Me ahoga este silencio políticamente correcto.
¿Es que su autoritarismo también pretende obligarme a un duelo que no siento?
Perdón por no tolerar su necrofilia. Perdón por no tolerar su duelo militar. Perdón por no tolerar que sepulten a un país bajo tanto fanatismo, tanto odio y tanta mierda.
Si la autocensura es humildad entonces estoy siendo humilde al publicar aquí esta nota, en lugar de publicarla en mi espacio habitual. Estoy siendo humilde al publicar esta nota bajo un pseudónimo que oculta mi nombre, pero no oculta mi identidad.
¿Es respeto por el duelo ajeno o es aceptar la humillación propia (porque ellos tienen el poder)?
¿Es esto autocensura por corrección política o es acostumbrarnos un poco más a que el poder controla lo que es posible decir y lo que estamos obligados a callar?
Tomo para título un verso de Rafael Cadenas, un verso de su poema Fracaso. Es que esta nota es un fracaso. Porque se distancia de principios que he defendido. Es como poner una bomba para hacer estallar la abadía que construyó mi padre. Es como pasarle a mi hijo la responsabilidad reconstruir la abadía.
¿O acepto ser Johanna Fähmel y este es el sanatorio en donde me confino por el insano sentimiento de no amar al caudillo?
En este país en donde la vida ha sido suspendida, bajo este toque de queda no declarado, respiro. Con menos asco. Con una sombra de tristeza.
Este no es mi duelo. Apóstata.