Pero justo cuando nos estamos familiarizan con la dinámica narrativa, nuestro director, Xavier Dolan, decide poner a estos mortales a prueba. La historia echa a andar cuando Laurence, profesor de literatura de 35 años de edad, sale del closet como transexual a su amada Fred, quien es directora de audiovisuales. Esta particular secuencia es lograda de manera modesta, aunque no en ausencia de un fuerte carácter dramatico. A nivel de direccion de arte, la escena muestra un metódico ojo para el detalle, el color, el vestuario; que lejos de entorpecer el efecto realista e intimo al que se aspira le complementan. Y aunque no escuchamos en detalles las palabras de Laurence, podemos ver la acción; Fred apabullada, intentando escuchar respuestas que nunca llegan. Fred es interpretada brillantemente por Suzanne Clement, una mujer explosiva y fuerte que decide acompañar a Laurence en su transición de hombre a mujer .La madre de Lawrence, otro carácter que se crece a lo largo de la historia, es interpretado por Nathalie Baye, una dama con acento francés parisino, con un corazón helado por las convenciones sociales, y quien de manera encubierta dejará escapar borbotones de calidez maternal de manera discreta.
Fred y Laurence -ambos nombres en francés pueden ser para hombre o para mujer- se perciben a ratos como almas en pena, aturdidos por el conflicto entre lo que uno quiere ver y lo que en realidad es. El contraste entre la esperanza en la tolerancia y la madures de la sociedad, la hostilidad inadvertida, y la violencia de la ignorancia. Se debe advertir que la relación conflictiva puede salirse de la pantalla, afectando la relación audiencia-filme. Sea por la naturaleza no convencional de los personajes, por los giros dramáticos abruptos, o por las tres horas que dura la historia. Estos elementos pueden ser interpretados de manera prematura como proyecciones dramáticas desesperadas, dignas de un director aún por madurar. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de todo contrario, lo que sucede- y es un elemento clave para apreciar esta obra- es que la historia, una y otra vez, se levanta, se autodefine y da pasos determinados hacia adelante. Nada mas apropiado como recurso narrativo, o como metáfora para ilustrar las vicisitudes y bendiciones de la experiencia transgenero. Xabier Dolan, con solo 24 años de edad, logra llevar una arriesgada historia con una manera de narrar que inspira confianza y madurez, con poder sanador, esto, sin siquiera tener que aspirar al final feliz.
La pelicula puede evocar, debido al desenfado con el Dolan expone a su personaje principal, al personaje principal de” En un año de 13 Lunas” de R.W Fassbinder, una pelicula de tema y tratamiento similar. Y es que el personaje de Laurence, interpretado por Melvin Poupaud, alcanza niveles de honestidad y sinceridad que pueden rayar en lo vergonzoso. Si hay una sensacion que prevalece a lo largo de su periplo, es la sensacion en la audiencia de estar presenciando una historia contada desde el punto de vista más íntimo y crudo. Sin duda, se puede decir que Dolan Logra arribar con éxito a donde muy pocos valientes se han atrevido.
En Laurence Anyways se asoma varias veces la pregunta, “te importan mucho las apariencias?”, aparentemente de manera fortuita, pero por alguna razón termina asentándose como un mantra, como un acertijo que debe ser descifrado no solo por los personajes, sino tambien por la audiencia.
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