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El Monopolio Rojo Rojito y su «Nuevo Paquete de Medidas»

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Hoy se explicaron las reglas de cómo jugar la nueva edición del Monopolio rojo rojito, donde el estado todo lo concentra, lo controla, lo vigila y lo administra.
Primera noticia, CADIVI murió y encima le pusieron otro ente rector.
Es decir, más fuentes de burocracia, clientelismo y corrupción para quienes se dedican a repartir los dólares. Una mantequilla, como diría el Budú.
Segundo tubazo, el bolívar no vale nada o vale tanto como el peso cubano. Poco a poco, vamos acercándonos a la economía del mar de la felicidad o de regreso a la época de la convertibilidad en la Argentina. Pero el asunto es un mito, pues las reservas son escasas.
Tercero, los comités de la revolución se encargarán de velar por la estabilidad del sistema de precios. Otro caliche, otro periódico de ayer, fotocopiado de los planes quinqueniales de Fidel. Nada como echarle la culpa a los demás, para limpiarse las manos y escurrir el bulto.
Cuarto, el escenario conspirativo. Hay una guerra interna y externa contra el país. La encabezan los malucos acaparadores de productos. El gobierno promete mantenerlos a raya por medio de operaciones comando de grupos fieles al proceso. Se aplica entonces una psicología inversa y negacionista, al atacar el efecto y no la causa del problema.
Quinto, crear un «fondo especial de compensación y estabilización para la protección de los precios». El fondo se creará con el dinero extraído de las multas que se le harán a los especuladores. Será otra caja chica y negra para el usufructo de los dueños del monopolio.
Sexto, las empresas privadas que quieran lechugas verdes, tendrán que aprender a hacer nuevas carpetas y pasar nuevos filtros. Así de fácil. El órgano, que cobrará y se dará los vueltos, recibirá el nombre de «Centro Nacional de Comercio Exterior». Título largo para esconder un alcance menor en el campo internacional. Dicho en cristiano: dependemos de afuera, seguimos siendo una colonia, se nos condena a la esterilidad de un economía de puerto. Cero productividad. Puro vivir de las rentas. Una bomba de tiempo.
Séptimo, cundirán los Mercales y las Misiones por el país, garantizando el abastecimiento y la bonanza. Pulperías a diestra y siniestra, regalando felicidad y dádivas a manos llenas.
Esto se lo llevó quien lo trajo.
Supongo que usted pasará su factura el próximo ocho de diciembre.
Es lo que pasa cuando al monopolio lo transforman en una pulpería para la compra de conciencias.
Nuestro populismo en pleno.
No hay futuro con este espejismo petrolero. Lo mismo que en la cuarta república, aunque la situación es peor.
Aquí lo que hace falta es que la gente se ponga a trabajar en serio.
Nos tratan como simples consumidores, compradores, seres improductivos.
Debería ser al contrario.
Venezuela está como la URRS en los años ochenta. Ella solita se autodestruyó en una monumental bancarrota.
¿Good bye Lenin? Espere pronto su secuela en Caracas.

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