Esta película me ha fascinado, debo decirlo sin tanto rodeo, porque es la razón de este artículo, expresar a viva voz o a vivo escrito lo que yo he experimentado al ver esta película que más bien está dentro del género documental en las pantallas de cine de Venezuela.
Yo la vi en la televisión, pues compré el CD, quemado, lo cual es una práctica ciertamente ilegal pero cotidiana en nuestro país y que da para otro artículo aparte, el cual estaba indeciso de comprar en realidad, no por lo ilegal sino por la duda que tenía entre verla en DVD o en la pantalla grande, pero a la final, la compré y la vi, no resistí, cosa que antes de la mitad de la película ya pensaba que había cometido un error al comprarla y no esperar para ir a verla al cine, pues la película vale tanto la pena de ver en pantalla grande, que uno siente un cierto “Cooo… ya la estoy viendo en DVD”.
Este documental, que a mi si me parece que puede calificarse como película, pues tiene una trama y hay una columna vertebral que va hilando toda la historia para pasar de vertebra en vertebra con una secuencia coherente y muy bien llevada, solo que el hecho de dividirla en segmentos de actos del Cirque du Soleil quizá le ha valido su ubicación dentro del género documentales.
Los efectos especiales son sustituidos por sorprendentes e inéditas formas (para mí) de utilizar elementos cotidianos como una cortina o una tarima móvil que se mueve y se inclina, por ejemplo, que logran dejarnos atónitos y maravillados, en ese juego de insólitas y geniales maneras de utilizar elementos de una forma nueva y que encantan al público, como bien lo hacían o lo hacen las compañías de teatro que se presentan en la FITc y de las cuales el Cirque du Soleil de hecho creo que es una de esas compañías, solo que el nombre de Circo nos hace pensar que se trata de otro subgénero del teatro, aunque en ese caso, esta sería la evolución del circo tal como tradicionalmente es conocido.
Una de las promociones de esta película de Cirque du Soleil: Mundos Lejanos de hecho nos invitan a ver al Cirque du Soleil y James Cameron en una película de Andrew Adamson donde “La vida cotidiana a veces parece demasiado normal, por eso es natural ansiar algo más, anhelar algo que no se puede describir. Pero resulta que todo lo que tienes que hacer, es adentrarte…” y la describen como me parece acertado, en una experiencia y una aventura totalmente nueva.
A mí me ha parecido realmente una experiencia visual que toca el alma de una forma inusual, que nos deja boquiabiertos y nos estremece, por su genialidad, por lo sublime de una historia que no necesita de diálogo y argumentaciones articuladas, porque es una historia que te lleva con ella y te adentra en ella, porque te sorprende, te complace, te alegra, te maravilla, te emociona y hace que el hecho de verla sea en verdad una experiencia nueva y gratificante con solo el hecho de mirar a través de la pantalla, y cuando se logra todo eso, creo que estamos delante de una obra de maestros que han sabido regalarnos una aventura que penetra a través de la mirada pero que reconforta el alma.
Yo quedé fascinado con la forma en que nos muestran una historia de siempre de una manera tan sublime, genial y sorprendente, lo cual, me hace quedar aún más ansioso de ir al Poliedro de Caracas a ver la presentación de este grupo de personas que conforman lo que es el Cirque du Soleil en su acto Dralion y de hecho quiero ir de igual forma al cine a ver esta película nuevamente, ahora en pantalla grande y en 3 dimensiones.