Desde hace unos 20 años que no como en McDonalds, sólo he entrado para ir al baño. He tenido varias novias amantes de las Mc Papas y los Mc Nuggets, y he sido «obligado» a comerlos. Desde que he sido vegetariano no he comido más hamburguesa (al menos con carne no). Por tanto, si se va McDonalds, o franquicias parecidas, del país, no me importaría ni me afectaría en lo absoluto. A quienes les guste, pues nada, que busquen otra cosa.
Maduro dijo en estos días que de ser presidente eliminaría todas las franquicias de comida rápida, porque, según él, sus comidas dañan la salud. No deja de ser cierto. Ahora bien, ¿no estamos bien grandecitos para decidir qué comer o no? Y si bien es cierto que la comida chatarra no es buena para la salud, ¿no incluiría eliminar a todos los perrocalienteros y hamburgueseros de la calle? Que seamos serios, todos, sin excepción, hemos comido en uno de ellos.
A pesar de ser vegetariano por más de diez años, no hago campañas en pro del vegetarianismo. Que cada quien coma lo que quiera, yo decido qué comer o no, no decido sobre los demás, no lo he hecho ni con mis parejas. Si alguien me pregunta, le digo mis razones, sin intentar convencer, si la otra persona no puede vivir sin carne, pues que coma carne, yo no lo como, y ya.
Si McDonalds se va, como en Bolivia, que según porque no le resultó el negocio (eso dicen, no sé qué tan cierto sea, si esas son las verdaderas razones), pues vale, se va porque no le resulta, ¿pero por un plumazo? ¿A qué queremos emular? ¿A quién nos queremos parecer?
Me da la impresión que Maduro quiere parecer más comunista que los mismos comunistas.