En el mundo hay cuatro tipos de personas:
1) Los que mueven el mundo: los que inventan, crean, innovan, emprenden. Son los mayores generadores de riqueza del planeta.
2) Los intermediarios: detectan un recurso de un lado y una necesidad de otro y lo canalizan de forma simbiótica.
3) Los que que trabajan: realizan tareas/servicios por su cuenta o para un tercero (para el 1 o el 2) satisfaciendo una demanda previa.
4) Los que quieren vivir del trabajo ajeno: aquí encontramos a los gobiernos y a todos sus conchupantes, adláteres, parásitos y demás vividores de la renta ajena.
– Los que están en el primer renglón solo pueden existir si hay libertad.
– Los que están en el segundo renglón aparacerán, en principio, si previamente existen los que están en el primer renglón.
– Los que están el tercer renglón: el grueso de este grupo labora para terceros y la existencia de estos terceros (1 y 2) está supeditada a condiciones ya expuestas.
– Los del cuarto renglón: dependen o bien del voto popular o bien de la fuerza bruta que da el poder para mantenerse donde están. Estos individuos son, casi sin excepción, los primeros y más grandes responsables en la disminución y/o conculcación de las libertades individuales y los más grandes consumidores (entiéndase destructores) de riqueza.
Que alguien suponga que la prosperidad de un país dependa de hacer grande/numeroso a los del último renglón denota o muy poco conocimiento y entendimiento de como funciona el mundo, o un perverso deseo de aniquilar la civilización. Si quienes destruyen la riqueza son más que quienes la generan no hay que ser un genio para comprender cual será el resultado inevitable; Venezuela camina aceleradamente desde hace 3 lustros hacia la destrucción de quienes generan riqueza y el crecimiento de quienes la absorben… a paso de vencedores.