Bien dice la tan trillada frase que ‘‘el mayor placer de un hombre inteligente, es aparentar ser un idiota, ante un idiota que aparenta ser inteligente’’. Astutos son aquellos que tienen la habilidad de mostrarse como un completo ‘‘tarado’’, engañando en su cara a más de un ‘‘listo’’, ensordecido e invidente. Entre los primeros, se encuentra el presidente Maduro; entre los segundos, la ‘‘mitad minoritaria’’ opositora al régimen Jinping-Castro-comunista que resultó ser la mejor agencia propagandística del Gobierno.
El pintoresco hombre bigotón de unos aparentes cincuenta y tantos años me recuerda al típico audaz muchacho de la escuela que antes de un examen siempre afirma no haber estudiado, pero es siempre quien logra la más alta calificación. Ese mismo es Nicolás Maduro, aunque con menos currículo y abundantes discursos aburridos. El jefe de Estado se nos presenta como un hombre tonto y simplón, pero esconde tras de sí al otro: al tipo intrépido y suspicaz. Un auténtico agitador de masas formado en la Cuba de los años 80. Paciente y empedernido luchador izquierdista surgido desde los movimientos subversivos más pequeños de la Venezuela cuarta Republicana. Hombre necio que supo dar rebeldía con rebelión, uniéndose al tamarindo con arroz llamado ‘revolución bolivariana’, desde 1992.
A los gobiernos, (totalitarios, demócratas, capitalistas, socialistas…), poco les importará su aceptación popular en períodos lejanos a elecciones presidenciales, mas, sí les interesará tener un alto índice de popularidad. Pues no hay popularidad dañina, para y por eso, los más banales dicen presumidamente: ‘‘lo importante es que hablen’’. ¡Vaya coincidencia! Venezuela, ese circo multitudinario, bullicioso, superficial y populacho, que se olvida súbitamente de un show para estar preparado a otro peor ¿o mejor? aterrorizado por la ‘mala imagen’’ que nos da el brillante Maduro, y todos sus secuaces. Mejor sería que los espectadores impactados por la espontánea ‘‘brutalidad’’ de los altos dirigentes políticos, recordaran ante cada ‘‘error’’ uno de los tantos sabios refranes populares: Dime de qué presumes y te diré de qué careces…
Chávez fue un ridículo público. Maduro, está creando un público ridículo. ¡Ah, dijo ‘‘proponió’’ y se revisa el corazón con un telescopio! ¡Eh, confundió estados con ciudades, y ahora habla con el pajarito! ¡Oh, le echó la culpa al Hombre Araña de la delincuencia, y se hartó de vociferar ‘‘millonas’’! Son solo algunas de las ocurrencias que se escuchan en el basto tumulto de personas asombradas puestas en la cola del supermercado.
Lo importante está en la concentración, mantenerse alerta, y decir ‘‘esta boca es mía’’, para mantenerla cerrada, porque los penes se multiplican de rumor en rumor, mientras los productos alimenticios se dividen con esa especie de enemigos ‘‘desestabilizadores’’, frente a la cajera que con sus dedos hermosos te hace un movimiento repetitivo y mecánico para decirte lo mismo que al resto, y que tú ya sabes: Una sola unidad por persona. ¡Cuidado!, parece que llegará tu turno, y no alcanzará la mercancía.
Christian Martinez / @_MartinezCA
Chiamo, yo creo que estás leyendo demasiado entre líneas al Tío Nicky. Creo que, aunque el querido señor bigotes no es tan imbécil como aparenta, en realidad al señor (y a todo el gabinete) se le puede aplical la Navaja de Hanlon: «Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez». Que tal vez esté planeando algo nefasto, que tal vez este en compló con los cubanos, que esté tratando de repetir el numerito de su difunto jefe el Comantante Etéreo de personalidad over the top para meternos un dildo de fisting a todos por el ano, puede que de repente. Pero seamos honestos: ¿que es más probable, que el tipo sea el manipulador más asesino desde el carajo de la Death Note, o que el sujeto sea simplemente un sujeto normal pero incapaz para su cargo, demasiado comprometido con su ideología para darse cuanta de que la misma no es la mejor guía a seguir, y rodeado de incapaces igualmente ideologizados enfrascados en seguir montados en el coroto y demostrar que de verdad sus ideas funcionan?
Hay veces en que un cigarro es solo un cigarro, hon.
@Liacchin: Hola. Concuerdo en algunos aspectos con tu comentario. E incluso complementaría -y sustentaría- mi argumento desde la misma Navaja de Hanlon. A.- “Nunca atribuyas a estupidez lo que pueda explicarse adecuadamente mediante la ineptitud”; y B.- “Nunca atribuyas a ineptitud lo que pueda explicarse adecuadamente mediante el desconocimiento”.
Así las cosas, no cabe duda en que apoyo la tesis de que Maduro, y su equipo en general son incapaces. Que no saben manejar la economía, que les importa un comino (o les importa mucho y por eso reprimen) el libre ejercicio de la prensa, etc. Y también creo, como usted, que Nicolás sea el tipo más malicioso del mundo, y que esté manipulado, etc. Pero de que este combo rojo montado en el poder es eficiente en generar matrices de opinión, desvirtuar la realidad, proyectar la ineficacia como eficiencia, y demás, no hay espacio a disyuntiva.
Por tanto, no digo que Maduro sea el tipo más inteligente del mundo, ni el mejor político, o algo que se le parezca. Más bien, haciendo uso de Hanlon, su ineptitud (me refiero al manejo de los hilos del país, visto además por todos), hay que atribuírsela al desconocimiento.