Este artículo no es mío. Lo encontré navegando con la Web y define con magnífica precisión las razones por las cuales es cierto que Nuestro Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos. Lo dejo acá para invitar a un debate sano entre distintas formas de pensar y exponer de forma clara y definida mi forma de pensar.
La resurrección de Cristo es uno de los sucesos históricos más discutidos, y la razón es obvia: es el evento en el cual está basada toda la fe cristiana y es un suceso difícil de creer. Como dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 15:14: “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación y vana es también vuestra fe”. Pero, ¿es posible que la historia de la resurrección sea falsa?, ¿será solo una leyenda o un mito?, ¿o será un elaborado fraude?. El siguiente análisis está basado en el capítulo 4 del libro Cristianismo básico de John Stott.
Este análisis lo basaremos en 3 puntos básicos: el cuerpo de Jesús desaparecido del sepulcro, los testimonios de quienes vieron a Jesús resucitado y el cambio profundo que sufrieron los discípulos.
El cuerpo desaparecido
María Magdalena y otra María, se dirigían el domingo temprano al sepulcro para terminar de ungir el cuerpo, pues Jesús fue enterrado un viernes de forma apresurada, ya que el Shabbat comenzaba a la hora duodécima del viernes (las 6pm). Pero al llegar al sepulcro, el cuerpo de Jesús no estaba y se les aparecieron dos ángeles que les dijeron “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” (Lucas 24:5).
Hay una teoría que dice que Jesús nunca murió, que únicamente se desmayó en la cruz y que luego se despertó en el sepulcro. ¿Podría un hombre sobrevivir durante más de 36 horas tras haber sufrido las heridas que Jesús sufrió, sin atención médica, sin agua, sin comida y sin calor para luego levantarse, mover la pesada roca que cubría el sepulcro, burlar a la guardia romana y aparecerse a los discípulos aparentando estar lo suficientemente fuerte y sano para convencerlos de que había resucitado?. Suena poco creíble.
Hay otras teorías que dicen que el cuerpo fue robado. Hay quienes dicen que fue robado por los discípulos para luego divulgar el rumor de que había resucitado. Recordemos que los fariseos pidieron guardias romanos en el sepulcro para evitar justamente que esto ocurriera. La guardia romana no era ningún juego de niños, no eran individuos que simplemente se dormirían o abandonarían su lugar para ir a dar una vuelta. La guardia romana no podía ser fácilmente burlada para hacer exactamente aquello que se les encomendó que debían evitar. Además, como veremos más adelante, el cambio de actitud que tuvieron los discípulos no es consistente con esta teoría. Los discípulos estaban dispuestos a dar sus vidas por el Evangelio, ¿estarían dispuestos a hacer eso por una mentira?. ¿El Pedro que tenía un carácter tan débil que negó a Cristo tres veces habría sido capaz de convertir a cientos de personas en una sola prédica y basándose solo en una mentira?. No tiene sentido. Como dice John Stott, los hipócritas y los mártires no están hechos del mismo material.
La otra teoría dice que los fariseos en cooperación con los romanos robaron el cuerpo de Jesús. Recordemos que después de la resurrección de Jesús, el movimiento cristiano comenzó a esparcirse como un virus, atentando contra la estabilidad religiosa y política, atentando contra la autoridad de los fariseos y del imperio romano, y la inspiración de los cristianos venía de la idea del Cristo resucitado. Si los fariseos y romanos hubiesen robado el cuerpo de Cristo, al ver el peligro que el movimiento cristiano representaba habrían mostrado que tenían en su posesión el cuerpo de Cristo y así aplacado el cada vez más fuerte movimiento cristiano. Sin embargo, no lo hicieron.
Hay otra teoría que dicen que las dos mujeres que iban a ungir el cuerpo de Jesús se equivocaron y se metieron a otro sepulcro diferente el cual estaba vacío. Esta teoría no tiene sentido, pues luego de que ellas contaron lo que habían visto, también los apóstoles y otras mujeres fueron a ver el sepulcro vacío. ¿Es posible que todos ellos se hubiesen equivocado y entraran al sepulcro equivocado?. Es difícil de creer.
La única explicación posible, aunque no suene tan lógica, es que el cuerpo de Jesús había simplemente desaparecido, se había desmaterializado mientras que las vendas habían permanecido en el sepulcro (cualquier teoría sobre el robo del cuerpo no explica por qué un ladrón se tomaría el trabajo de desenvolver el cuerpo y dejar las vendas).
