Criterios Diagnósticos:
A. Uno o más de los siguientes síntomas que aparecen al menos una vez en el transcurso de 48 horas o en una de cada dos jornadas individuales de conexión a Internet si el sujeto en cuestión no se conectara a diario.
1. Mirar una fotografía del rostro de alguien, acompañada de un texto que simula ser informativo, sin ninguna fuente, y creer inmediatamente en ella sin más razonamientos.
2. Mirar la captura de pantalla de un tweet, mensaje de facebook o símil de alguna persona real, y creer inmediatamente que es cierto sin haber corroborado que realmente fue escrito, que la cuenta desde la que fue escrito existe y que es la persona real implicada quien escribió ese mensaje a través de esta.
3. Mirar una fotografía o un video que exponga un evento real, sin verificar la fecha en que fue tomada la misma o el mismo, la locación, la identidad de los sujetos involucrados o sus verdaderos roles en la acción expuesta, y creer inmediatamente en este contenido.
4. Mirar una fotografía que exponga un hecho dudoso pero conveniente para la opinión de quien mira, sin verificar si pudo haber intervenido la manipulación digital, y creer inmediatamente en este contenido.
5. Leer un artículo de opinión o ver un video que combine imágenes reales o de archivo con texto de opinión y creer inmediatamente en estos como si de una noticia fidedigna y de fuentes probadas se tratase.
6. Leer un artículo de tipo noticioso, publicado sin respaldos fotográficos, audiovisuales o documentales, y creer inmediatamente en este.
7. Leer el relato personal de una persona desconocida a través de alguna red social, de la que no es posible corroborar que se trata de una persona real, o cuál es su rol dentro de la acción narrada, o cuáles son sus intereses al narrarla, y creerla inmediatamente.
B. Compartir inmediatamente, a través de uno o varios medios de comunicación personal, uno o más elementos mencionados en el Criterio A, sin advertir a su audiencia de la omisión de comprobación de veracidad del elemento o los elementos compartidos, ni alentarlos a que estos comprueben por sus propios medios la veracidad del elemento o los elementos compartidos.
C. Creer que realizar lo anterior es un compromiso que no puede eludir o que es su responsabilidad personal como miembro de la sociedad o partícipe de cierto grupo de opinión.
D. Sentir satisfacción personal por el acto realizado.
E. Los síntomas no se deben a enfermedad médica, ni se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental o por los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos, alcohol).
Síntomas y Trastornos Asociados:
Los individuos con Síndrome del Informador Precoz pueden llegar a creer que noticias que contienen en alguna parte de su título signos de exclamación, palabras en mayúsculas o activadores comerciales ubicados entre paréntesis [p. ej. (Video + Pobreciiitooo)] son fuentes noticiosas de calidad, o que resultan dignificantes a la labor periodística o que merecen respeto por presentarse con gallardía y un lenguaje ajustado a las formas de expresión de las masas. Cuando la aceptación de este tipo de fuentes pasa a ser mayor, y colinda con el fanatismo, se puede ser víctima de la Teoría de la Aguja Hipodérmica y la persona en cuestión creerá cualquier noticia expresada por estos medios sin ningún tipo de filtro reflexivo personal. Cuando esta se vuelve la única fuente de información de un individuo se le conoce como «Síndrome de Desinformación Patilla / IguanaTV». Es común en los individuos con Síndrome de Desinformación Patilla / IguanaTV, sin son hombres heterosexuales, alternar una noticia con un artículo que muestre mujeres desnudas o semidesnudas, presentadas a través de un lenguaje misógino.
Es común también que los individuos con Síndrome del Informador Precoz presenten el Trastorno de la Comprobación Compulsiva de las Informaciones Personalmente Inconvenientes. De la misma forma que estos sujetos pueden publicar información que no han corroborado, en la medida en que esta satisfaga de alguna forma un espacio de opinión personal, al enfrentarse a noticias que no satisfacen o van en contra de un espacio de opinión personal, se plantean un escepticismo irreflexivo, que puede llevarles a la corroboración obsesiva de las fuentes, en busca de cualquier indicio de la falsedad de dicha información, o de alguna forma válida de desacreditación (por lo general a través del uso de falacias lógicas). Cuando el Síndrome del Informador Precoz está en su fase más avanzada, el individuo, al enfrentarse a una noticia que no satisface o va en contra de un espacio de opinión personal, puede incurrir en los mismos actos propios de su criterio diagnóstico. Esto es, comparte el elemento noticioso a través de sus medios de comunicación personal, sin corroborar las fuentes, ni hacer acuse de que no lo ha hecho, o fomentar que otros lo hagan, creyendo que es un compromiso personal, sintiéndose orgullosos de hacerlo, pero con la salvedad de que agrega algún comentario despectivo, escéptico o desacreditador (generalmente a través de falacias lógicas).
