VENEZUELA: EL PROXIMO PASO ADELANTE, DEBE SER HACIA EL CENTRO

La lucha de calle es indetenible:

Para muchos de nosotros #lasalida no era la salida. La calle, sin plan, sin organización no era lo indicado. Pero la calle ya está aquí, ya llegó y ahora es inevitable. Llegó y debe quedarse. Los muchachos salieron, están en la calle y de replegarse, a estas alturas, solo daremos paso a la desmoralización de la ciudadanía y a una agudización de la represión gubernamental.  Sin embargo, la única forma de seguir en la calle y ganar terreno es, organizándonos.

Cuando hablo de organizar las protestas no me refiero simplemente al sentido logístico, de saber dónde empiezan, dónde terminan, a qué hora nos convocamos y cómo recordarle a todos que deben comportarse de forma cívica. Eso, lo doy por sentado. Cuando hablo de organizarnos es, darnos orientación política. Asegurarnos que cada concentración tiene un objetivo, pero no un objetivo abstracto fácilmente eludible por el gobierno, sino un objetivo real, conciso y sobretodo medible.

Si reclamamos por la inseguridad, al gobierno no le queda otra que hacer una alharaca y sacar adelante un Plan de Pacificación abstracto, que no sirve para nada porque no contiene nada y jamás tendrá que llevar a cabo. Pero, si reclamamos pidiendo, por ejemplo, la liberación de los detenidos, la liberación de Simonovis, el restablecimiento del metro en el Este de Caracas. Esas, son metas viables a las que el gobierno no puede responder con medias tintas ni de forma abstracta, sino aprobando o negando la petición. Parecen objetivos demasiado pequeños ante la grave problemática que enfrentamos, pero es en esas pequeñas victorias, que son realmente POSIBLES, ALCANZABLES Y MEDIBLES, que mantendremos a la gente encendida en la calle, gracias al reforzamiento positivo de cada una de esos logros, de esos centímetros de espacio que comenzamos a ganar. De lo contrario, seremos simplemente carne de cañón y una excusa, tanto para el recrudecimiento del régimen, como para que el mismo no tenga que concentrarse en los verdaderos problemas que nos atañen, porque hablan de conspiración y de fascistas y de grupos subversivos, en vez de hablar de la devaluación, de la escasez, del desarme.

Desmitificar Los Colectivos:

El segundo paso que considero importante, es comenzar un cambio de discurso para la desmitificación de los colectivos. Los colectivos per se no son grupos de delincuentes armados, ni paramilitares. Los colectivos son organizaciones de base, que, al menos en papel, y con las excepciones de los radicales o extremistas, como La Carapaica, el Alexis Vive o la Piedrita, comparten hasta cierto punto nuestros objetivos: el de organizar a la comunidad para la defensa de sus derechos y para ayudarles a conseguir un mejor estilo de vida. Entonces, si los objetivos son los mismos, el llamado ahora es a tratar de integrarlos, de llamarlos a unirse a la lucha, fiel a sus objetivos y la razón de su existencia, porque es que la lucha actual, la calle de ahorita no está en contra del Chavismo, sino de este malgobierno.

El llamado es entonces a incorporarlos, a hablar de los colectivos extremistas, los violentos, como una anomalía y a invitar a los colectivos de verdad a traer propuestas, a unirse a la lucha para que su comunidad tampoco haga cola, ni padezca la carencia de medicina o de productos de la cesta básica, o que muera a mano de la criminalidad. Esos son problemas que nos afectan a todos, y si sabemos cambiar el discurso y abrir nuestra orientación hacia el pluralismo y el inclusivismo que necesitamos para construir un proyecto de país sostenible, ganaremos esta lucha.

Debemos entonces cambiar el discurso automáticamente, fomentar en la “oposición” un sentimiento de apertura hacia los colectivos y los chavistas decepcionados. De lo contrario, estaremos ayudando al gobierno. ¿Por qué creen que el gobierno manda a los colectivos y no a los cuerpos de seguridad a reprimir una protesta? Porque generan división y odio. Los opositores odian más a los colectivos, los colectivos más a los opositores y la brecha entre ambos grupos crece y el gobierno se atornilla sobre las bases de la división que siempre le ha favorecido.

