Este será, más que todo, un artículo de denuncia. Pero también pretende ser un llamado de reflexión en una sociedad donde absolutamente nada es tomado en serio, y los peores insultos son dichos entre supuestos amigos en tono de «broma». Me atrevo a decir que el principal problema de este país es su incapacidad para tomarse en serio las cosas, el cómo ha insertado el bullying en sus costumbres sociales, denominándolo «chalequeo» y el cómo la susodicha aceptación del bullying como costumbre social ha destrozado el autoestima de los venezolanos, al punto que terminan viendo como modelo a seguir a un bully como Chávez, dándole el poder durante 14 años, que se dicen pronto.
En fin, para resumir, que esa es la razón por la cual estamos jodidos. Y es bastante triste relatar lo que contaré a continuación: ver como gente supuestamente inteligente, culta y educada, que conoce bastante bien el daño que hace el bullying y que hasta hace activismo en contra del bullying que sufren los gays en Venezuela, son los mismos que salen a hacerle bullying a un tipo que no les había hecho nada, sufriendo del mismo mal que nos tiene jodidos como nación. Por que sí, creo que el bullying solo es lícito si te están haciendo bullying, como medida de defensa. Y evidentemente, este no era el caso.
Todo empezó con la exposición mía de un caso en la RBV donde se veía a la izquierda española aprobar la protección de fetos animales, cuando ellos son los que han promovido el asesinato de cientos de miles de seres humanos en su fase fetal bajo la mentira de la «elección sobre el propio cuerpo». Reconozco que fui algo provocador al involucrar a la izquierda mundial en dicho acto de hipocresía, pero es obvio que la respuesta fue bastante desmedida. En vez de limitarse a ignorarme o revelar mi generalización estúpida, optaron por la segunda opción, pero luego, al ver que yo denunciaba el fanatismo ateo de ciertos admins (me choca bastante que uno de ellos comparara ser cristiano en América Latina con los morenazis), prefirieron dejarse llevar por sus instintos más bajos y burlarse de mí. Acá están las screens que lo prueban:
Tres días después, debido a un sub-hilo abierto por cierto personaje que prefiero no mencionar, optaron por hacerse las víctimas y decir que había sido una admin mujer quien había hecho la «gracieta». Claramente, yo ahí opté por la justa venganza a la que tenía derecho:
Aquí el brollo completo si es que no lo borran.
Desde entonces, y destruido el antiguo respeto mutuo que había entre ambas partes, por culpa de ellos, me dediqué activamente a trollearles viendo lo divertido que era joder a una cuerda de fanáticos ateos que defienden al inquisidor moderno de Dawkins. No obstante, solían ser reacciones en defensa propia, y pocas veces era yo el provocador. Baste verlos acá poniéndome a mí en una foto con el fanático de Dawkins:
Uno de sus admins incluso llegó al extremo de montarse una página para solo reírse de mí. Y sospecho que era el mismo admin al que le confesé, en lo que creía una confidencia entre amigos, que yo veo hentai (para lo que no saben, animación pornográfica japonesa). Pero no, no son capaces de tener un mínimo de respeto por las confidencias ni nada por el estilo, lo que demuestra que fue uno de ellos quien montó la página:
Lo más cómico de todo fue ver a varios admins principales intentar negar que uno de ellos había hecho la página. Es cierto que la vaina, por lo que veo, no contó el apoyo de los principales admins (que al menos tuvieron un poquito de cordura en este festival de inmadurez), pero de que hubo uno involucrado, lo hubo.
En fin, aunque hay más ejemplos de bullying de ellos, y de otros usuarios de la página hacia mí, no pondré más para no hacer demasiado largo este artículo. En fin, el punto es que, aún pudiendo ser yo alguien molesto e insoportable (que no niego que puedo serlo cuando me lo propongo), eso no les daba derecho a trollearme. Tan solo si eres trolleado tienes derecho a usar las mismas herramientas que el troll. Pero atacar injustificadamente a otro, haciendo gala de la clásica incapacidad venezolana de tomarse algo en serio, es patético. Y más viniendo de gente supuestamente inteligente y educada.
En fin, me temo que me esperé demasiado de unos carajos que a fin de cuentas me habían linchado hace casi un año por decir que abstenerse en las elecciones del 7-O solo por que Capriles no habló del tema gay (que es, y esto no lo negará nadie racional, un tema menor en la terrible crisis que sufre nuestro país desde hace 30 años) es una estupidez y que en su propia web que montaron antes de venirse a Panfleto, tenían varios artículos atacando fanáticamente el cristianismo. Es curioso que me tilden, a mí, un mero moderado que va rara vez a la iglesia, de fanático, mientras ellos rezuman fanatismo por todos sus poros.
En fin, el bullying termina siendo la razón por la cual aún si Capriles se montara mágicamente en el poder mañana y arreglara todos los problemas económicos y políticos del país consideraría seriamente irme de esta cagada de nación que permitió a un bully detentar el poder durante 14 años y morir victorioso en su cama. Sí, el final me ha quedado muy «meiríademasiado», lo reconozco. Pero no queda más remedio que decir la verdad.
ACLARACIÓN: a mí me da igual lo que me digan, estoy acostumbrado a ser insultado por Internet y a ser víctima del «chalequeo» venezolano. Normalmente me limito a responder con la misma moneda y ahí termina todo. La razón por la cual me decidí a hacer este artículo es por que me duele bastante ver a gente inteligente, gente que se supone son parte de la élite intelectual de la nación, caer en los mismos vicios que nos tienen jodidos como país. Esa es la auténtica razón. Si estos insultos me los hubieran hecho, por ejemplo, en las Alpargatas de Páez, Arepachan o sitios así, tengan por seguro que aquí no hubiera dicho ni pío sobre el tema, por que no merecía un artículo al respecto. Por último, pero no menos importante, los insultos y amenazas que solté por la RBV fueron después de la oleada de insultos descrita acá, excepto cuando amenacé de muerte a los tupamaros. Sí, pienso que en caso de un combate campal entre una marcha pacífica opositora y los tupamaros, deberíamos luchar por nuestras vidas y si morimos, al menos llevarnos por delante a cuánto tupamaro podamos. Aquí nadie propone una campaña de exterminio (aunque sí de desarme) de los tupamaros o algo así.