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EL PAJARITO CHIQUITICO por Alfonso Carril

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Trataremos de analizar un poco y desde una perspectiva seria  la confesión intima que se atreviera a hacer el Sr. Nicolás Maduro Moros, encargado de la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela hasta el 14 de abril de 2.013, y actualmente candidato a la presidencia de la misma República, más allá de toda la jodedera que ha surgido, sobre todo en redes sociales como Twitter, a raíz de su contacto espiritual con el ya fallecido Hugo Chávez, ex presidente de la República ya mencionada y citada más arriba, contacto éste, que se diera en la figura de un Pajarito Chiquitico, como el Sr. Maduro lo describió, y que no se sabe bien y con detalle de si se habrá tratado de un Jilguero, o un Pardillo Común, o un Verderón Serrano, o un Verdecillo, o un Camachuelo Común, o un Lugano, o un Cardenalito de Venezuela, o un Herrerillo Común, o un Colibrí, o un Pinzón Vulgar, en todo caso, se habrá tratado de una especie con la capacidad de volar y no de un pollito, así podemos presumirlo y concluirlo, ya que si hubiera sido un pollito, muy probablemente el Sr. Maduro, primero, habría sabido definirlo con mayor precisión, y segundo, y lo más probable, lo habría agarrado, eso como mínimo.

Ahora bien, el Sr. Maduro ha dicho que ha confesado algo muy íntimo, que sintió el espíritu de Chávez, lo que a mí me parece muy válido, no solo su confesión, sino el hecho de haber sentido la presencia y los consejos de una persona ya fallecida, en espíritu y a través de un ser de la naturaleza como lo es un Pajarito Chiquitico, y me parece válido primero porque no es algo inusual, pues mucha gente cree haber sentido algo similar a lo que el Sr. Maduro ha descrito, de distintas formas pero similar, y segundo porque es bien sabido que la ciencia ha tratado de encontrar respuestas al respecto de temas como la muerte, la vida después de la muerte, el espíritu, las presencias espirituales, los fenómenos desconocidos, los sueños y muchos otros aspectos que no ha sabido estudiar y comprobar de qué forma se generan del todo, aún bajo esa mirada tan implacable, comprobadora y sin lugar a duda como lo es el método científico, que es tan exacto, tan infalible, tan poco argumentable, tan pragmático y paradigmático, tan seguro, tan tangible, en fin, tan científico, como lo creían Galileo, Kepler, Bacon, Copérnico, Pascal, Spinoza, Descartes y hasta el propio Leonardo Da Vinci, y como lo siguen creyendo muchos científicos modernos, serios, actuales y renombrados, que es el motivo por cierto de que la ciencia sea tan respetada y creíble, a pesar, de que la misma ciencia en oportunidades a admitido y corregido muchas de los hechos que alguna vez ha dado como verdades comprobadas y definitivas.

De modo, que si a mí me preguntan seriamente que si creo posible esto que ha descrito el Sr. Maduro que le ocurrió, yo diría en principio que sí, pero, como son cosas que la ciencia no sabe explicar entonces podemos bien quedar expuestos bien sea al ridículo, al escepticismo o a la burla, por parte de quienes se apoyan más en las ciencias, definámoslos como los pragmáticos, y del otro lado, por la empatía, la comprensión y la aceptación por parte de quienes si creen que ello sea posible porque incluso comparten historias parecidas, definámoslos como los ortodoxos, también hay quienes se mantienen en una posición neutra (como la palanca de un carro automático que podemos mover a conducir, retroceder o posicionar entre ambas), y son los que manejan tanto la posibilidad, como la probabilidad, así como el hecho de lo comprobable y también el hecho de que no todo es comprobable bajo la mirada del método más convincente que hasta ahora satisface a la mayoría, el científico, estos son quienes se manejan bajo una filosofía más abierta a toda posibilidad y tienen una visión menos lineal, que es una visión confrontada con los extremismos, los radicalismos y es una visión que puede tanto aceptar las cosas como ciertas o fantasiosas, pero que al mismo tiempo es una mirada dudosa de ambas situaciones y sin embargo se puede mover entre lo pragmático y lo intangible sin descartar ninguno de los dos, es una mirada un poco más compleja y completa yo creo, y por esa misma razón un poco más difícil de entender entre quienes se encuentran en modo de conducir o en modo de retroceder, y vale decir, que en esta última mirada considero que estoy yo; una mirada que describo como La otra forma de ver y pensar, donde uso la metáfora de imaginar a mil personas yendo en un tren sobre un riel lineal (_____) y una persona yendo en un tren sobre un riel en forma de meandro (~~~~~), esto es, que mientras las mil personas del tren que se mueve sobre un riel lineal ven hacia un lado y hacia el otro por las ventanas del tren (de un lado los pragmáticos y del otro los ortodoxos), en el otro tren que se mueve sobre un riel con forma de culebra viva que se desliza como S, va quien puede mirar lo que hay entre esas curvas que no miran quienes van en el otro tren, pero, solo puede mirar de un lado de la ventana, por lo que, también hay otras cosas que no puede mirar, igual que los otros dos grupos del tren sobre el riel lineal.

Pero, lo que a veces sucede, es que quienes vamos montados en esos trenes, bien podemos ir dormidos, o leyendo, o comiendo, o jugando cartas, o viendo televisión, o conversando con alguien o teniendo sexo o bien mirando hacia afuera pero sin prestar atención a lo que pasa, o bien mirando hacia afuera y saber y entender lo que pasa, pero al momento de contarlo, podemos manejarlo a nuestro antojo y conveniencia, o bien ir mirando hacia afuera y saber y entender lo que pasa y expresarlo tal cual, y es quizá en este punto, que valdría la pena preguntarnos ¿Qué clase de pasajero será el Sr. Maduro? Y también en un acto reflexivo preguntarnos ¿Qué clase de pasajero seremos nosotros?, ambas preguntas no tienen respuestas de sí o no, ambas preguntas no tienen respuestas inmediatas, ambas preguntas no tienen respuestas fáciles, probablemente ambas preguntas no tendrán respuestas que nos convenzan, nos satisfagan y sean definitivas del todo.

Pero a pesar de todo esto, para mí lo que más peso y validez le puede dar a cualquier ciencia universal o visión, pensamiento, sentimiento, filosofía, creencia e intangibilidad personal, es el argumento cierto que cada quien tiene para apoyarse en lo que se apoya, y ese argumento cierto tiene que ver con nosotros mismos, nuestras experiencias, nuestras vivencias, nuestros sentimientos, con nuestra esencia interna, con nuestra intención, con la raíz de lo que nos hizo ser, con el tallo de lo que somos y con el fruto de lo que alguna vez seremos, sabiendo, que no toda raíz prospera hasta poder llegar a dar frutos, y también que no todo fruto es dulce, y que qué eso sea de una forma u otra, va a depender sobre todo, del poder y de la fuerza invisible que hay en ti o en mi, de nuestra propia verdad y de nuestras propias respuestas.

Tiendo a pensar que quizá somos todo lo creemos que no sabemos. La cosa es que buscamos las respuestas en los demás, y allí está todo lo que no entendemos.

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