Como muchos nos imaginábamos y a pesar de todas las metidas de pata de Nicolás Maduro, Capriles fue derrotado en las elecciones presidenciales. Para no ir en contra de nuestra tradición demócrata, la oposición declaró fraude y mis redes sociales fueron invadidas de especulaciones de todo tipo, entre ellas imágenes de una quema de votos de 2008 que pretendían ser las de este año. Me parece triste y aburrido lo cíclico, el hecho de que no se aprenda nada, que todo sea una y otra vez la misma tontería, que no confirmemos las informaciones, que seamos tan loros y amantes de los gobiernos basados en una persona y no en un plan, el fanatismo casi religioso al que hemos llevado la política.
Hablar de si hubo o no irregularidades en el proceso electoral, me parece estúpido. Hay irregularidades desde siempre pero la oposición no trabaja en ellas, sólo las olvida y sigue adelante, persistente en su simulacro de democracia. Por eso mismo me parece que es todo un juego, por eso no me dan confianza. Un verdadero demócrata habría ido a la Corte Internacional a denunciar las declaraciones de los militares tras la muerte de Chávez. Si hubo trampa, si hubo quema de papeletas este año (cosa que dudo) ya estaba avisado, todos lo sabíamos, no entiendo cuál es el escándalo, o mejor, no entiendo por qué se escandalizan ahora y no antes o, peor todavía, si se escandalizaron antes ¿por qué se volvieron ciegos con esa mierda de la esperanza de un cambio a punta de voto?
Siempre les he dicho que Capriles no iba a ganar porque, para empezar, los chavistas son más y sobre todo, el sistema chavista no tiene que hacer trampa en las elecciones sino que ya el sistema es tramposo, al mandar a los trabajadores a votar, al amedrentar con fanatismo y demás etcéteras.
Ahora bien, tengo que aceptar que me equivoqué en números con Capriles y creo que en gran parte se debe a que Maduro no se quedó callado. En serio, después de esa papita que tuvo con la muerte de Chávez, endiosándolo, tenía que dejar de hablar y lo de las elecciones le iba a quedar perfecto, pero no, se le subió el faranduleo criollo a la cabeza y se creyó su patrón, demostrando que lo único que le queda de Chávez es algo de forma pero nada de contenido, dándole valor a Capriles, que siempre le tuvo miedo a Hugo (por lo menos eso demostró su comportamiento en la campaña del 2012) al punto de que éste se alzara en votos, destruyendo poco a poco el chavismo. Tal como dije la semana pasada, éste es el mejor escenario que tiene Venezuela pues Maduro no es Chávez y ha demostrado que no puede aguantar un entero gobierno por sí solo. Ni siquiera pudo mantener el listón a la misma altura que se lo había dejado su comandante.
De haber ganado el opositor, el país se habría vuelto una guerra mucho más agresiva que la de ahora y la gente habría culpado de los problemas, con el tiempo, a él, o pensaría que no puede resolver las cosas y por ello es incompetente, y el chavismo habría seguido mutando, en nuevas ramas, otras formas, consolidándose peligrosamente en muchos partidos.
Por otro lado, Capriles que, en principio, me parecía equivocado que se lanzara porque se iba a quemar como político, está jugándose en estas horas su última carta y de forma inteligente: no reconocer los resultados, sea o no fraude, ponerse de pie, sacar los dientes ante la guerra porque, en Venezuela, siempre se ha librado una guerra disfrazada de democracia, y si Capriles volvía a aceptar el resultado iba a ser odiado por sus seguidores, habría sido una traición y por otro lado, Henrique sabe muy bien que su contrincante no es el peso pesado que el anterior y que contra éste sí puede.
Lo que temo es que no ocurra nada. Que más allá de todas las marchas que habrá esta semana, de todas las cadenas que compartirá la gente en las redes sociales, todas las palabras (incluyendo las mías), todo siga igual, y sobre todo nosotros, que sigamos igual y que olvidemos como hemos hecho en pasado lo que está ocurriendo ahora y nos volvamos a acostumbrar a todo, porque somos personas sin memoria o sin interés real por nada, hartos y satisfechos de nuestro país.
Me duele escribir estas palabras y escuchar a mamá del otro lado del océano tocando cacerola con la alegría que inquebrantable del año 2002, cuando yo también tenía esa fe y no veía las cosas en perspectiva, pero por otro lado creo que son necesarias, tal vez no para todos pero para algunos.
Giulio Vita
@elreytuqueque
www.elreytuqueque.com
Yo estoy convencido que lo que va a pasar es lo que temes. Lo demás es lo de siempre, cortinas de humo y más humo…
Concuerdo contigo en que el resultado de las elecciones fue mucho más favorable a la oposición que al chavismo (basta con pasearse por los pasillos de Aporrea para entenderlo). No sé realmente en qué terminará todo esto, de lo que sí estoy segura es que si termina como tú vaticinas la oposición será el propio «cadáver insepulto» de ahora en adelante. Ojalá no sea así
Tocar cacerolas, ir a marchas y/o pasar cadenas por redes sociales es lo único que podemos hacer los ciudadanos de a pie, no hacerlo sería entregarnos al enemigo (porque los criminales y delincuentes son enemigos). ¿Qué otra cosa podemos hacer? ¿Inmolarnos frente al CNE?Recuerda que ahora quienes tocan cacerolas son muchas personas más., y no dudo que se vayan sumando al pasar los días.
¿Qué «tradición demócrata» canta fraude? ¿Se cantó fraude el 7-O? Creo que ni siquiera en 2006. ¿Qué clase de tradición es esa que se salta la «tradición»?
Me da ladilla comentar el resto del artículo porque va por la misma vía.
@Corbu: Otra tradición es la del olvido. Capriles no lo cantó pero la gente sí dijo que hubo fraude en las otras elecciones. De hecho, como explico, Capriles está utilizando su mejor carta porque en octubre no le sirvió aceptarlo y lo iba a dejar mal parado ahora.
Dudo que esta vez sea así, los medios tanto de una parte como de la otra están haciendo un bloqueo informativo con lo que esta pasando en el país, en barquisimeto que es donde puedo opinar con total certeza han habido 2 dias de enfrentamientos en calle, los chavistas de base no toman calle y se dedican a recorrer la ciudad mientras evitan las concentraciones de los que reclaman, he visto devolver tanquetas a puntas de golpearlas con piedras.
Nicolas no va a poder mantener un pais asi.
@Corbu: En todas las elecciones siempre se ha cantado fraude. Si no lo hace la dirigencia opositora lo hace algún político oportunista (Henry Ramos Allup), algún «periodista» o lo hacen los locos de carretera a través de internet (aquí en PN hay unos cuantos).
«y mis redes sociales fueron invadidas de»
Coño, tenemos a Zuckerberg entre nosotros… arrechíiiisimo.
Bahhh, el 90% del artículo está lleno de clichés y lugares comunes. La misma paja de siempre para cerrar con el broche de oro «es que ahora sí veo las vainas en perspectiva porque mi mamá toca cacerolas y yo no».
venezuela con ese animal al mando vale vergas
La debacle del chavismo cabe en una frase: los liderazgos se construyen, no se imponen.
Durante años escuché al chavismo repetir con arrogancia mordaz «ustedes no tienen líder, nosotros sí». Vamos a ver que tal sabe la tortilla del otro lado.