Mientras el SETI envía señales al espacio para comunicarse con los extraterrestres. Los creyentes envían rezos, y oraciones para comunicarse con Dios.
Hace días que comencé a sentirme extraño, no recuerdo bien lo que sucedió hace una semana. Imagino los recuerdos detenidos en mi cerebro. Puedo recordar lo que sucedió hace un mes, pero no logro recordar lo que sucedió hace una semana. Lo sé, la memoria es despreciada por otros seres. Sin la memoria no somos nada.
Saturno me engaña. Quiere torturar mi computadora. Quiere cobrar dinero por eliminar. Los fantasmas ciberespaciales piden justicia desde la casa de Saturno. ¿Cómo puedo forzar la mente, para recordar? Cierro los ojos, y me pregunto: ¿Qué paso hace una semana? Las antenas que colocaban en el techo del vecino, las antenas, ¿qué pasaba con las antenas? Tengo que sacudir las neuronas. Buscar en el archivo muerto del cerebelo. Los recuerdos son como el viento que acarician los tejidos del cerebro. Lo primero que se viene a la mente es un juego de memoria, las piezas tenían dibujos de naves extraterrestres, marcianos, y galaxias. ¿Un rompecabezas? ¡Lo que faltaba!
No recuerdo lo que paso hace una semana. Pensé. No recuerdo bien, hago un esfuerzo, y al fin aparece Julio. El mesonero recibe la orden: ¡Una chuleta de cerdo! Y por primera vez, oí una voz detrás de mí que decía: Los extraterrestres se aproximan. El lugar es un prostíbulo, ligado con un restaurante. El mesonero se siente orgulloso. Destilaba agilidad y carisma. Lanzaba sonrisas y se ganaba a todos los clientes, al mismo tiempo que saludaba continuamente. Julio le regresa el saludo, mientras esperaba la chuleta de cerdo, escaneaba fotos eróticas en el celular. Me quedé sentado al lado de Julio, quise hablar de política, y no lo hice. Julio comenzó a gritar como loco:
-¡Los extraterrestres ya vienen!-
El mesonero tambien se hizo el loco. Esperaba, que la comida estuviera lista lo más pronto posible. El olor de la chuleta impregnaba al universo de superioridad moral. Julio miro al mesonero y le dijo:
-¿Si no fueras mesonero, que otro trabajo te gustaría hacer?-
El mesonero blandió la bandeja como si quisiera evadir la pregunta.
-Chofer. Es mejor andar viajando que estar en un solo lugar.-
Julio le hablo sin mirarlo.
-Si sigues aquí de mesonero, nunca serás chofer.-
-Y si dejo este trabajo, para aprender a manejar, ¿quién va a mantener a mi esposa, y a mi hijo?-
-Todo tiene solución, menos la muerte. Además, esta noche habrá un cambio en el mundo.- respondió Julio.
-Así dijeron, que el mundo se iba a acabar en el 2012, a cada rato sale un evangélico para anunciar el fin del mundo. El fin del mundo es cuando uno se muere.-
Julio no dejaba de mirar hacia la cocina, y pensó: cuando la ciencia pueda vencer a la muerte, voy a descansar.
El mesonero también pensó: Cristo viene, y nunca viene. Ahora viene “otro” fin del mundo.
-Una chuleta, y una milanesa.- dijo el mesonero, había traído el mejor alimento de la galaxia.
Mi cerebro era un foro de Trolles. Me interesa la vida extraterrestre, porque estoy vivo, ¿y si muero, me seguirá interesando la vida inteligente en otros planetas? No lo sé, no sé en qué piensan los muertos. Toda la escena parece la de un View-Master.
El mesonero se retira con la llovizna en los ojos. Le faltaba mucho tiempo para dejar de ser mesonero, y aprender a manejar, para trabajar como chofer. Julio, contaba los billetes en la cartera. Pobre hombre pensó Julio, si supiera que va a morir en un accidente de tránsito en la carretera Lara Zulia, se quedaría de mesonero. Podemos pronosticar una lluvia, pero necesitamos predecir el futuro.
