Sin ánimo de parecer un abuelo sentado en una banca de la plaza mascullando palabras, pienso que los males de la sociedad moderna es la falta de religión.
Y en este caso uso la palabra religión en su significado etimólogico: re-ligar, re-unir, volver a unir, el hombre con Dios, o con la Energía Universal, o con el Todo, o como quiera llamarle. Los fanatismos religiosos no son religión, el ateísmo necio no es religión, la práctica religiosa a conveniencia y deportiva no es religión.
Creo que es necesario que cada hombre tome una doctrina, una disciplina, para conducir su vida por buen camino, como podría decirse. Y que esa doctrina, esa disciplina, le indique qué hacer, qué camino tomar, qué no hacer.
Son muy pocos los capaces de establecerse una disciplina personal y que además sea inquebrantable, por tanto me parece que es necesario un «mentor», un gurú, un guía, un maestro, alguien que sepa muy bien por dónde es la cosa. Afortunadamente han habido muchos, en varios idiomas y varias épocas, que a su manera han dicho cómo es, y que además han sido ejemplos de vida, como quizá Jesús, Buda, Lao-Tsé, Confucio, Mahoma, Krishna, o cualquier otro que se me escape de mi memoria.
Así que creo que es necesario que cada quien tome en serio alguno de ellos, el que mejor le parezca, el que mejor se adapte a su propia personalidad, y profundizar en su enseñanza y en su práctica, con constancia, firme determinación, y que además exista una comunidad de personas que hayan decidido el mismo camino para apoyarse mutuamente en caso que alguno tenga un momento de debilidad o flaqueza. Ojalá cada uno de los habitantes del planeta lo haga, seguramente tendríamos un mundo mejor.