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¿Cuándo perdimos nuestra democracia?

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Sería absurdo decir que el momento comenzó en el 98, aunque el presente ha dado muestras inequívocas de que el agotamiento de los partidos tradicionales, las constantes crisis de la miopía de no comprender el significado elemental de la democracia, al menos desde el punto de vista institucional, permitió a un golpista acceder al poder, por lo que ese instante fue un golpe definitivo a ella.
El hombre tuvo sobre sus hombros, eso que llaman esperanza, y hemos visto que terrible es ella en manos de militares populistas, y de una super ignorancia unida a los zorros como Fidel castro. Poco a poco, no solo fue capaz de introducir todos y absolutamente todos los vicios de nuestra golpeada, vejada y hasta manipulada democracia, sino que supo capitalizar los errores de los partidos de oposición y nuestra apatía. Ese sentido de minar la estructura con viejos vicios e ilegalismos forma parte de la estructura “normal” del estado, y aun estando por encima de la legalidad, ya nos acostumbramos a verla.
Puede que sea considerado radical (con el cargo peyorativo que dan los santurrones de esos que llaman objetivos, como por ejemplo Vladimir Villegas, o los noticieros venezolanos de televisión) pero comparto la tesis de historiadores como Germán Carrera Damas, Manuel Caballero (fallecido 2010), Inés quintero, Elías Pino Iturrieta, Diana Rengifo, Antonio Vale, o Juristas como Asdrúbal Aguiar, literatos como Rafael José Alfonso, Barrera tyszka, entre otros, que nos están quitando la república democrática liberal, estamos dejando que la estupidez mental, nuestras pequeñas rencillas y resentimientos nos dominen, aceptamos la manipulación histórica, nos comimos el cuento de la propaganda chavista, vivimos en un teatro de lo absurdo y los que más o menos nos encontramos en la acera del frente, nos comportamos como en un noticiero de farándula, adecuándonos a las modas del momento y nada más.
Los nombres no son para alardear, cada uno nos dan referentes y un conjunto de textos, que pueden darnos ideas que si hubo y hay gente que ha pensando en democracia, en república, en ciudadanos, en no dormirnos ante la dramática situación del absurdo y del circo del horror llamado chavismo. Además, de sentarnos a leer nuestra historia, llena de fracasos ¡si!, pero de grandes conquistas, que en nombre de doctrinas arcaicas e hipócritas nos están quitando todo.
No sucumbir a ese pequeño Peréz jimenez que llevamos dentro, o en todo caso comportarnos como inquisidores ante todos. Comprender bien este peo, significa estar alertas, de convertirnos en multiplicadores de la idea de democracia, de no dejar que los políticos de oficio (muchos de ellos, de ambos lados son como el cuento del “Diente Roto”) tengan la “verdad”, no nos habituemos al disparate, al desastre, al horror. ¿y quién dijo que construir país es fácil?, Multipliquemos pues la idea, de ésta religión laica que están empeñados de meternos como la única verdad (sabemos que los mitos, por ser mitos no se discuten y más las implicaciones desdel el poder)
Si, lo soy, soy radical, no me convencen los subterfugios que lanzan, las justificaciones a granel y las manipulaciones políticas e históricas de su ineficacia, cuyo único norte (o el sur, como dice su propagandita) es permanecer en el poder a como dé lugar.

¿Qué es el socialismo del siglo XXI?
Cero independencias entre los poderes públicos. La constitución es un formalismo, letra muerta.¿ 5 motores fundidos, ser potencia en ridiculez, en países de mayor corrupción, de ser happy, de tener el sueldo más alto del mundo?. El estado, el gobierno y el partido son lo mismo y por ende las instituciones apéndices de lo que diga el mandamás de Miraflores. Ergo, Personalización del poder. La autonomía no existe, es un lujo, y el lujo lo que da es apatía e irse demasiado. El voto justifica los ilegalismos, y el “Santo Tribunal Supremo”, Okgrasia. La militarización de la sociedad. Leyes por encima de la constitución (que contradicción), y Doctores de la talla de Escarrá y Luisa Ortega, justificando. Lista tascón. Nepotismo, despotismo, militarismo, hipocresía económica, escasez, colas, racionamientos. Mitos puestos como verdad, Encantadores y habladores de pájaros. Hospitales sin medicinas, carreteras destruidas, sistema eléctrico nacional (adiós luz que te apagaste) estructuras paralelas al estado que lo que tiene en su semilla es Ordene y mande mi supremo comandante interestelar (milicias, comunas), destrucción de la profesionalización y universidades. El conuco como ciencia de estado para el desarrollo endógeno de tecnología ancestral, socialistas de la talla de Diosdado o Jorge Rodríguez. Pero, me pregunto y ¿El Bravo Pueblo?(con la idea de Nuestro Himno Nacional) .
Nimiedades pues, ya nada debe sorprendernos.
Si sintieron, al menos coincidencia al leer lo anterior, con otra realidad, que se conoce peyorativamente como 4ta república, veamos cómo hay algo que si funciona al máximo, para que tengan enceguecidos a muchos venezolanos “El ministerio de la Verdad” (recordemos a Orwell), y que aunque somos hijos de la democracia, no la hemos sabido defender al pretender ubicarla con lo horrible del pasado, justificando el presente. Lo que si tengamos seguro, que el régimen socio político más importante que logramos en el siglo XX, fue la democracia, no sucumbamos en el error de meter en el saco todo lo malo y feo, pues ella nos dejó grandes e importantes avances. No dejarnos convencer ni caer en ideas maniqueas de la derecha- izquierda comunista (esos términos me causan sospecha y a la final significan lo mismo), que nos llevan a ver a cuba, china, corea del Norte y la Unión Soviética (Rusia) como paradigma; así como Irán o el personaje Mugabe como arquetipo de lo Humano (el mundo es una gran hipocresía, pero no por ello, dejemos que nos lleven hasta terrenos del fanatismo, la estupidez y la mojigatería beata de pretender de que somos lo máximo, acostumbrándonos “al, al menos” para justificar el terror y el totalitarismo en nuestra narices de nuestros personajes tropicales), cuando aquí a partir del 1958, logramos nuestra revolución sin mirar a ningún sitio (Comprendí el cuento de las guerrillas), que perduró y en un momento determinado la corrupción ganó terreno y nos desviamos tanto que llegó al poder el Héroe del Museo Militar, y ahora con sospecha su llamado hijo, tal cual título nobiliario, destruyendo todo, y multiplicando los vicios, tratándonos como desesperados hambrientos clientes, ignorantes y estúpidos, que han sabido manipular todo.
Depende de nosotros, ya que si nos empeñamos en seguir cometiendo los mismos errores, y de tener la miopía del pasado que tanto criticamos, no digamos al final un coño, sólo estaremos como Wiston viendo, comprendiendo, y viviendo en el amargo silencio de la resignación y la servidumbre, la grandiosidad del “Gran Hermano”, como única fuente de felicidad.

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