Ha habido en Panfleto Negro gran diversidad de artículos sobre la crisis política que vive Venezuela. Prácticamente todo el mundo, incluidos chavistas, han escrito artículos mostrando su opinión, ya sea a favor o en contra de las protestas. Sin embargo, ha faltado un punto de vista esencial, y el de nosotros los estudiantes. Seré yo, como actual estudiante de Computación de la Universidad del Zulia, quien hable por nosotros.
Contra lo que muchos creen, la mayoría de nosotros no somos sifrinos, ni guarimberos, ni nada por el estilo. Solo somos estudiantes, en su mayoría de origen humilde, que vamos a estudiar en bus, que almorzamos en el comedor universitario, que hemos sido asaltados dentro del campus o incluso dentro de un salón de clase, que vemos el constante deterioro material de nuestras universidades, que damos nuestro mejor esfuerzo para poder aprender el oficio que hemos escogido y así poder tener una vida próspera.
No obstante, nos hemos visto empujados por la terrible crisis económica a la calle a arriesgar nada menos que nuestra libertad y nuestras vidas por el país. Muchos se preguntarán a que se debe eso. En buena medida, se debe a que todos conocemos bastante bien lo díficil, por no decir imposible, que es prosperar en un país donde la inflación se come tu salario, la inseguridad te ataca, la escasez te deja sin lo más básico para vivir, y el Estado te asfixia con sus múltiples regulaciones, como el control de precios, CADIVI -a la hora de importar- o los meses de trámites para abrir un negocio.
Conocemos bastante bien los casos de graduados, con su título y todo, que terminan de taxistas, volteando hamburguesas o en una peluquería, y a los que no les queda más remedio que irse del país. Este gobierno nos ha arrebatado nuestro futuro, y por ende, nos ha quitado hasta el miedo, por que no tenemos nada que perder. Por eso luchamos, por una mejor Venezuela para todos por igual.
Ya de este país se fue todo aquel que podía irse con cierta comodidad y normalidad, con un colchón financiero que no le permita pasar penurias en el exterior mientras espera conseguir trabajo. Nosotros no tenemos esas facilidades, estamos atrapados acá a menos que crucemos la frontera en condiciones similares a los que saltaban el Muro de Berlín o se arrojan al mar de los Sargazos camino a Florida huyendo de Cuba.
La mayoría no estamos en contra del diálogo, pero que sea un diálogo real y sincero. Que liberen a nuestros compañeros presos, que hagan justicia por nuestros compañeros muertos y heridos. Que Maduro, Diosdado, Rodríguez, Vielma Mora, Ameliach y los demás respondan por los crímenes que han cometido. Queremos una Venezuela democrática, queremos una Venezuela justa. Como dijo Adriana Pérez Bonilla en este artículo, esta es una lucha de la gente honrada contra el malandraje, que son los que han ganado con este gobierno. ¿O acaso han visto a algún chavista honesto a salir a la calle a defender a Maduro como pasaba con Chávez durante el golpe de 2002 o el paro petrolero?
Dios nos ha dado una oportunidad para salvar a Venezuela. No vamos a perderla estúpidamente como las otras oportunidades que hemos perdido. Vamos a salvar a la República y vamos a recuperar nuestra libertad. Apoyénnos a los estudiantes, salgan a la calle a luchar con nosotros, a llevar gas, perdigones, peinillazos y a arriesgar la vida si es necesario como hacemos nosotros. ¡Es hora de salvar a la patria!