Lo que el viento nunca se llevó (¿?)

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Oficinas alistando predadores
en las radios incitando al festival,
que recuerda por primera vez a un hombre
que la gente hoy está queriendo más

Bersuit Vergarabat – Murguita del sur

No sé en qué consiste, pero el periodista en su afán de curiosidad y sapiencia, se transforma en una suerte de calendario de efemérides que no solo rememoran sino que nutren el oficio. Notas sobre el aniversario de Kim Novak; los tantísimos años de Casablanca; el suicidio de Kurt Cobain; el caracazo en Venezuela y las Malvinas argentinas –o inglesas, como se prefiera- son parte de la archivología del periodista común.

En Venezuela, y como caso aislado, se hablaba de qué sería, cómo y cuándo se daría inicio al chavismo sin Chávez. Fenómeno que, a opinión personal, comenzó a experimentarse la noche del 8 de diciembre del año pasado cuando se le vio por ultimísima vez en cadena nacional y que el 5 de marzo se confirmó.

Instaurado, pues, el mentado fenómeno, parece que el periodista en ese mismo afán de alarma recordatoria, se unió a la maquinaria mediática del finado al recordar desde el mesiversario de su muerte hasta el primer año de inscripción de su última candidatura.

Mi miedo, como periodista, es que los medios de comunicación socorran a la maquinaria de comisarios oficialistas con imprentas a hacer del hombre aquello que Gustavo Cordera llama ´un muerto que no para de nacer´.

Como venezolano, que la imagen del que ya se fue persista en aquellos a quienes poco o nada les importa el hombre, pero siguen obligados a verlo una y otra y otra vez.chavezcandidatura

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Periodista y docente venezolano/mexicano. Cursó estudios de maestría en Lenguas Extranjeras y Literaturas Comparadas en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Trabajó en diversos periódicos en Venezuela y fue coordinador editorial de la revista Exceso. Ha colaborado en medios internacionales como el diario El Espectador (Colombia); NewsWeek (Venezuela) ViceVersa (Estados Unidos) y SinEmbargo (México). Fue docente de la cátedra de Géneros periodísticos en la Universidad Monteávila en Venezuela e Innovación y estructura periodística en la Universidad Anáhuac Cancún. Reside en Ciudad de México donde está al frente del área de comunicación y redes de Kybernus, Asociación Civil, dedicada a captar y potenciar liderazgos en todo el país.

3 Comentarios

  1. No sé, mi impresión muy particular: Cuando murió fui de las que decía que Chávez se convertiría en una religión. Que iba a ser más ominipresente de lo que había sido, que los chavistas en el poder, lo iban a prostituir hasta lo indecible, que la frialdad de los ejecutivos de la Disney se iba a quedar pendeja…

    Durante los funerales no tuve dudas de mis afirmaciones, iba a ser así. Y de repente, pasaron dos meses, y la vorágine informativa, y la psicosis colectiva se desviaron. De repente, la estupidez inconmovible de Maduro, el caratablismo exacervado, la política Charlie Sheen, la grabación/política en entregas, se apoderaron de la escena, difuminando, y rediciendo al mínimo una figura que atormentó hasta los floreros, el tipo que se sentaba los 31 en tu sala, no visitó más.

    Que no quiere decir que no hizo, ni que sea uno de los grandes responsables de este desastre, sino que me impresiona hondamente, como una presencia tan invasiva y atorrante se haya disipado tan rápido.

    El tipo ya no es noticia, es periódico de ayer. Un chistecito de mal gusto, un recuerdo lejano. Es que ni siquiera los pimp chavistas lo recuerdan con emoción.

    Me equivoqué

    Para mi hay, por encimita, tres conclusiones:

    1. Muerto el perro no se acaba la rabia (recordando a los fachas que lo querían muerto para que el sol volviese a brillar)

    2. Que la amnesia del venezolano es tan alegre y descarada y promiscua que hasta causa admiración.

    3. Y que cada tanto recuerdo la sentencia de Efraim Medina Reyes: «Los caribeños son muy flojos para odiar»

    :)

    ¡Saludos!

  2. El rey ha muerto y está en proceso de ser olvidado!
    Si no pararan de recordarnoslo continuamente, ya estuviera olvidado, y es que no hay nada mas temible para algunos chavistas, que el hecho de que Chavez pase al olvido, es hasta peligroso, porque de eso viven.
    Yo por mi parte prefiero recordar los tiempos cuando vivía bien y el producto de mi trabajo rendía.
    Aunque tal vez sea bueno mantener el recuerdo vivo del holocausto, porque han sido muchas las cosas aprendidas en estos 14 años, (y serán muchas las que faltan por aprender), para no tropezar dos veces con la misma piedra.
    Y como ejemplo cito esa frase muy popular, de que: «Es imposible que caigamos, ya hemos tocado fondo».
    Y terminamos dándonos cuenta que esta vaina no tiene fondo, siempre se puede seguir cayendo. El único fondo es cuando se acabe la humanidad.

  3. Me acuerdo de una frase de Fito de una canción demasiado optimista para el contexto que le voy a dar, que dice «es genial por fin haber tocado fondo, porque ya no se puede bajar mucho más». Cuando la muerte del caballero era inminente, pensé, con ingenuidad, que vendría algún cambio positivo. Amargo el desengaño cuando los herederos se quitaron las máscaras y, si bien como dices, Adriana, el hombre ya es periódico de ayer y somos demasiado flojos para odiar, pienso que lo somos también pa dejarnos ensalsar cuanto mítin de los herederos y portal noticioso exista recordando «la siembra» del comandante.

    Ojalá de aquí a un año otro sea el cantar. Por ahora, me aterra su presencia en los medios como el nuevo Libertador.

    Gran abrazo pa’ ti.

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