Creo que en todas las religiones, disciplinas y filosofías, le dan énfasis a la cualidad de ser sincero. No creo que exista alguna religión, disciplina o filosofía que promueva o tolere la falsedad.
Muchas veces se intenta relativizar la veracidad, con argumentos como que se debe ser veraz, pero depende de la circunstancia, al tener una postura ambigua o poco definida entre la veracidad y la falsedad se le está dando carta abierta a esta última.
Una mentira blanca, o una mentira piadosa, es una mentira. Se intenta «suavizar» una situación que quizá puede ser dura si se dice la verdad, pero es una suavidad aparente, una suavidad falsa, que cubre la verdad, que tarde o temprano relucirá, quizá aún más dura.
En la falsedad está implícito el miedo, miedo a la pérdida, miedo a la soledad.
La verdad genera libertad, la falsedad ata. Nadie puede hablar de libertad si no es veraz, y la veracidad es muy simple: no decir nada que no esté ajustado a lo cierto, y si no se está seguro de su certeza mejor permanecer callado, o aclarar que no sé tiene certeza de lo que se dice.
No hay medias tintas entre lo cierto y lo falso, o es o no es, no existe relativización.