Requiem para un canal

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Globovision

No he decidido todavía si fue una idea afortunada o desafortunada actualizar mi estatus de facebook en referencia a la venta de globovisión, porque al escribir “A ver. Entiendo que es bastante malo, lo de la venta de globovisión. Pero, ¿a Zuloaga le pusieron una pistola en la cabeza para que lo vendiera?, ¿no me jodan” y presionar “Enter” con ingenuidad no me imaginé que iba a generar una discusión de más de 60 mensajes defendiendo o atacando a Globovisión, a Zuloaga o a la venta del canal.

 

Lo primero que noté con esto fue mi pobre elección de palabras. Lo segundo fue la gran burbuja en la que me encerré en estos años, donde generé bastante indiferencia hacia Globovisión y no me di cuenta del duelo que está causando en bastante de mis contactos. Y por último me entristeció ver lo maniqueístas que continuamos siendo.

 

Para que decidan si tengo un sesgo cognitivo, empezaré diciendo que Globovisión, gran parte de su programación, sus reporteros y sus antiguos dueños, no son santos de mi devoción. Globovisión se vendía como un canal de noticias nacionales e internacionales, cuando a mi modo de ver era un canal casi exclusivamente de noticias de la región capitalina del país, que de vez en cuando informaba algunas cosas de las provincias de esta capitanía general.

Por ejemplo, en 2009, los intensos apagones exacerbaron los ánimos y hubo disturbios en San Cristóbal y Mérida. En las protestas que duraron casi tres días hubo al menos un muerto y varios heridos y podías ver quemas de cauchos en varios sitios de la ciudad de Mérida que aparte, por ser pequeña, estaba colapsada y se sentía mucha tensión en el ambiente. Cuando sintonicé Globovisión, para enterarme un poco mejor de cómo se veía el problema desde otro punto de vista que no fuera el gocho, lo máximo que vi fue una nota que decía: “Se registran fuertes protestas en Mérida”. Eso fue todo.

 

Más aún, después de las irresponsables y mentirosas declaraciones de nuestro recién estrenado presidente sobre los CDI quemados por los supuestos fascistas opositores, en retaliación, un grupo de afectos del gobierno, asedió la clínica que provee de servicios médicos tanto al personal como a los estudiantes de la ULA, en una aplicación de la ley del Talión criolla, porque aquí lo que hubo fue mentiras por ojos. Una vez más, si hacen una búsqueda en la página de globovisión no encontrarán ninguna nota al respecto.

 

Así que desde hace mucho tiempo me dejé de preocupar por Globovisión, porque entendí que no era un canal de noticias nacionales, sino un canal de opinión, que presentaba noticias capitalinas y de vez en cuando hablaban de las provincias. ¿Es malo esto? Para nada. Globovisión tiene libertad de mostrar o dejar de mostrar las noticias que decida o que le parezcan importantes así como yo tengo el derecho de dejar de verlo por no considerar su contenido valioso.

Sin embargo, sí me molestan las posturas maniqueas que plantean poner a Globovisión como un paladín de la justicia y la libertad de expresión, a Zuloaga su mártir y a su línea editorial y reporteros como poseedores del monopolio de la verdad, o el caso contrario que argumentan que Zuloaga es un vendido que tuvo que haber esperado con las botas puestas a que cerraran el canal, tal cual hizo Marcel Granier con RCTV y que todos los reporteros de la planta deberían renunciar en protesta y que Leopoldo es un traidor, y demás comentarios.

 

Globovisión es parte de una empresa con fines de lucro, con sus aciertos y sus fallos, cuyo objetivo es llegar a la mayor cantidad de usuarios, para poder obtener anunciantes y generar beneficios. Y obviamente la pobre elección de palabras en mi estatus no iban a comunicar la idea que tengo en la cabeza: Zuloaga es un empresario cuya empresa enfrenta problemas legales, que se convierten en multas mil millonarias y se traducen en problemas de financiación y que vio la oportunidad de salvar parte del patrimonio e hizo el trato y el negocio que le pareció mejor para su beneficio y el de sus empresas.

 

Esto no es malo, es simplemente lo lógico que un empresario debería hacer. Dejemos la ingenuidad, porque Zuloaga tiene que rendirle cuentas a sus inversores. Si en condiciones menos injustas, más amables a Zuloaga, se le hubiera presentado una oportunidad de vender la empresa que le iba a generar más beneficios a él y a sus inversores y accionistas, que la misma empresa, yo hubiera pensado que es un tonto si no lo hubiera hecho. Yo no veo nada de malo en esto. Sin embargo como las condiciones se ven muy forzadas, entonces ¿actuamos como si a Zuloaga le hubieran puesto una pistola en la frente?

 

Entiendo que mi estatus haya causado molestia, Globovision es un símbolo de la oposición, lo que llamaban “una ventana a una postura distinta a la del gobierno” y le generaba (in)tranquilidad a una parte de la población. Además asusta ver el aumento de la maquinaria de propaganda y la hegemonía de los medios visuales de comunicación y el único canal que denunciaba con regularidad está cambiando su línea editorial, pero oye, ¿Qué esperaban?, para comprar o vender un canal se tiene que tener la aprobación de CONATEL. Por supuesto que no iban permitir una venta para radicalizar el discurso o mantenerlo igual. En su defecto lo mínimo que esperaban era suavizarlo.