Testimonios sobre las apariciones de Jesús resucitado
En los Evangelios se mencionan 10 apariciones de Jesús después de haber resucitado:
1) María Magdalena
2) Las mujeres que regresaban al sepulcro
3) Pedro
4) Los discípulos de Emaús
5) Los 10 apóstoles, cuando Tomás no estaba
6) Los 11 apóstoles con Tomás incluido
7) “A los 500 hermanos a la vez”
8) Santiago
9) Junto al mar de Galilea
10) En el monte de los Olivos al momento de la Ascensión
No podemos olvidarnos de la eterna teoría de que las narraciones en la Biblia son solo relatos ficticios. Pero en el caso de la resurrección, las narraciones son características de testigos presenciales. Los Evangelios cuentan lo que los testigos vieron y escucharon, mientras que los relatos ficticios están llenos de recursos literarios para dar mayor relevancia a ciertas partes de la historia. Tomemos por ejemplo la parte de las dos mujeres que se dirigían al sepulcro el domingo temprano. Relata la Biblia que encontraron la tumba vacía, pero en ningún momento se habla de cómo fue la resurrección misma, no dice qué ocurrió con el cuerpo de Jesús, ¿por qué? porque nadie vio como fue la resurrección. Si alguien se hubiese inventado toda esta historia de la resurrección, habría tenido el cuidado de escribir también un relato de cómo fue la resurrección misma dada la importancia de ese suceso. Pero no es así, ningún evangelio cuenta cómo fue la resurrección de Jesucristo, lo único que cuentan es lo que los testigos presenciales vieron.
Está también la teoría que todos alucinaron con haber visto a Jesús. Esta teoría tampoco es sostenible, pues es imposible que tantas personas hayan tenido exactamente la misma alucinación en diez ocasiones diferentes. Además, para sufrir una alucinación de este tipo es necesario que las personas que sufren la alucinación estén predispuestas a sufrir la misma, ocurren como la culminación de un período de intenso deseo de alguna cosa. En otras palabras: los discípulos tendrían que haber estado predispuestos a ver a Jesús resucitado para haber alucinado con él. Pero eso no lo vemos en los relatos de la resurrección: vemos a un Pedro lleno de remordimiento, un Tomás lleno de escepticismo, apóstoles en general faltos de fe, y dos mujeres que estaban tan seguras que Jesús estaba muerto que se dirigían al sepulcro a terminar de ungir el cuerpo. Los discípulos ciertamente no estaban predispuestos ni esperaban ver a Jesús resucitado y cuando él se les apareció los reprendió por su falta de fe.
El cambio en los discípulos
Quizás la prueba más fuerte de la resurrección de Jesucristo, sea el cambio de actitud que sufrieron sus discípulos. El Pedro que vemos en los Evangelios es impulsivo, anda con una espada y ataca a un guardia; es débil de carácter, niega a Jesús tres veces (después que Jesús ya le había dicho que eso ocurriría); después de la muerte de Jesús se esconde de las autoridades judías por miedo a represalias (Juan 20:19); pero el Pedro que vemos en el libro de los Hechos es totalmente diferente, tiene convicción y está dispuesto a morir por lo que cree. Los hermanos de Jesús (Santiago, entre ellos) no creían en él, – “Ni aún sus hermanos creían en él” (Juan 7:5)-; pero luego en el libro de los Hechos los vemos convertidos en un creyentes, “Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.” – Hechos 1:14.
¿Qué pudo haber provocado un cambio semejante en estos hombres? ¿Sería posible que hubiesen confabulado para difundir la mentira de que Jesús había resucitado y entonces comenzaron a predicar con gran convicción? Suena poco probable. Obviamente algo ocurrió, un hecho relevante que los impactó profundamente y eso los impulsó a salir al mundo y anunciar el Evangelio sin miedo al rechazo, sin miedo a la cárcel, e incluso sin miedo a la muerte misma.
Muchos estudiosos imparciales han concluido que la evidencia de la resurrección de Cristo es muy buena. Por ejemplo, sir Edward Clarke escribió:
Como abogado he realizado un estudio prolongado de las evidencias de los sucesos ocurridos el primer día de la resurrección. Para mí la evidencia es conclusiva, y tal vez he conseguido veredictos de la Suprema Corte de Justicia con evidencias que no eran tan terminantes. La inferencia sigue a la evidencia, y el testigo es siempre sencillo, natural y libre de recursos efectistas. La evidencia que ofrecen los Evangelios al respecto pertenece a esta clase, y como abogado yo la acepto sin reservas como testimonio de hechos veraces que ellos pudieron comprobar.
Sería mentira si dijéramos que la resurrección de Jesucristo es la explicación lógica a la evidencia presentada por los Evangelios y el libro de los Hechos. La idea de la resurrección implícitamente va en contra de la lógica humana. Sin embargo, es la única explicación que se acomoda perfectamente a los hechos y a la evidencia presentada por los libros de la Biblia. Ya analizamos otras posibles explicaciones, que se adaptan mejor a la lógica humana, pero hemos visto que dichas explicaciones no resisten los análisis a los que se las somete. Por lo tanto, aunque suene insólito y difícil de creer, la única conclusión a la que podemos llegar es que Jesucristo efectivamente resucitó. Para un análisis más profundo, aconsejamos leer el capítulo 4 del libro Cristianismo básico de John Stott.
Enlace al artículo original: http://rinconapologeta.wordpress.com/2013/03/31/la-resurreccion-de-cristo