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Sobre el Ascenso del Porno Power en Venezuela

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La publicación de una galería de fotos de body paiting con dibujos alegóricos a la revolucion bolivariana, encendió el debate por redes sociales sobre las relaciones del poder con la explotación del sexo.
El tema no es nada nuevo y merece un revisión histórica a vuelo de pájaro, para regresar de vuelta al tiempo contemporáneo.
Desde la época de la colonia y la independencia, la cultura criolla tuvo problemas para afrontar, con inteligencia y sensibilidad, el asunto del erotismo.
Las instituciones corrieron un velo de censura para prohibirlo, censurarlo y proscribirlo a los bajos fondos de la pintura y la representación gráfica, mientras la mujer era discriminada de los centros de influencia.
El estado, casi por ley, jugaba a cosificar el reino de lo femenino como un espacio de exotismo, peligro, pecado, tabú y objeto pasivo de deseo colectivo.
La represión puritana alentaba un acercamiento neurótico y esquizofrénico con el encanto carnal de ellas, implantado un imaginario colectivo de control, sujeción y dominio simbólico del género.
La memoria común y corriente reduce el papel de la mujer a mera comparsa del club de amigos de la gesta de emancipación, elevando a Manuela Saenz a la categoría de vulgar amazonas entregada al goce personal y visual del libertador.
Pronto la capital eleva estatuas ecuestres de sus próceres trajeados para la ocasión, pero solo guarda un lugar de recreación fetichista para la exhibición del torso desnudo de Mario Lionza, verdadero antecedente de nuestro kistch tropical, a la altura de los cuadros ingenuos y nacionalistas de Pedro Centeno Vallenilla, consentido de Pérez Jímenez.
Mutatis mutandis y siguiendo la tesis de Gustavo Guerrero en “Historia de un Encargo”, el proceso chavista resucita lo peor del espíritu de aquella época de reafirmación patriótica y etnocéntria, para brindar legitimidad a su versión oficial de las artes locales, folklóricas y semifascistas, entre los ribetes eugenésicos de un físico desprovisto de trastornos alimentarios, los cánones del Miss Venezuela y la explosión hiperbólica de la fantasía narco, alrededor de chicas despampanantes, hinchadas y adaptadas al esquema de la saturación digital por vía de la red XXX.
Así, la constitución establece un sistema de doble moral, donde el destape es ocultado de los medios de comunicación, al precio de convertirse en una fuente de lucro para los comerciantes del circuito paralelo, tal como sucede con el dólar.
Es el contexto ideal de piratas, escaladores y trepadores de último cuño. Viejos zorros de la cuarta república disfrazados ahora de especialistas en la materia a lo Hugh Hefner.
Nacen las estrellas de Diosa Canales, Rosita( futura candidata a Alcalde) y demás damas de compañía del PSUV.
Prepagos tarifadas para cubrirse con el pabellón de las tres barras de colores, posar para la grada y jurarle lealtad al Comandante Supremo, cual máximo Pimp del cuartel de las muchachas complacientes.
Derecha e izquierda caen rendidos a los pies de la fauna de las niñas Matrix, invitándolas a protagonizar películas, programas de chismes y vitrinas de corte informativo.
Cabeza de caja toma los Juanes y deviene en leyenda de la temporada de asueto. Tengo siete locas montadas en la piscina.
Los canales leales al Ministerio del Ramo retornan a sus andanzas de antaño, utilizando el morbo de las curvas agresivas como argumento de campaña publicitaria y valor de cambio.
El teatro se lucra y llena con los Orgasmos de Norkys Batista.
Las novias de los Pranes y de la mafia resultan perdonadas, a pesar de ayudarlos a matar y secuestrar gente.
Para rematar, el 24 de junio proyecta una caravana de stripers sombreados con los tonos de moda en PDVSA.
¿Se trata de una revolución sexual roja rojita? ¿Es un cambio de paradigma? ¿Se escribe un capítulo inédito de nuestro fandango de locos, de nuestra merienda?
En realidad, es una técnica anticuada de desviación de la atención, de adormecimiento del bravo pueblo, de consolidación del Mundo Feliz, del Gran Hermano a través de la demagogia del hedonismo.
Nicolás te garantiza, además de Mercal, tu Misión María Guevara, por lo de las tetas al aire. Ya el ejemplo lo dieron Tanía Díaz y la hijas de los Chávez Frías, al posar como dios las trajo al mundo desde La Casona hasta los baños de lujo de la clase dirigente.
Pan y circo para las almas en crisis. Secuela de la depresión. Modelo de ordenamiento y uniformidad de la disidencia.
Hoy las chicas sueñan con un cuerpo de Diosa. Y se esclavizan voluntariamente para lograrlo.
Toca resistir a la tentación y desmontar el relato de la hegemonía.
Los talibanes ganan con el terror psicológico de la burka. El chavismo es exactamente al contrario.
Triunfan usurpando el negocio de divas como Allison Miller y Victoria Lanz.
Chávez y las lolas de mi Patria.
Berlusconi debería pedir asilo en Venezuela.

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