 

Además hay un problema grave que yo siento que tenía Globovisión. Después de la ley RESORTE, después de tanto amedrentamiento, acciones legales y multas, Globovisión como una institución cuyo objetivo es informar, pierde su objetivo. Cuando una institución pierde su objetivo y razón de ser, termina convirtiéndose en una estructura burocrática cuyo objetivo es garantizar su propia existencia y eso era lo que hacía Globovisión. Más que generar contenido realmente crítico e inteligente, más que informar sobre los problemas de todos los rincones del país, empezó a justificar su existencia, hablando a cada rato de la libertad de expresión, más nunca usándola en todo su potencial, cohibiendose y frenándose.

requiem para un canal

Cuando expresaba mis quejas, me respondían los apologistas, “Es para evitar que la cierren o que la expropien”. Gran vaina, para que el resultado final fuera el mismo. En muchos casos he pensado que la oposición se ha organizado mejor y ha mejorado su rendimiento a pesar de globovisión, no gracias a él.

 

Y aún así entiendo el problema. Piénsenlo, ¿Qué van a ver nuestras doñas cafetaleras y tresincuentosas ahora?, ¿Cómo se van a enterar que hay escasez, inseguridad, corrupción, asesinatos, injusticia, ineficiencia, conformismo, amedrentamiento y falta de instituciones?.

 

Pues pondré algo sobre la base de mi experiencia. Yo tengo dos años sin ver televisión, porque no tengo, y tres que no veo globovisión. No he necesitado de globovisión para mantenerme informado y saber de las privaciones en las que hemos caído como sociedad.  ¿No tenemos manera de ver a Capriles en vivo?, pues la venta ya se hizo; lidia con ello. En vez de ver la discusión estéril de si Zuloaga hizo bien o mal, preferiría que la discusión se decantara a ¿Qué vamos a hacer ahora?, ¿Qué alternativas vamos a generar?, ¿Quién va a montar una radio pirata y quién va a hacer un panfleto subversivo?, ¿Cómo vamos a generar medios alternativos para informar?. Para mí no son tiempos de lutos, tal vez haya tiempo para llorar después. Si no busquemos las plañideras y empecemos a cantar el réquiem: “Se va la audición que le vaya bien… (8)”

 

Si la venta de globovisión, paraliza a la oposición, va a ser falta de imaginación de la oposición y de nosotros como ciudadanos. Yo espero que seamos un poco más inteligentes que agarrarnos a pelear por esto. Es bueno salir de la zona de confort, vernos obligados a reinventarnos.

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5 Comentarios

  1. ¡¡¡CHAPEAU!!! Si te tuviera como contacto en mi fb le hubiese dado «like» mil veces a tu comentario. Sobre todo por esto: «En muchos casos he pensado que la oposición se ha organizado mejor y a mejorado su rendimiento a pesar de globovisión, no gracias a él.»

    Honestamente, considero que Globovisión hacía más daño de lo que ayudaba. Y además de las razones que expones, pienso que el problema radicaba en que ese canal sólo lo ve lo que se conoce como oposición radical, probablemente porque no llega en señal abierta a todo el país o por gente como yo, que prefiere mantener su cordura y su paz mental.

    Aparte, considero que Globovisión se mantuvo hasta hace poco como la excusita del gobierno para afirmar que aquí hay libertad de expresión porque de vez en cuando se le permitía a alguna señora chillar ahí, o el ciudadano le pegaba gritos a los que lo llamaban o algo por el estilo. Pienso que puede ser muy positivo haber perdido esa «ventana» que realmente no es tal, porque nos sirve para sincerar lo que venimos sabiendo desde hace tiempo: entre los controles, las amenazas a los inversionistas y la auto-censura, el que no baile al son que le toque el gobierno, se queda afuera.

  2. Es lo mejor que se ha escrito en PN sobre Globovision.

    Ello pasaron de ser un canal de tv a convertirse en órgano de propaganda de un sector de la oposición a ser partido político.

    Globovision le hizo demasiado daño a la oposición.

  3. Para mí será eso: Una discusión, y nada más.

    «¿Qué vamos a hacer ahora?, ¿Qué alternativas vamos a generar?, ¿Quién va a montar una radio pirata y quién va a hacer un panfleto subversivo?, ¿Cómo vamos a generar medios alternativos para informar?»

    1-) No haremos nada.

    2-) No hay alternativas.

    3-) Una radio pirata seria presa del SEBIN, y bocado fácil para la unidad de guerra electrónica.

    4-) No hay necesidad de un panfleto subversivo. Con panfletos legales está bien.

    5-) Los medios alternativos no le llegan por los talones a un canal de televisión. Hace falta mucho para eso. Si las masas no tienen a Globovisión, no es mucho lo que pueda hacer lapatilla.com, el twitter de Nitu Pérez Osuna, o una resma de panfletos que se distribuyan de mano en mano, en plena vía publica.

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