1) Cuenta con el apoyo del CNE y de la red de comunicación del Estado. Pero su discurso es repetitivo y tiende a anularse por el agotamiento de un mismo signo.
2) Es el heredero de Hugo Rafael Chávez Frías, un rompedor de récords nacionales para ganar elecciones. Sin embargo, la depedencia hacia la figura del líder supremo de la revolución, le resta libertad de acción y expresión. Sufre de un enorme complejo de Edipo. Y a la gente no le gustan los hijitos de papá.
3) Poseé recursos infinitos para administrar en su campaña política. A punta de realazos, puede comprar conciencias y votos. Con todo, el dinero no es garantía de triunfo en Venezuela. Recuerden el caso de Elías Jaua cayendo derrotado ante Capriles.
4) Ofrece una imagen de seguridad para el pueblo comprometido con las misiones. Aun así, la militancia de base desconfía de él y lo considera un imitador malo. Ello puede elevar su índice de abstención.
5) Las empresas encuestadoras lo miman y lo favorecen, dándole una ventaja porcentual de hasta 20 puntos por encima de Henrique. El triunfalismo también le puede pasar factura.
6) Ejerce el poder en público, ufanándose de continuar una gestión. A su lado lo secundan Ramírez(encargado de PDVSA), Arreaza(defensor de la herencia familiar) y Cabello(el nexo con la cúpula militar). Más allá de la apariencia de unidad, reina el desorden de los conflictos internos, las luchas intestinas y las diferencias irreconciliables. Los cuatro ejes revelan una fractura inminente a futuro. Los reconcilia el mero afán de supervivencia.
7) Devaluó la moneda para incrementar el presupuesto de su partida secreta. Con ella, planea coronarse por primera vez en la silla de Miraflores. A la postre, cava su propia tumba económica. Un estallido social le augura su paquete de medidas.
8) Cambia de traje, de chaqueta, de disfraz con mucha facilidad. Su ánimo de travesti desdibuja su identidad de roble.
9) A nivel de imagen, guarda posturas de macho con bigote. Le subirá los números en los sectores masculinos y femeninos de la población, formados en la cultura de la telenovela. Pensándolo mejor, se hunde semióticamente por su parentesco con el anterior Presidente del mostacho agresivo. El ochentoso y rochelero Luis Herrera Campins.
10) En un tono serio, maneja la dialéctica del terror como su predecesor. Juega a la conspiración del miedo y logra unificar a su mercado cautivo en la fábula de la intimidación. El espejismo se le revetirá tarde o temprano, cuando la realidad lo supere.
Nicolás no es invencible.
Acá desnudamos su talón de Aquiles.
Míralo a los ojos. Al fondo encontrarás inseguridad, tristeza, fanatismo y perdición.
Es un totem con pies de barro.
Te lo pongo sencillo. Si la Quinta República es como un reality show, él es como el último sustituto de Daniel Sarcos en Sábado Sensacional.
Asistimos a los capítulos finales de su Guerra de los Sexos.
Good Bye Lenin.
Adios Presidente y gracias por sus pésimos servicios.
PD: le encanta soplarse el ombligo a través de Twitter. Es otra ficción. Las redes sociales le adversan con una mayoría abrumadora.