Es por ello que debemos cambiar el discurso, educarnos  a nosotros mismos, a unos y otros, acerca del valor y de la importancia de los colectivos. Entender que son parte de este proceso, que podemos aprender de ellos, que son parte de la solución que todos buscamos y que además, serán nuestra mejor voz en la cruzada por terminar de convencer al chavismo de que este gobierno está contra ellos también, porque al final del día, está contra todos.

Eliminar El Lenguaje Del Odio

El lenguaje construye realidades. Usted va a un Caracas-Magallanes con un fanático del equipo contrario y ambos vienen echando un cuento distinto de lo que pasó. Porque para uno fue todo labor de su glorioso equipo, y para el otro el “umpire” estaba vendido. Como quiera que sea, ambas realidades existen, serán comunicadas y se alojarán en la memoria del colectivo tal y como fueron narradas. Ambas son la realidad, aunque sean distintas. Es por ello que hay cuidar tanto el lenguaje, el discurso. Todo lo que somos, vemos, creemos, pensamos es construido por la palabra, de ahí que sea necesario cuidar tanto el discurso.

Así como el lenguaje construye la realidad de uno, de un grupo y de todos gracias a la comunicación constante de ideas, del mismo modo, las emociones, está científicamente comprobado, son “virales”; es decir, se contagian, se riegan, permean la realidad y la cambian, para usted, para un grupo y hasta para todo un país.

Visto esto y a sabiendas de que el gobierno está montado en un discurso de odio, que nos divide, que nos afrenta, que nos disminuye, que provoca sentimientos de rabia y furia terribles, que provoca odios exacerbados hacia unos y hacia otros y que mientras esa semilla de odio florece y nos desgastamos en insultos y afrentas de lado y lado,  ellos se afianzan, se fortalecen. Es necesario que cambiemos. Que aprendamos un lenguaje diferente que construya la nueva realidad que queremos.

Póngase a ver, a la hora de la verdad, de lado y lado hay gente que se expresa como Fascista y mientras eso ocurra, encontrarán los seguidores del gobierno en el colectivo la prueba del alegato oficial. Porque cuando Maduro acusa a los estudiantes de fascistas y un chavista oye que en una marcha gritan “Chavistas, asesinos, HIJOS DE PXXX”, “MALDITO CHAVEZ”, etc, pues lo que escucha le refuerza la idea de que Nicolás tiene razón y yo, particularmente, no tendría como sacarlo de su conclusión.

Veámoslo desde un punto de vista práctico, si me está hablando para que le siga, cómo pretende que renuncie a mi creencia y me suma a su lucha, si lo que grita es “ES QUE CÓMO NO ENTIENDEN, ESOS ANIMALES!!!”. Por mucha intención y cansancio que tenga, así nunca lo voy a entender.

Por esta razón, el llamado con el que culmino este panfleto es para que el próximo paso adelante sea hacia el centro. Que dejemos los extremos, que re-estruturemos  nuestro lenguaje, para que sea más conciliatorio, más plural. No hay necesidad de caer en el juego del odio, la afrenta y el insulto que tanto beneficia al gobierno. Hay, en cambio, que cultivar ese centro donde nos encontraremos todos, para desde ahí construir un nuevo proyecto de país; porque es que no hay país, sin chavistas, como no lo hay sin los que se oponen al gobierno. Todos estamos metidos en esto y mientras nos ocupemos de odiarnos los unos a los otros, jamás prosperaremos.

Así que la próxima vez que vaya  una marcha, no solo modere su lenguaje, sino  haga su apostolado cívico, invitando a otros a bajar el tono del insulto, a sacarse el odio del grito, para así abrir el espacio para ese otro, que no podemos desconocer y que necesitamos tanto para salir de esta.