Esta entrada me la inspiró la lectura de otra entrada reciente en Caracas Chronicles que se refiere a los hechos recientes en el penal de Uribana, y a la casi sobrenatural velocidad con la que la Ministra de Prisiones endilgó las responsabilidades y culpas a adversarios, no! a enemigos políticos. Es una movida muy consistente de su parte en el juego. El juego de la «Política». A ella le evita responder por esta catástrofe de su gestión y le permite lanzar una flecha al enemigo, que herirá sólo porque otras agencias gubernamentales bajo completo control del chavismo refrendarán su versión para castigar y silenciar al enemigo porque al enemigo hay que acabarlo, claro está.
Pero a la larga pierden. Como ahora. En este ejemplo particular, basta observar lo ocurrido e imaginar lo que ocurrirá en el futuro previsible, con la situación de las cárceles venezolanas bajo la gestión del chavismo.
La premisa primero: El Chavismo juega a la «Política», ganan sobrados (son hábiles, no lo duden) y aun así terminan perdiendo.
Vamos a (en aras del argumento; yo mismo no creo tal cosa) suponer que el Socialismo del Siglo XXI no sólo es viable y consistente, sino incluso mejor que cualesquiera y todas las otras formas de gobierno y las estrategias de desarrollo nacional que es posible practicar en Venezuela. Que una mayoría de venezolanos con seriedad dirigidos por un liderazgo lo suficientemente honesto y serio podría alcanzar comparativamente altos niveles de vida mediante la construcción y la práctica de dicho Socialismo; convenciendo a los escépticos, haciendo y predicando con el ejemplo.
Aun así, el chavismo todavía sería un fracaso. Que lo es, no importa cuántas victorias políticas se haya anotado o se anote en el futuro. Todavía habría – como ocurre – dado lugar a la corrupción, la violencia y el autoritarismo que vemos enconándose en Venezuela. Su colapso y fracaso final serían sólo cuestión de tiempo, como lo es ahora.
¿Y saben por qué? Simplemente porque que los chavistas no han practicado nada de Socialismo, y apenas han construido o desarrollado, ni a Venezuela, ni al Socialismo. El chavismo ha estado todo este tiempo jugando a «La Política». No de la que resuelve problemas, busca consensos o negocia, no de la que uno querría practicar idealmente con sus vecinos para llevarse bien con ellos, no de la que hace las cosas por su cuenta con el fin de dar un buen ejemplo que inspire. No, es la «Política» que busca El Poder sin mesuras ni frenos. Sucia, despiadada, revanchista, sectaria, demagógica, alienante, paranoica, totalitaria, todo o nada, el pez grande se come al pequeño. 14 años y contando. De «política» corrupta y violenta, de la que premia a los corruptos, a los engañadores y a los violentos.
Aunque el pueblo venezolano estuviera hecho solamente de Socialistas sinceros, el chavismo todavía fallaría, saldría aplazado, en Socialismo y en todo lo demás. Incluso entonces la paranoia y la pugna interna se lo comería desde dentro. El éxito del chavismo ha sido entonces premiar a los más violentos y corruptos y dividir Venezuela.
Como punto final: Si hemos de creer todas esas cosas lindas acerca de la ética ideal del Socialismo, pues entonces si que nos da la disonancia. El chavismo ha estado practicando todo lo contrario, nada mas con jugar precisamente a ese maldito y perverso juego de la «Política».