Síntomas Dependientes de la Edad, la Cultura y el Sexo:
Los diferentes estudios realizados sobre los individuos con Síndrome del Informador Precoz muestran claramente que no hay una tendencia sobre rasgos de edad, cultura o sexo que resulte predominante o predictiva del síndrome. Se observa por igual en el sexo masculino y femenino, en la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez, lo mismo que en cualquier sector sociocultural, económico, religioso o político.
Prevalencia:
Los estudios basados en la comunidad revelan que la prevalencia global del Síndrome del Informador Precoz oscila entre el 28% y el 29%, entendiendo que las estadísticas indican que el 30% de la población mundial tiene acceso a Internet. De esta forma, se estima que solo un 1% a 2% de la población mundial con acceso a Internet no presenta el síndrome. Los estudios epidemiológicos sobre este síndrome indican que su alta prevalencia se debe a la forma de transmisión del mismo, que es de tipo viral (entendiendo el concepto no desde la perspectiva biológica, sino informática). Una sola información falsa pero alarmante, puede contagiar a 100.000 nuevas personas durante cada una de las 3 primeras horas de su exposición y luego la cantidad de personas va descendiendo lentamente por el lapso de las próximas 72 horas, con picos altos posibles en al menos 2 períodos en los próximos 2 o 3 años. Esa cifra puede aumentarse de acuerdo al tipo de información y a la importancia e influencia relativa social de las personas que la compartan. Cifras de la Organización Mundial de la Salud indican que cada segundo más de 25.000 personas comparten por primera vez en sus vidas una información no corroborada de forma impulsiva, adquiriendo así el síndrome, ante lo cual ha sido considerado un problema de salud pública.
Curso:
El Síndrome del Informador Precoz puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Los síntomas suelen aparecer hasta 2 horas después de encontrarse con el elemento noticioso que se desea compartir, pero en la medida en que el síndrome avanza el tiempo de aparición de los síntomas puede reducirse a menos de un segundo de observado el elemento noticioso que se desea compartir. Se dice que hay buen pronóstico cuando el individuo todavía puede esperar más de 30 minutos antes de compartir un elemento noticioso. De esta cifra hacia abajo, resulta cada vez de peor pronóstico. Resulta también de buen pronóstico cuando el síndrome es detectado y atacado antes de los 2 meses de haberse presentado. Posterior a esto, progresivamente se va haciendo de peor pronóstico. Cuando el síndrome se suma a la negación de creer que se tienen los síntomas, el pronóstico es malo y puede requerir desintoxicación de Internet durante hasta 2 años completos para eliminarse. En casos de buen pronóstico, la desintoxicación media está entre 1 mes y 3 meses sin Internet.
Diagnóstico Diferencial:
El Síndrome del Informador Precoz debe distinguirse de la sana conducta del activismo político, religioso, cultural o social. Muchas personas con el síndrome manifiestan períodos de negación, donde una de las justificaciones principales es que sus acciones se deben a cierto tipo de activismo. Los estudios han demostrado que ambos cuadros no guardan relación.
Relación con los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10:
Los criterios diagnósticos de investigación de la CIE-10 para el Síndrome del Informador Precoz difieren de los del DSM-5 únicamente en un síntoma, que agregan como criterio F, a saber:
F. Cuando el sujeto con el síndrome lee este texto de ficción, piensa, escribe o dice abiertamente: «¡Jajajaja! Qué cómico, pero qué triste que existan personas así. Afortunadamente yo no actúo de esa forma». Algunos sujetos podrían tener un verbatum distinto cambiando el «¡Jajajaja!» por un «¡Jejejeje!» o por un «¡jajjasjhadjhsdjhs!» si es que además del síndrome son disléxicos o idiotas.
———-
Advertencia a todos los afectados por el Síndrome del Informador Precoz:
El presente mensaje no es una noticia real, ni la presentación de un síndrome real aceptado por la APA, la OMS o asociación formal o informal alguna. En otras palabras, es un texto de ficción, como lo indica el criterio F. Pero sí… tienes un problema. Acéptalo, que como en toda condición similar, aceptar el problema es la mitad de la solución.
——————–
Si quieres leer otras cosas de mí, no dejes de visitar mi blog: