Cómo ser un negligente educado

Una de las mayores interrogantes para un profesional independiente siempre será «¿cuándo debo ser político y cuándo no?» La realidad es que dependemos en gran porcentaje de nuestras relaciones públicas, así como del trabajo bien hecho que posteriormente se transforma en recomendación. Sin embargo, ya que no formamos parte del sistema convencional, tenemos la posibilidad de generar cambios significativos en la forma como se percibe al profesional.

Lo primero que debemos tener en cuenta al momento de perder la posición política de cara a un cliente –o colega- es “¿Hay algo que quiera cambiar?” “¿Cuál es mi propósito al momento de encarar una situación como esta?” La respuesta es sencilla, si no quieres crear un cambio significativo, la posición neutral te servirá perfectamente para mantener tu misma cantidad de trabajo, pero no te ayudará a obtener el respeto y el apoyo de quienes jamás se atreverían a ser líderes.

Lo explicaré con una historia. Hace unos días escuché acerca de una disputa entre el director de Chicago, Luis Fernández, y la actriz Mariaca Semprun. El director es conocido dentro del medio teatral por ser una persona prepotente, egocéntrica y abusiva verbalmente. Sin embargo, tiene un gran poder mediático gracias a la buena reputación que generó en el público como actor y como amante de la mujer –perfecto ejemplo de buen branding*- Según los medios, Mariaca decidió dejar la obra por la forma irrespetuosa en la que el director se dirigió a ella, además de pedirle un topless* cuando en ninguna otra versión, a nivel mundial, se había hecho, sin contar las negociaciones económicas turbias por una cantidad casi imperceptible en comparación al valor real de la actriz.

La primera reacción de Mariaca fue mantener la compostura, se retiró de la obra a través una carta dirigida a la producción alegando diferencias con la dirección y emitió un comunicado de prensa donde deseaba éxito a sus colegas –una posición política- Finalmente, debido a la actitud posterior del director por redes sociales, egocéntrica y atacante, la actriz decidió enviar a la prensa la conversación por WhatsApp donde era maltratada y dejó a los lectores la posibilidad de ser jueces de las actitudes prepotentes de Luis Fernández.

«Me acaban de humillar o acabo de presenciar una injustica profesional ¿Qué hago?». Existen dos opciones y ambas son válidas. Hacerse la vista gorda y asumir una posición neutral donde no nos compete el asunto o usar la inteligencia para argumentar y señalar lo que está mal hecho. En el primer caso el beneficio será estático, pasaremos desapercibidos –o simplemente por cobardes- mientras que en el segundo, ganaremos aliados y enemigos, pero, por encima de todo, el respeto de ser líderes y colegas confiables.

Ser político el 100% del tiempo no es sinónimo de ser inteligente, sino de ser cómodo. Hay batallas en las que vale la pena participar, ya sea por convicción personal o porque cambiará nuestra dinámica de trabajo para mejor. Estoy segura que Luis Fernández lo pensará dos veces antes de irrespetar a una actriz de nuevo, después de todo, él vive de su buen personal branding, no hay necesidad de dañarlo ¿o si?

“¿Tienes enemigos? Bien. Eso significa que en algún momento de tu vida has defendido algo en lo que crees” Winston Churcill.

Si quieres ser un negligente educado limita tu inteligencia a ser político, fórmate para nunca usar esas herramientas con un propósito magnánimo y quédate en la zona de confort donde los cambios y los beneficios siempre pertenecerán a alguien más.

Branding: (Según Wikipedia) es un anglicismo empleado en mercadotecnia que hace referencia al proceso de hacer y construir una marca.

Topless: (Según Wikipedia) es el hecho de no llevar ropa que cubra los pechos.