Uno se pregunta, ¿Quiénes son los malandros, cuántos son y dónde están? ¿Acaso un gobierno con milicia, armamento, policías, guardias, equipos, tanquetas, barcos, aviones, inteligencia militar, cuerpos criminalísticos, SEBIN, CICPC, Ministerio de la Defensa, Comandantes, Tenientes, Coroneles, Generales y paremos de contar, no pueden, son incapaces o no les interesa ni les conviene combatir el hampa? ¿Qué pasa? ¿Cómo es el cuento?
Se calcula en más de 155.000 asesinatos o muertes violentas desde 1.999 en Venezuela, lo cual sería como unos 11.5 Poliedros de Caracas a capacidad máxima en sus aforos de personas sentadas, esto es un hecho “Hecho en Revolución Bonita” con el mandato de quien fuera “El Líder Supremo de esa Revolución”, para luego de su muerte a casi un año, pasara a ocupar el mandato “su hijo” el Sr. Nicolás Maduro Moros, quien si bien es nuevo en el cargo de Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, no es nuevo entre los colaboradores más cercanos de esta Revolución que él pretende seguir defendiendo y manteniendo en pie con la ayuda de los simpatizantes del “Comandante Supremo” que ahora emigran a ser sus nuevos simpatizantes.
Nicolás ha hablado recientemente del tema de la violencia criminal en reunión urgente con Alcaldes y Gobernadores para tratar de combatir tal plaga de nuestros tiempos y de nuestros países latinoamericanos sobre todo, pero que en Venezuela crea un estado de zozobra y estrés psicológico en sus ciudadanos que es palpable en todas partes y a todo nivel, y todo ello a raíz del asesinato violento criminal de la ex Miss Venezuela del año 2004 Mónica Spear, quien dejara de existir por el ataque de un grupo de malandros armados que la asesinaron a ella y su ex esposo en una autopista de Venezuela, dejando a su hija herida de bala y sin padres.
El asesinato de la ex Miss, actriz, mujer, madre, hija y venezolana Mónica Spear causó un gran revuelo y malestar, expresado sobre todo por la red social Twitter, también hubo protestas y exigencias de una mayor seguridad en nuestro país, Mónica no es la primera ni es de hecho la última víctima del hampa de este país, que tenemos como para exportar, es un producto verdaderamente bruto, pero que no queremos ni en Venezuela ni en ningún otro país, pero la realidad y el hecho cierto es que existe, existe la violencia, existe el crimen, existe el ensañamiento y existen los seres humanos criminales que asesinan para obtener un bien o un objeto que ellos parecieran incapaces de producir, generar o lograr por ellos mismos, es parte de necesidad, envidia, resentimiento y otros muchos factores que se unen y mezclan para dar como resultado un individuo que vive para hacer daño al otro sin importar derechos, leyes, sensatez u otro elemento que le permita pensar más allá de arrebatarle a otros lo que él como individuo no se esfuerza en conseguir de manera honesta.
Pero la criminalidad en el ser humano y sus causas y consecuencias han sido estudiada seriamente (no aquí en Venezuela), para lograr entender de manera científica que genera en una persona tal carga de perversión que lo lleva a ser un asesino en potencia, y se han desprendido varios descubrimientos constantes que pueden influir en tal actitud, como la familia, la crianza, el entorno, por ejemplo, como aspectos externos, pero también otros aspectos de cada individuo relacionado con sus genes y una predisposición a ser violentos que pueden hoy en día evaluarse y analizarse de manera bastante certera, y lo cual permite o puede permitir en gran medida prevenir y re direccionar incluso las conductas aún cuando pueda existir una predisposición genética en un individuo a ser violento, mediante terapias, ayuda psicológica, psicosocial, antropológica y muchas veces simplemente con una actividad que permita ser útil, productivo y valioso a ese individuo, y esos son hechos comprobables mediante método científico.
De modo, que pareciera, si analizamos estos aspectos que aquí nombramos de manera muy general, que las soluciones, las respuestas, los métodos y la forma de lograr que una sociedad pueda ver reducido su número de maleantes y convertirlos a ciudadanos valiosos están allí. Falta saber, poder y querer aplicarlos, si no se sabe y si no se puede uno puede pedir ayuda, buscar experiencias parecidas exitosas, pero si no se quiere, he ahí un problema quizá aún más grave de resolver que la violencia criminal misma, porque seriamos cómplices y casi que autores intelectuales y materiales, responsables y culpables de la misma.
Hay muchos países en los cuales sus ciudadanos pueden vivir tranquilos y sin tener que preocuparse por el tema de la violencia criminal, y hay otros países como Syria, Israel, Somalia, Sudáfrica, Afganistán, Pakistán, Irak, Colombia, Rusia o Brasil donde existen altos índices de violencia por conflictos y guerras internas, pero Venezuela y Caracas están ubicados como uno de los países y ciudades, respectivamente, con mayor violencia criminal en el mundo, y esto como ya dijimos es un cálculo, pues hay muchas muertes por violencia criminal que no entran en las estadísticas oficiales pero que son también parte de esta realidad, lo cual hace de este tema un tema álgido, grave y prioritario por atender y resolver, pues más allá de estar en una lista, unas estadísticas, o unas cifras, estamos dentro de una realidad que todos los días nos golpea y nos corrobora que si es así, una realidad de robos, atracos, secuestros, violaciones y asesinatos, de los cuales leemos, conocemos o nos ocurren en carne propia y que es un tema incomodo y para nada chévere que quisiéramos un día ya no tengamos que tocar, pero no por incomodo o mala nota sino porque deje de existir o al menos baje a sus índices más bajos en nuestra historia como país; pero de no atender esta calamidad con urgencia, la Patria se quedará sin compatriotas.
Nos queda una pregunta final ¿Aquí no se sabe, no se puede o no se quiere?.