Mi vida a través de las putas (II)

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ITALY GAY PRIDE

Sin duda muchos Venezolanos emigrantes sueñan cada tanto con su tierra natal, el eterno regreso, el gran retorno, que nunca llega y nunca llegará.

Los recuerdos al igual que los sueños se metamorfosean y se desgarran a jirones en la memoria.

Ya hablé antes de la negrota que en el 2010 daba unas mamadas magistrales por 80 lucas, y que extraño horrores, y de la loquita morena de 23 con un culo fenomenal que por 2 BsF se dejaba hacer de todo…

A la primera la conocí durante los preparativos de mi matrimonio, estaba ladillao, atormentado pensando en los fucking votos de la iglesia, en esos días pasando por detrás de PDVSA la campiña vi a soberana negra con una bocota pelándome los dientes… 50.000 la mamada papi, me dijo en esa época… si va… mi primera experiencia, después de eso los votos y la boda salieron mejor de lo que esperaba.

Caminando por cerca del libro italiano en la Solano vi a la segunda morena, Carola me dijo que se llamaba, con una minifalda, flaca, con un culo espectacular… me peló el diente, pero unos tipos cruzaron la calle y se le acercaron gritándole vainas y la tipa se asustó y salió medio corriendo.

Tiempo después me la volví a encontrar en Chacaito, caminandito caminandito nos fuimos hablando, nos montamos en mi carro y al frente de Fedecamaras hizo una felación regular, pero que no estaba mal… había una cierta química entre los dos.

A partir de entonces fui cliente frecuente de ambas, Carola resultó ser, realmente una huele-pega, cobraba barato mas por loca que por puta, era adicta y vivía en la calle, sin papeles, sin cartera, sin depilarse, sin un carajo, varias veces la ví en la Francisco Fajardo o con los mendigos de Chacaito, pero que te puedo decir, el sexo, las hormonas y la atracción son una vaina rarísima, siempre me atendía con ella cada vez que se daba la oportunidad, no tan seguido como yo hubiera querido por lo difícil de su encuentro, un día le pedí el número de celular, me lo dió y al rato me mostró su «celular», era una tarjeta telefónica que la tipa se pegaba a la oreja y simulaba que hablaba.

Hoy unos cuatro años después todavía sueño con ellas dos. Es curioso, no sueño con mi mama, ni mis hermanas, ni siquiera con mis ex de las que estuve tanto tiempo empepao, sueño con estas dos morenas.

De pronto me doy cuenta que estoy en Caracas y digo «coño, las putas», empiezo a buscar bolívares y no tengo, y pienso, si les pago en dólares me van a joder, he oido que ya ni siquiera se puede disfrutar en Caracas del servicio mas antiguo de la humanidad porque las putas se han incorporado al modus operandi de los secuestradores, no se si es verdad, pero no me extrañaría para nada.

En otros sueños, si tengo la plata, pero no tengo carro, y trato de buscarlas en taxi, pero el taxista, me jode, me atraca o me deja botao.

En otros sueño que estoy en Caracas cuando me doy cuenta que es mentira, sigo aquí, me despierto y decido ir a una sala a quitarme las ganas.

Con Carola, realmente había química, la misma química que uno tiene con los perros calientes de chacaito, esos que les echas salsa tártara al lado de una cloaca, es la misma sensación, sabes que es un asco lo que te estás comiendo, pero igualito «dame uno con todo», así era Carola, una puta con todo… nunca me atreví a besarle ninguna mucosa, sólo al piel, previo baño en el hotel, ofrecía hacer de todo sin condón, pero que va, con ella la fiesta era de gala y había que ir con traje a todas partes. En general era anal con condón y oral sin.

En mis sueños la busco, la depilo, la baño, me voy con ella a una clínica, le hago VDRL+HIV y espero los resultados comiéndomela con látex, al día siguiente no me dan los exámenes, o salen positivos, o la caraja es un transfor…

«El mismo cineasta del subconsciente que, de día, le enviaba instantáneas del paisaje natal cual imágenes de felicidad, proyectaba de noche aterradores regresos a ese mismo país. El día se iluminaba con la belleza del país abandonado; la noche con el horror de regresar. El día le mostraba el paraíso perdido; la noche, el infierno del que había huido.»

Milan Kundera, La ignorancia.

4 Comentarios

  1. «…la misma química que uno tiene con los perros calientes de chacaito».
    Me hice fan :D

  2. De verdad excelente entrega, me tengo que leer el primero…

    Mis sentimientos respecto a regresar a Caracas solían ser así como lo describes al principio: una especie de regresa triunfal a la General Conquistador, con todas las felicidades de mi niñez y todos los entendimientos necesarios habidos entre la población para decir «coño, ahora sí, ¿ves? ¡no era tan complicada la vaina!»

    Entre fantasear con eso, regresar a una realidad emigrada y después imaginarse la verdadera realidad de regresar, hay cuerda para momentos dark. Pero ya, mandé a ejecutar a esa parte fantasiosa de mí. Ahora, si regreso a Venezuela, regreso a Iraq, o a la España de la Guerra Civil. Regreso a Afghanistán, a Israel pre-conquista, a Palestina.

    Si regreso es para dar, no para recivir. Si regreso, es para que los hijos de mis conciudadanos exiliados puedan mudarse para ayá y sentir aquello que nosotros anhelamos pero sabemos que no podemos tener. Por ahora.

    Saludos.

  3. uhm…
    sinceramente la primera parte no me gusto para nada, mas que todo por lo basico… tirar con putas es una vaina basica, pero con letras de por medio se le puede poner aliño…
    pero esta entrega, quedo mucho mejor…
    estare pendiente con lo que sigue…
    saludos chamo…

  4. Goddamn yo no me haría muchas expectativas.

    Gracias a todos por comentar.

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