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Desde Afuera: El Exilio Autoindulgente

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“Desde Afuera” tiene la virtud de desarrollar varias historias en paralelo sobre el exilio, a través de un lenguaje dinámico y multimedia, propio del cine 2.0.
El Skype es un herramienta fundamental para echar el cuento de los protagonistas, quienes además fungen de codirectores, al grabarse en su intimidad.
Por tanto, descubrimos la evolución de cada uno de ellos en diferentes contextos.
Unos alcanzarán sus metas, otros seguirán en la búsqueda de un arraigo, todos extrañarán su lugar de origen, ninguno se permitirá el fracaso como opción.
Por ende, hay destreza narrativa para sostener el guión sobre la base de unos recursos austeros de trabajo.
Nos llegamos a identificar con el drama humano, la nostalgia y la vivencia cotidiana de los entrevistados.
Aun así, el documental se encierra en una visión personal y parcial del fenómeno de la diáspora, eludiendo las aristas problemáticas del caso.
Nunca se profundizan en las razones para abandonar el terruño propio y el argumento de partida se queda en la exposición de puros enunciados, de titulares e ideas trilladas.
Llegamos a echar en falta la incorrección política, la irreverencia y el sentido del humor negro de quien deja su pasado atrás y lo mira con picardía, con ironía.
El tema de la dependencia de CADIVI apenas asoma la cabeza en la epidérmica anécdota de Santiago y Claudia, por lejos la menos densa del conjunto. Se van de aquí, intuimos los motivos, pero jamás explican la causa de su marcha.
Válido mostrar la realidad dura de la chica en Japón, de la pareja en Australia, del cineasta en Croacia y del entrañable músico capaz de realizarse en Budapest.
Sin embargo, extrañamos confrontación de tesis, de conceptos, de afinidades.
Terminamos viendo no un documental sino el capítulo de un reality dedicado a describir la experiencia de un grupo de amigos en sus respectivas peceras, en sus burbujas.
El enfoque peca de ombliguista, autoindulgente y superficial.
Para la próxima sería interesante conocer el lado oscuro del asunto, tanto dentro como fuera del país.
Indagar y explorar los matices. Equilibrar la balanza, entre los de aquí y los de allá. Establecer un diálogo franco y honesto.
De hecho, “Desde Afuera” evita reflejar tres aspectos: el actual regreso de exiliados a Caracas, el hecho concreto de seguir apostándole a Venezuela y las fracturas ocasionadas por los últimos años de descontrol institucional, por la tragedia de la polarización.
Como persona, no me sentí representado por el documental.
Yo quedo fuera de su óptica binaria, pues creo en el futuro de nosotros como nación, más allá de los límites y las barreras.
Todavía esperamos por un documental que integre a los de afuera con los de adentro.
La única alternativa, el único Plan B no es Maiquetía.
Involuntariamente, refuerza un mapa individualista, desconectado del entorno.
Con jóvenes así, la patria continúa a la deriva.
Esta no es precisamente la generación del 28.
¿Oda a la resignación y a la huida?
Sin querer se le hace el juego al poder.
El poder nos quiere así de egocéntricos y dóciles.
En España y Egipto nacieron los indignados.
¿En Venezuela se clausuró la resistencia?

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