Corridas, otra vez

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Este año será la XLIV edición de la Feria del Sol de Mérida, de nuevo la masacre de animales inocentes.

Todos los años la ciudad de Mérida despilfarra una gruesa cantidad de dinero en el espectáculo llamado “Carnaval Taurino de América”, en el cual se sacrifican 4 o 5 toros cada día, durante 6 días. Para dicho espectáculo, además del dinero usado de manera inconsulta, se subsidia una fiesta que hace ganar miles de dólares a ganaderos y empresarios de espectáculos, mientras en las calles los problemas sociales de delicuencia, accidentes viales, crímenes, basura, hacen insoportable la vida de quienes habitamos esta ciudad.

Las autoridades Municipales y estadales no tienen ni financian ninguna institución de protección animal, a pesar que la Ley del Protección Animal les delega esa función. Se genera con estos actos de barbarie hacia los animales una ética y antivalores opuestos al amor y consideración hacia los seres vivos. Es evidente que los gobernantes, tanto nacionales, estadales y municipales, sean de «derecha» o de «izquierda», no quieren entender que la verdadera cultura, la verdadera evolución, está en la compasión hacia aquellos que no tienen lenguaje humano: LOS ANIMALES.

Para este año se está haciendo las gestiones para realizar un referéndum consultivo para decidir la continuación de las corridas de toros en la ciudad de Mérida, así como establecer un uso social-educativo a las instalaciones de la Plaza de Toros de Mérida. Igualmente que el dinero que actualmente se invierte en Ferias y corridas de toros se dirija a la creación, fortalecimiento y crecimiento de instituciones que provea atención integral a mascotas y sus dueños. Este referéndum, de reunirse el mínimo de firmas solicitado por el CNE (36.000), sería realizado para las próximas elecciones para las alcaldías de este año.

Esperamos, muchos defensores de los animales, organizaciones e indivuales, sea un paso adelante para abolir, al menos en esta ciudad, este acto bárbaro.

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Mido un metro setenta y cinco. Tengo una docena de libros. En mi cuarto hay un altarcito con un Buda. Me gusta el color azul. A veces me despierto alunado. Prefiero los gatos a los perros, porque no existen gatos policías. Soy de acuario, pelo negro. No colecciono nada, guardo la ropa ordenada. Me aburro en las fiestas y soy de pocos amigos. Tengo los ojos color café tostao. Dicen que soy bueno, aunque no sea bautizado, y aún no me llevan las brujas. Nací a las siete y media de la mañana. No creo en ovnis ni en zombies (pero de que vuelan, vuelan). Uso prendas talla "m". Prefiero quedarme en silencio. Duermo del lado derecho y con franela si hace frío. De la vida yo me río, porque no saldré vivo de ella. No uso saco ni corbata, ni me gusta el protocolo. Estoy en buena compañía, pero sé cuidarme solo. No me complico mucho, no me estanco, el que quiera celeste, que mezcle azul y blanco. No tengo adicciones, mas que de leer y estar solo. Antes creía que no tenía miedos, hasta que vi la muerte a milímetros. No me creo ningún macho y soy abstemio, aunque si hay una buena compañía y un vinito se me olvida esto último. Prefiero más a los animales que a la gente. No tengo abolengo y dudo mucho que tendré herencia. Tengo una rodilla que a veces me fastidia. Tengo cosquillas, no las diré hasta que las descubras. No traiciono a mis principios, que son cinco. Me gusta ser muy sincero, por eso no hablo mucho. (Inspirado en una canción del Cuarteto de Nos)

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