezarán a disparar al aire de los pulmones de los estudiantes que intenten llegar a sus clases.
Como la ciudad es pequeña, con que estos pelagatos cierren una de las pocas avenidas importantes, la ciudad colapsa, el comercio cierra y es prácticamente imposible llegar a ningún lado, sea a pie o en carro. Ya es una realidad aceptada, yo incluso ya no siento que llegó la navidad si no me llega el olor a caucho quemado.
San Cristóbal es un poco más violenta que Mérida. Hay muchos más sicariatos, secuestros, accidentes. Joder, nosotros tuvimos al comegente, eso debería hacernos sentir orgullosos. Nosotros sabemos que la historia le cambió el nombre Dorancel Vargas, y le puso Dorángel. Ese era el nombre que yo propuse para el comedor universitario de la Universidad del Táchira (no aparece en los rankings), pero nadie me prestó atención, ¿Se imaginan que bonito? «Comedor Universitario Dorancel Vargas».
Bueno les pongo este ejemplo. El puente Libertador es una de las vías rápidas más importantes que conectan San Cristóbal con Táriba, Cordero, Michelena, Capacho, San Antonio y otras ciudades. Múltiples veces se denunció la falta de mantenimiento del puente. Múltiples veces se respondió que eso eran ideas infundadas por los escuálidos.
El puente finalmente no se cayó. No por completo. El puente se dobló un poco en el centro haciendo una especie de “V”, pero se hacía inutilizable. Y la solución del gobierno fue poner un puente de guerra, sobre la parte del puente que se había dañado. Eso es, se puso un puente para poder cruzar el puente. Eso no era instancia del gobernador, la autoridad regional. Pero no la calamos al igual que el chip de la gasolina y ya para mí eso es suficiente para no sentirme regionalista.
Mi pregunta sigue en pie y de verdad quisiera que alguien me la contestara. Estoy ansioso por aprender. Me agarro de cualquier cosa, en esto soy un puto y un fácil. Díganme algo que justifique un poco de chauvinismo por pequeño que sea. No algo circunstancial, sino algo palpable, algo producto de la sociedad. Lo digo en serio. Cualquier invento, trabajo, ONG, que esté causando una diferencia.
Pero no seamos chovinistas ridículos, orgullosos de lo que no hemos cultivado. Entiendo que todas las naciones deben tener un sentido de identidad nacional (duh), pero no creo que debamos construir la identidad a punta de bombas de humo y consuelo de tísico. No significa que no podamos admirar la belleza de los paisajes de tu país, de la fauna y flora que prospera en él. Pero sentir orgullo por nacer al lado de un puto río o montaña es triste.
No solo triste, es peligroso. Recuerden que Narciso se enamoró tanto de su propia imagen que terminó ahogándose en el lago, pero al menos Narciso si era según la mitología un hombre muy hermoso. No este adolescente malcriado con pepas en la cara y tufo en la boca que es la sociedad venezolana. Además que nosotros nos vamos a ahogar en un lago lleno de lemna.
http://www.youtube.com/watch?v=eDa2wZ01QKU