-La ciencia puede hacer eso.- dije, esperanzado. Aunque no sé si la tecnología pueda descifrar los misterios de la mente. Mi cerebro debe ser del siglo XIV.
-Mientras los demás están preocupados por el mundo, yo estoy comiendo, y tirando.-
Es verdad pensé, comida y sexo es lo que podemos disfrutar, salvar el mundo es para tontos.
La noche del viernes, unas extrañas luces se acercaron al planeta tierra; muchas luces, la mayoría en forma de la letra T así mayúscula, como de 30 metros cada una, con vuelo rasante, silencioso y lento. En momentos camuflándose con las estrellas, estalkeando, y hackeando cerebros.
Poco a poco las luces van cercando al planeta tierra. No envidio tanto al SETI, el trabajo del SETI, en ocasiones, es como si nadando en el mar, derramo sangre, no creo que un tiburón me responda con un saludo cordial, o el escualo se ponga a echar cuento conmigo. El SETI no sabe en que terreno se está metiendo. Ahora me voy al siglo I, imagino que una caja, llamada computadora tiene algo que se llama: Internet. Estas cajas pueden comunicarse con todo el mundo a través de una red. Ahora me regreso al siglo XXI, imagino que el cerebro humano, es utilizado como una computadora por extraterrestres que dominan algo más que la tecnología. Los extraterrestres se convierten en un servidor, y todos los humanos pasan a formar parte de algo llamado: Neurored.
De pronto se oyó una voz en el cielo:
-Hola, habitantes de la tierra. Si, como ya deben saber, ¡Debido a los aguafiestas! ustedes los humanos, son un videojuego, creado para entretener a nuestra gente. Como están ya muy aburridos con sus guerras, homicidios, violaciones, y demás daño ajeno, pasaran de ser un videojuego violento a un mod pacifico, les vamos a borrar la memoria, no recordaran nada.-
En ese momento se cayó la conexión.
Algunos humanos inteligentes se asustaron, otros humanos estúpidos se alegraron. Los extraterrestres que veían toda la trasmisión psíquica, estallaron en carcajadas, mientras comían cotufas y bebían gaseosas tales como Coca-Cola, y Pepsi, juro que en ningún momento vi ni siquiera una Big-Cola. Los ingenieros extraterrestres estaban por empezar el proceso de eliminar. Los creyentes comienzan a rezar, a vocear oraciones, y a invocar el nombre del judío más famoso, Jesucristo. Pero si en la biblia dice que los terremotos son “permitidos” por dios y apoyados por su hijo Jesucristo. Los creyentes insisten, buscan comunicarse con el dios tras bastidores, 0800-Dios, dios@hotmail.com, @dios, www.ohdios.com, ninguno responde.
Sin esperar más nada, me metí a la neurored, y comencé a hacerles señas a los extraterrestres. Por un momento olvide lo que tenía que hacer, y en otro segundo recuperé la memoria. Me quite el disfraz de gallina, y de inmediato logre captar la atención de los alien. La conexión de la neurored se restableció. De un OVNI, salió la voz masculina más bonita del universo:
-Vosotros, apartaos de allí. Estáis repletos de virus psíquicos y debemos eliminar. ¡Que comience la eliminación!-
Unos rayos de electricidad aparecieron surcando el universo.
La mamá del líder de la fuerza alienígena invasora dijo:
-Los humanos son tan nuevos, potentes, y agradables, pero no saben cómo utilizar los poderes que tienen, confían ciegamente en la tecnología.-
-Ya basta mamá, ¿Cómo dices eso? si estas utilizando la tecnología para registrar todo lo que ocurre.-
Los rayos eléctricos chocaron contra la atmosfera, y hubo un temblor de 4.2 en la Escala de Richter.
-¡Feliz día de las madres!- dijo el líder de los extraterrestres. Nadie le entendió. En mi caso, le entendí perfectamente.