Cuando aún mi bisabuela vivía, hace muchos años, ella a veces veía un poco de televisión. Una vez se puso a ver un concurso de belleza, algo así como miss bikini, y claro, para una anciana de pueblo, ver a esas mujeres «desnudas» era todo un escándalo, y su expresión fue «¡Fin de mundo!». Luego sus nietos -mis tíos-, cada vez que veían un concurso de ese estilo, o algo «escandaloso» por TV, se llevaban a mi bisabuela, cargada casi como un bebé, y le decían: «¡Venga abuela, pa’ que vea fin de mundo!».
Hace unos días, saltando de un vínculo a otro, me consigo con un video de youtube, en donde mostraban a unos güinos, que no pasaban los 14 ó 15 años, bailando un «perreo». En ese momento recordé a mi bisabuela.
Lo admito, desde chico he sido muy zanahoria en inocentón, yo a esa edad de los chicos del video en cuestión sólo me ocupaba de He-Man, los Thundercats y de las caimaneras de futbolito, ya estos «perrean», y muy bien.
Una vecinita, una güina que no pasa de los trece años, ya no sabe qué ponerse para esconder su embarazo.
Hace poco vi la noticia de una gandola saqueada por el Marqués en Caracas, mientras su chofer había sufrido un infarto o algo así.
Recurriré a lugares comunes, a expresiones de viejo, pero como que antes era mejor, había más respeto, joven, más respeto, más educación (batiendo la mano en el aire).
«¡Plan de machete! ¡Eso es lo que falta en este país!», decía un abuelo en la plaza Bolívar, quizá hace unos diez años hubiera pensado que el pobre anciano estaba loco, ahora como que le doy la razón.
Me preocupa, ¿será que me estoy poniendo viejo?