Ayer jueves 11 de julio de 2013, en Barquisimeto la sociedad civil salió a las calles con la consigna: ¡Lara se respeta! Ok, muy bien por la marcha y todo eso, pero, el rollo radicaba en la defensa de los iconos de la ciudad, como si el obelisco hecho por el dictador Pérez Jiménez, o la flor del arquitecto Fruto Vivas fueran la ultima Pepsicola del desierto. Por mi, se pueden quedar con sus monolitos, tótem, y flores mecánicas.
La gente se lanza una caminata para demostrar su orgullo folklórico, y un regionalismo mas arrecho que el Zuliano. Mientras opositores y chavistas están descontentos, los desorientados dirigentes opositores, sindicatos, y universidades convocantes, pierden otra oportunidad para afinar la protesta, y pegar al centro de la diana.
Hasta un pastor evangélico estaba en la marcha, lanzando oraciones y agitando la biblia. Por su parte los sacerdotes católicos animaban a sus feligreses, todos apostados frente a la catedral. El cabecilla es el sociólogo Nelson Fréitez. Acompañado de dos animadores de televisión, y miembros de partidos políticos que explicaban las razones de la actividad:
Comprobar el nivel de organización, y muestras de orgullo guaro.
¿WTF?
Algunos portaban pancartas con creativas alusiones a la escasez de alimentos. Ahora me pregunto: ¿Y si llegara a terminar la escasez? ¿Qué? ¿Te vas para tu casa, y no marchas más? Si la Fapuv, llega a un acuerdo con el gobierno, ¿Qué? ¿Te vas para tu casa, y no marchas más?
Los miembros de la comunidad universitaria aprovechan para entregar volantes informativos sobre el conflicto. Una vez resuelto el conflicto, la comunidad universitaria seguirá desconectada del resto de la sociedad. Cuando las fuerzas se deben dirigir hacia Maduro y su nefasto gobierno. A alguien se le ocurre la genial idea de montarse en una tarima para gritar: “En defensa del Estado Lara.”
¡Mother of god!
Nos soy un adivino, no puedo ver el futuro, pero lo presiento. Quiero irme antes de que le metan la mocha al folklorismo, y el regionalismo anacrónico e impertinente. De repente un sacerdote católico se sube a la tarima y dice: “El señor es mi pastor, y nada me faltara.” Frase de la mitología hebrea que no aplica a la situación de desabastecimiento nacional. Aunque el sacerdote habla del desabastecimiento, de la delincuencia, y que hay que abrir la mente al espíritu santo, y demás monsergas, soy una lenteja, y caigo en cuenta: Toda la vaina es por Henri Falcón.
Ahora sí. Me lleva la cachetada. Al escuchar la palabra música, y recordar el peo de la capital musical, obvio microbio: la protesta termina a punta de tamunangue. Me retiro con la voz en off de la fundación Bigott.
Vean como se pierde otra oportunidad para protestar de forma masiva en Barquisimeto. Los dirigentes opositores siguen con su miopía. Y el tal líder de la oposición Capriles, encuevado, hibernando, y cuando sale, sale a tirar puyas, o indirectas a Maduro. Después Maduro le regresa las puyas, y ahí seguimos, en el atolladero.