El gobierno somete a discusión en la Asamblea Nacional la posibilidad de prohibir el uso de teteros en Venezuela o al menos suspender la importación de estos contrarrevolucionarios artificios del capitalismo salvaje así como de las fórmulas lácteas que usualmente rellenan estos antipatrióticos envases para niños oligarcas y futuros apátridas.
Algunas (¿muchas?) personas tienen la idea de que una de las responsabilidades de los gobiernos es la de tratar a sus ciudadanos como si fueran sus hijos pequeños: inmaduros, necios, ignorantes y, por supuesto, incapaces (civilmente inhábiles) a quienes se les debe hasta limpiar el trasero y los genitales para evitar la pañalitis; evitarles todo tipo de peligrosas libertades que los puedan llevar a cometer garrafales errores como comerse una poco saludable hamburguesa de McDonalds o darle un tetero a tu hijo. La libertad es para los líderes esclarecidos que dirigen la Nación.
No tengo el menor interés en dilucidar ni ventilar las ventajas y/o desventajas de la lactancia materna sobre el uso de teteros, pero si la razón para una legislación de esta naturaleza, como aducen algunos -incluso desde el lado «opositor»-, es el “interés superior del niño” entonces luce absolutamente necesario que el Estado deba en primer lugar velar por el proceso gestación del feto durante los meses previos al nacimiento en atención al “interés superior del nasciturus” en su condición de “bien jurídico necesitado de tutela”, en virtud de lo cual la madre estaría obligada a prestar cierto comportamiento bajo la lógica orwelliana del Gran Hermano:
– Mantenerse en un ambiente sano, lejos de cualquier tipo de violencia ya sea esta física o sicológica.
– Prohibición absoluta de ingesta de bebidas alcohólicas, cigarrillos y, por supuesto, comida chatarra, una dieta 100% vegana sería recomendable y quizás obligatoria.
– Prohibición de circulación por zonas de alta peligrosidad y por cualquier otro sitio donde reposen armas de fuego en un radio mínimo de 100 metros.
– Prohibición de circulación por vías no aptas para su condición de gravidez, léase calles, avenidas y autopistas con baches, huecos, policías acostados y/o afines.
– Prohibición de asistencia a abastos, supermercados y/o cualquier otro establecimiento donde distribuyan artículos a precios regulados ya que estos locales son de gran peligro cada vez que arriba alguno de estos preciados y escasos bienes de consumo de primera necesidad.
– Libertad de tránsito restringida a sectores donde no circulen vehículos de combustión a gasolina cuyas emanaciones contienen el letal gas monóxido de carbono cuya inhalación podría causar daños al feto, y
– Por último, aunque no menos importante, si los estudios científicos arrojan que la leche materna es superior a las fórmulas lácteas artificiales, no es menos cierto que estudios sociológicos afirman que, en términos generales, la presencia ambos padres en la vida de los hijos tienen un impacto positivo en mayor medida que los hijos de madres solteras, en virtud de lo cual se prohíben todo tipo de “amistades con derechos”, inseminación artificial a madres solteras, “noche de copas”, “one night stands” y demás prolegómenos que deriven en la copulación fuera de las parejas estables de hecho (concubinatos) y de derecho (matrimonios) y que comporten el riesgo de una concepción involuntaria y que podría traer al mundo a un bebé con un solo padre.
Si algo de lo que ha leído hasta aquí le parece jocoso o sarcástico deténgase un minuto y piense en esto, ¿en qué esfera de la vida privada de los individuos aun no se ha metido el gobierno? Si lo único que tiene para argumentar a esta interrogante es cuantas veces a la semana hace usted el amor con su esposo(a)/novio(a)/machuque/arrejunte o si “el perrito” es más sabroso que “el misionero” y no le resulta atroz y deleznable el carácter controlador de una ley como esta, entonces olvide esta lectura y dele mis saludos a Kim III y al ánima del Comandante Supremo.
Finalmente, esta distopía no sería más que un achaque de senectud o la necedad de un hipster adolescente con ínfulas de librepensador sino fuera por este inefable enlace a la página oficial del PSUV que nos muestra nada más y nada menos que el Manual de Goebbels para el control social total, instrumento que han venido aplicando al pie de la letra desde hace varios años. Sieg Heil, Heil Mein Comandante Supremo.