Cada vez que un «vocero» sin entrenamiento abre la boca, dice mucho más sobre sí mismo que sobre el tema del que está hablando. En este segmento, Roque Valero cándidamente nos revela que él siempre sigue las órdenes de quienes pagan su salario.
El hombre nuevo es el mismo hombre viejo, pero con un bozal de arepa.