En lo particular nunca he sido muy afecto a asistir a obras teatrales. De hecho, hace muchísimo tiempo que no asistía a una pero el pasado sábado 20 de julio me animé y compré boletos para la obra “La Ratonera”.
Esta no es una mordaz evaluación sobre la puesta en escena. Creo que mucha gente estará cansada de siempre lo mismo, pero la motivación a escribir este texto surge a raíz de algunas cosas que creo necesario comentar respecto a mi experiencia en el Teatro Nacional.
El Circuito Teatral de Caracas, según lo informa su programación, cuenta con el patrocinio de PDVSA, Alcaldía de Caracas, Gobierno del Distrito Capital y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Asumo que como los logos de éstas instituciones están en el programa son estas instancias del Gobierno Bolivariano quienes se bajan de la mula y coordinan para que tantas obras de teatro lleguen a la colectividad. De hecho, creo que subsidian cerca del 80% de lo que costaría la entrada para una obra de teatro en un escenario comercial o capitalista. Saco la cuenta porque el ticket en el Teatro Nacional para “La Ratonera” costó BsF. 20 y buscando me conseguí conque para septiembre de 2012, hace casi un año, un boleto para la misma obra en el Centro Cultural BOD – Corp Banca costaba BsF 150.
El Teatro Nacional está excepcional, en perfectas condiciones. El trabajo de restauración y mantenimiento lo ha dejado en todo su esplendor y supongo lo mismo opinarán los actores, aunque no sé el estado de las instalaciones tras bastidores.
El énfasis de este escrito lo quiero poner en lo siguiente. Antes de iniciar la obra, su productora Nohely Arteaga se dirige al público con algunas palabras agradeciendo la asistencia y uno que otro comentario irrelevante. Asombrosamente, ella omite agradecer al Gobierno Bolivariano o alguna de las instituciones que hacen posible la puesta en escena allí en el Teatro Nacional. No creo que el montar una obra como esta sea algo que los actores y productores hagan de manera altruista, es decir, sin cobrar. Lo más seguro es que tanto ella como Productora y demás integrantes de la obra están percibiendo algún tipo de remuneración que dudo mucho se limite a lo recaudado en taquilla.
Al finalizar la presentación, igualmente algunas palabras pero omitiendo por completo a los responsables de la infraestructura y el apoyo financiero para que el Pueblo disfrute de la obra por la ínfima cifra de veinte bolívares por persona. Lo curioso es que recordando, hace pocos meses Nohely Arteaga estuvo entre los “Artistas con Capriles”. Aquellos ídolos de la farándula y la cultura pop que expresaron su rechazo a un Gobierno “totalitario” “dictatorial” “comunista” y “excluyente” que según sus argumentos pide carnet del PSUV para acceder a cualquier beneficio.
Con este antecedente, me surge la inquietud de preguntarle a Nohely ¿Te pidieron carnet del PSUV para montarte en las tablas del Teatro Nacional? ¿Por qué no agradeces al Gobierno Bolivariano e instituciones que hacen posible que el público disfrute de “La Ratonera” a veinte bolívares la entrada? ¿Te consideras enchufada porque el Presidente Maduro y su gobierno articula esfuerzos para dinamizar el teatro nacional y te da acceso como protagonista en ello?
Ojalá Nohely Arteaga reflexione un poco a raíz de este texto al igual que la gran cantidad de “Artistas con Capriles” que tienen cabida plena, prioritaria y hasta grosera en todo el entramado cultural financiado, sostenido y coordinado por el Gobierno Bolivariano. Yo sé que seguro saldrán con el argumento de que ellos también son venezolanos y están en su derecho, revelándo así la incongruencia de sus argumentos que inclusive les impiden como ciudadanos justos de esta patria agradecer la oportunidad y el espacio brindado.
Por último, sería bueno que alguna de las instituciones encargadas del Circuito Teatral de Caracas tenga la iniciativa de poner a alguien que informe a la colectividad que vivir el teatro a precios tan irrisorios es obra de Chávez, del Socialismo, de Maduro y del Plan de la Patria. A la gente hay que mostrarle que todos esos escenarios son gracias a la revolución bolivariana. Poniendo unos logos chiquitos en la programación no se transmite esa idea. La gente saldrá de la obra creyendo que fue gracias a Alcaldía de Chacao, Empresas Polar y los «desinteresados» Artistas con Capriles.