“Oficinas alistando predadores
en las radios incitando al festival,
que recuerda por primera vez a un hombre
que la gente hoy está queriendo más”Bersuit Vergarabat – Murguita del sur
No sé en qué consiste, pero el periodista en su afán de curiosidad y sapiencia, se transforma en una suerte de calendario de efemérides que no solo rememoran sino que nutren el oficio. Notas sobre el aniversario de Kim Novak; los tantísimos años de Casablanca; el suicidio de Kurt Cobain; el caracazo en Venezuela y las Malvinas argentinas –o inglesas, como se prefiera- son parte de la archivología del periodista común.
En Venezuela, y como caso aislado, se hablaba de qué sería, cómo y cuándo se daría inicio al chavismo sin Chávez. Fenómeno que, a opinión personal, comenzó a experimentarse la noche del 8 de diciembre del año pasado cuando se le vio por ultimísima vez en cadena nacional y que el 5 de marzo se confirmó.
Instaurado, pues, el mentado fenómeno, parece que el periodista en ese mismo afán de alarma recordatoria, se unió a la maquinaria mediática del finado al recordar desde el mesiversario de su muerte hasta el primer año de inscripción de su última candidatura.
Mi miedo, como periodista, es que los medios de comunicación socorran a la maquinaria de comisarios oficialistas con imprentas a hacer del hombre aquello que Gustavo Cordera llama ´un muerto que no para de nacer´.
Como venezolano, que la imagen del que ya se fue persista en aquellos a quienes poco o nada les importa el hombre, pero siguen obligados a verlo una y otra y otra vez.