Es raro que discuta noticias de Venezuela con extranjeros porque la narrativa para explicar un punto es muy larga. Eso sucede con todos los países, vale acotar. Las noticias son difíciles de resumir sin sonar como un fanático.
Pero también, he comenzado a ponerme en paz con el hecho de que pocas cosas de la esfera pública venezolana son nuevas o interesantes.
Hay días en los que Leocenis, el pana cubano, aleatoriamente me cuenta un episodio que sucedió durante su juventud que, sin él saberlo, es exactamente igual a algo que acaba de suceder en Venezuela esa semana. Es fascinante (¿triste?) enterarte de que la última escalada de atrocidades es simplemente una receta perfeccionada durante años en un ambiente controlado.
Una de las cosas más reconfortantes de hablar con Đorđe, el pana serbio, es que no importa lo que yo le cuente, él siempre dice «Ah, pero siempre es así».
Pocas cosas lo sorprenden. ¿El presidente crea una lista informatizada para segregar sistemáticamente a las personas? «ah, pero siempre es así», ¿negaron durante años, bajo amenaza de cárcel, que Chávez tenía cáncer? «ah, pero siempre es así», ¿prometieron darle casas a quienes votaran por el líder y luego los embaucaron? «ah, pero siempre es así» ¿regalan gasolina para que los ricos puedan usar sus camionetas? «Wait! What the fuck?» Es que los tipos no saben de economía «ah, pero siempre es así».
A veces, cuando la cosa es demasiado atroz, me contesta «Ah, pero es que siempre es así en los países comunistas”, su manera muy eslava de señalar a países que están más jodidos de lo que estuvieron ellos durante su no-comunismo.
Venezuela vive una situación muy complicada que ya era difícil de manejar para Chávez, el más inteligente de esa casta de tarados que son los políticos y militares venezolanos. No es que no crea en la superación personal de los mentecatos, pero es que si a la hora de redactar un plan, Chávez sólo era capaz de hacer garabatos oligofrénicos, imagínate qué queda para el guardaespaldas, un tipo que no puede ni disimular el acento de sus amos cubanos.
La cosa está jodida no porque esté jodida per se, sino porque nadie en los círculos concéntricos del poder tiene la capacidad para salir de la situación.
–Ah, pero siempre es así.
Ese “siempre es así” de Đorđe es reconfortante en el largo (¿larguísimo?) plazo, porque confirma que nada de lo que sucede en Venezuela es nuevo y nada de lo que se predica o practica ha funcionado ni funcionará. Los regímenes totalitarios caen siempre, sobre todo aquellos que tienen la lógica, la moral y la reticencia de un colador.
Todos los involucrados sabemos que es insostenible. Mientras siga pasando el tiempo y no eliminen los celulares, el acceso a internet y la prensa escrita, mientras no se armen de valor para fusilar a la gente, el pastiche mental del chavismo está condenado a fracasar. Nuestra única tarea como ciudadanos es seguir haciendo lo que estamos haciendo –votar, agarrar donde haya, cagarnos en los eufemismos, quejarnos, burlarnos o callar con una sonrisita hecho el güevón– porque «siempre es así» y ni los burócratas más perfectos del mundo en la Alemania Democrática, pudieron con eso.
¡Que análisis, o escrito, o paja, tan brillante! Estoy sorprendido. Si fuese una tesis de algo, seguro lo publicarían en cualquier universidad. Bombita para que nombres a la UBV. Necesitamos más comentarios como este, dignos de adjetivar. Más confesiones de más conversaciones con más extranjeros. ¿Un cubano y un serbio?
Me sorprendes, otra vez.
Solo comentar que desearía poder compartir mis escritos en este blog.
Gracias.
Epa, yo tengo un pana serbio llamado Vuk y cuando yo le contaba que en Venezuela la vaina era de un modo u otro, él, al igual que Dorde, me decía: Eso siempre es así, .Fucking serbios!!
Oh, no sé. Me parece que la historia es siempre igual… Hasta que no, que es más veces que lo que parece. Es decir, a grandes brochazos y tal, sí, «Cuba y Venezuela son lo mismo», pero las diferencias sobre el terreno saltan a los ojos. Si hubiese un titular de Granma en 1970 que leyese, «Elecciones: La Habana, Santiago y Camagüey en manos de los opositores, victoria aplastante», pues te lo compraría. O si el Komintern hubiese decidido regular precios a la fuerza y regalar radios último modelo en 1980, tal vez podríamos hablar de igualdades.
Al final, comparto la idea de que, a grandes razgos, Venezuela no escapa de la triste y predecible historia de tantos autoritarismos del mundo. Si creo que la suerte está echada, es porque me parece que la debacle económica dará paso a una intervención militar pura y dura (a lo Fidel, Franco, Videla o como quieran llamarle), que durará años, tal vez lustros o décadas, y luego dará paso a una especie de apertura donde no habrá instituciones democráticas, donde el petróleo ya practicamente no valga nada y tengamos que reconstruir un país arruinado, sin trabajadores calificados, científicos o empresarios.
Entonces, como en el mejor de los casos, cuando eso pase lo único positivo que podría verle a la cosa es «esperanza», y, cuando eso pase, yo probablemente tenga 50 o 60 años, pues decidí tornarme hacia otros horizontes. ¿Es esto igual a un cubano, a un ucraniano, a un checo? Puede ser. La historia de la humanidad es la historia de las migraciones por razones económicas o violentas, y Venezuela en eso es poco original.
conoci a alguien que habia huido de temible imperio de Gensis Khan, la cantidad de personas muertas por torturas inhumanas era increible, lo malo es que huyo al imperio Otomano