Se libra una batalla desigual. Y los inocentes sufren las consecuencias. La oposición debe tomarse unos días para meditar. Los jóvenes no merecen morir a manos de colectivos armados. Tampoco la sociedad civil a merced del hampa. La protesta sigue siendo un camino fundamental. Pero también es importante preservar la vida.
No conozco, a ciencia cierta, cuál es la solución. Lo mejor es convocar a un estado nacional de asamblea, donde surjan las alternativas a raíz del debate.
Definitivamente, el país va de mal en peor.
Hoy es otro día de luto.