El sonido es el primo pobre del cine. En Venezuela lo relegan a un tercer plano. Cuando no hay plata lo cancelan del presupuesto. Cualquier pirata se encarga de mezclarlo para torturar los tímpanos de la audiencia. Usted puede hacer el siguiente examen. Evalúe el audio de las obras maestras de la edad dorada.
Pocas aprobarán la materia con la máxima nota. Por fortuna, varios especialistas de la nueva generación cobraron conciencia del defecto y le buscaron una solución inmediata, al fundar pequeñas compañías dentro del ramo.
De ahí el avance criollo en dicho sentido. Hoy contamos hasta con un estudio dolby para afinar los últimos detalles de la postproducción. Hemos dado un pequeño salto cuántico. Sin embargo, falta mucho por experimentar. Es la invitación para los cultores del género en el país.
A propósito del tema, cabe recomendar un estreno modesto de la cartelera, Presencias del Más Allá, un filme en tono menor destacado por su ejercicio de creación de atmósferas a partir del registro acústico. Los protagonistas, como el Jack Torrance de El Resplandor, deben cuidar de un hotel de mala muerte, durante las horas previas al cierre del establecimiento. Los minutos pasan con lentitud y los jóvenes comparten conversaciones anodinas. La audiencia espera por la sangre, el estruendo y las vísceras.
No obstante, el autor traiciona cada una de las expectativas sembradas por la campaña de publicidad, cuyo objetivo es vincular al largometraje con la serie Actividad Paranormal. ¿Qué rescata a la pieza del foso de la banalidad?
Precisamente el uso del sonido fuera de campo, una técnica empleada con inteligencia por el genio de El Exorcista, así como por los hábiles narradores de La Casa del Fin de los Tiempos. Hablamos entonces de la persistencia de un legado, mantenido por décadas de investigación. Los teóricos lo consideran el arte de acompañar las imágenes con recursos para deleitar a los oídos. Los ejemplos de la historia merecen ser reconocidos.
Anoten tres hitos para la memoria de la tendencia por reivindicar: Blow Out, La Conversación y La Vida de los Otros.
Es decir, un conjunto de manifiestos y tratados sobre la totalidad como conspiración. Espiar y escuchar a los demás acarrea consecuencias negativas en los protagonistas de los títulos mencionados. La moraleja sigue vigente.
Tenemos derecho a defender el valor de la privacidad, a pesar del asedio de las redes sociales, los inquisidores de la demagogia política y los poderes corrompidos. Presencias del Más Allá culmina en el extremo de una paradoja inquietante. La heroína cae presa del morbo atrapada por un laberinto de fantasmas, brujas y zombies. Los monstruos de su cabeza le enviaban mensajes cifrados desde un mundo paralelo. Los atendió demasiado tarde.
El argumento se acopla a los parámetros del reciente remake de Evil Dead, ejecutado con brío por Fede Álvarez. Del terror contemporáneo celebramos el alumbramiento de un grupo de talentos emergentes, alrededor del globo. Solo una cuestión nos preocupa.
El desarrollo de los efectos es inversamente proporcional al aumento en la calidad de los contenidos. Es hora de sincronizar el volumen de los monitores con las intensidades de onda del papel escrito. No es una batalla perdida sino el encuentro de una armonía ideal.